DE JERUSALÉN A MONTERREY,
La primera vez que “Jesucristo Súper Estrella” conquistó a México fue en 1975, en aquella ocasión fue producido y dirigido por la cantante y actriz, Julissa, quien le otorgó el papel de Jesús a Enrique Olmo, y ella misma interpretó a María Magdalena. Posteriormente vinieron otras versiones con actores de la talla de Lolita Cortés y Erick Rubín, ahora, 44 años después, la ópera rock que recuerda la Pasión de Cristo regresa a Monterrey en una versión muy a la mexicana de la mano de la tecnología y las redes sociales.
En 1971 el musical con letras y música de Tim Rice y Andrew Lloyd Webber; conquistó las marquesinas de Broadway y West End de Londres, con una historia y melodías que se convirtieron en clásicos. Tras varias adaptaciones con el paso de los años, fue una chispa de modernidad la que encendió esta nueva versión, la cual se presentará este sábado en la Arena Monterrey.
Esta puesta en escena tiene un elenco de grandes estrellas del rock en español en los roles principales: Beto Cuevas interpreta a “Jesús”; Erik Rubín es “Judas”; María José se mete en la piel de “María Magdalena”; Leonardo De Lozanne es “Poncio Pilato”; Enrique Guzmán caracteriza a “Herodes” y Kalimba y Yahir son “Simón” y “Pedro”, respectivamente. Todas estas figuras son acompañadas por un ensamble de cerca de 40 actores en escena.
En entrevista con VANGUARDIA, Guillermo Wiechers, productor ejecutivo”, nos dio más detalles sobre esta producción que cuenta con calidad internacional, además nos comentó los retos que tuvieron que enfrentar para hacer posible este clásico musical. “Ha sido una tarea fascinante porque es un musical que celebra 50 años de vida, pero la música se siente tan fresca, tan jovial, tan vital, tan energizarte, como si hubiera sido compuesta hace seis meses. Era un compromiso muy grande porque las tres versiones que se han hecho en México anteriormente, fueron realizadas por gente que tanto Alejandro Gou como yo, respetamos mucho”.
A comparación de la puesta en escena de 2001, la historia ahora está ubicada en una Jerusalén de este siglo, se utiliza el Video Mapping, hay redes sociales, existe la televisión, hay autos y el vestuario cuenta con tendencias de los años ochenta. “Había que encontrar un nuevo ángulo, Héctor Bonilla que ha sido uno de mis grandes maestros, siempre me dijo que el éxito tiene que ver con lo inusitado, aquí lo inusitado es producto de la creatividad de nuestro director artístico, Armando Reyes. Él planteó una versión futurista y apocalíptica, qué pasaría sí un líder que pregona un mensaje de amor, paz y perdón en una comunidad que acaba de vivir una catástrofe natural, asegurando ser el hijo de Dios”.