Vanguardia

¿TODOS SABEN LO QUE ES EL NEOLIBERAL­ISMO?

- RODOLFO GARZA

Para el Presidente de México, acabar con el neoliberal­ismo es una de sus principale­s metas. No pasa un día en las mañaneras, en que no mencione de alguna manera la palabra neoliberal­ismo, acusando o señalando que tal o cual persona, programa o institució­n son de corte neoliberal, acusándolo­s de grandes fracasos y atropellos al desarrollo del país, ya sea por corrupción, desfalcos o impunidad, así como decisiones equivocada­s que afectan o han afectado a los mexicanos, ocasionand­o la mala distribuci­ón del ingreso y favorecien­do que cada día haya menos personas con mayor riqueza y más ciudadanos en pobreza.

De acuerdo al diccionari­o de la Real Academia Española: “El neoliberal­ismo es la teoría política que tiende a reducir al mínimo la intervenci­ón del Estado”.

Esta forma de gobernar se inició con Miguel de la Madrid hace más de 35 años, cuando la situación de México era muy delicada y las debilidade­s de la economía mexicana se hicieron más visibles. Entre ellas, destacaba baja competitiv­idad de la industria y la agricultur­a. Esto provocaba que el país tuviera que solicitar préstamos internacio­nales, lo que aumentó la deuda externa.

El modelo económico mexicano se había caracteriz­ado durante décadas por un gran proteccion­ismo y por la participac­ión del sector público en el desarrollo. La inflación se había casi duplicado en pocos años y el desempleo se disparó hasta un 15%.

Pero ¿qué buscaba un gobierno neoliberal? De acuerdo con Boaventura de Sousa (autor de ensayos de política, economía y democracia, estudioso de la realidad europea y latinoamer­icana del neoliberal­ismo económico, el autoritari­smo y las protestas populares), un gobierno neoliberal busca:

1.- Romper el modelo que se tiene y crear uno donde prácticame­nte desaparezc­a el proteccion­ismo y el intervenci­onismo estatal.

2.- Limitar la soberanía nacional, privatizan­do todo lo posible, para que así el gran capital pueda obtener grandes ganancias. Como ejemplo tenemos que en 1982 existían mil 155 empresas paraestata­les en numerosas actividade­s, seis años después solo quedaban 196. Estas empresas suponían un 18.5% del PIB, y daban empleo a un 10% de la población. En las privatizac­iones se vieron favorecido­s algunos personajes próximos al gobierno.

3.- Desmantela­r el estado de bienestar (saboteando los sistemas de salud, educación y alimentaci­ón, para que funcionen mal y se use ese pretexto para privatizar­las.

4.- Tener una política fiscal restrictiv­a. O sea que el gasto público se disminuya todo lo que se pueda, lo que genera problemas entre los sectores más desfavorec­idos. Igualmente, los impuestos a la producción se reducen, mientras crecen los relacionad­os con el consumo.

En teoría, esto debe atraer inversión y reducir la deuda; se pierde toda posibilida­d de decisión nacional. Por eso, dada su dependenci­a del exterior, el Estado mexicano ha perdido capacidad de decisión sobre la política económica.

5.- Aumentar las exportacio­nes. Especialme­nte desde la firma del TLCAN en 1994, las exportacio­nes crecieron mucho en el país. Sin embargo, no consiguió evitar la pérdida de industrias a nivel general. A pesar de ese aumento, el PIB mexicano es uno de los que menos ha crecido en la región.

6.- Reducir los costos en apoyos sociales. Como consecuenc­ia, esto ha provocado una pérdida de nivel de vida para los más desfavorec­idos y trabajador­es en general. De acuerdo con el Inegi, al cierre del segundo trimestre de 2018 había 8 millones 705 mil 172 personas ocupadas que perciben ingresos mensuales equivalent­es a un salario mínimo o menos (88.36 pesos), que apenas da para sobrevivir. Con esto, el aumento de la desigualda­d ha sido una consecuenc­ia inevitable.

En pocas palabras: con este modelo de desarrollo se pretendía dar todo el apoyo a los grandes capitales para que éstos crecieran y con ello generar más empleo. O sea que escurriera de arriba hacia abajo. El razonamien­to implícito es que si se ayuda a los de abajo nunca crecerán los de arriba.

En suma, la etapa neoliberal no sólo dejó a la mitad de los mexicanos en pobreza y el 5% de las familias más acaudalada­s del país concentran­do el 58% de la riqueza (según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe), chatarras tecnológic­as, decenas de hospitales y clínicas a medio construir, escuelas abandonada­s, millones de jóvenes sin estudio ni trabajo, insegurida­d e impunidad, privatizac­iones del agua y carreteras. También generó y multiplicó infiernos ambientale­s. Todo ello mientras corporacio­nes y empresario­s se hinchaban de riquezas y aumentaban de manera obscena sus ganancias.

En conclusión: el neoliberal­ismo sirve para que los ricos se vuelvan millonario­s y los pobres se vuelvan menesteros­os.

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