Las invade temor hasta en un Uber
El caso de Brenda es un ejemplo más de los ataques a mujeres a bordo de taxis
CDMX.- A través de Uber, Brenda solicitó un viaje, tomó todas las precauciones como compartir el trayecto y asegurarse que auto, placas y conductor coincidieran, pero no fue suficiente.
Una vez arriba, el conductor la amagó con una pistola y arrojó su teléfono por la ventanilla; aterrada, ella saltó del auto en movimiento para sobrevivir.
El intento de secuestro ocurrió durante los primeros minutos del sábado –poco después de las manifestaciones contra la violencia de género en la CDMX- cuando la mujer pidió el servicio para ir de la Central de Autobuses del Norte hacia Polanco.
Erick Alberto -quien conducía un Nissan Versa placas N43AKR, con dos años y medio en Uber y más de 2 mil viajes- sacó una pistola, despojó a la usuaria de su celular y lo arrojó en una carretera de Ecatepec.
“Y entonces me pude zafar, porque me tenía abrazada con el arma en mi cara. Logré alcanzar el volante para descontrolar el coche, porque preferí morir prensada en un accidente que quien sabe dónde y cómo”, relató la joven a través de su cuenta de Twitter.
Brenda se aventó del auto, dio tres vueltas en el asfalto, lastimada, se puso en pie, y con todo y tacones, corrió y gritó desesperadamente por su vida, pero todo era oscuridad, no había autos ni viviendas cercanas, todavía el agresor se echó de reversa, pero un automovilista apareció y la ayudó.
Lo peor es que el responsable se llevó el bolso con las tarjetas e identificaciones de ella y su hijo, toda su información personal.
EXIGE JUSTICIA
Brenda asegura que en el Ministerio Público de Ciudad Satélite, municipio de Naucalpan, no le quisieron iniciar la denuncia, pero una vez que salga del hospital, acudirá a presentarla formalmente.
Aventó mi teléfono por la ventana. Cuando baje del coche lo busqué, lo encontré y fue la manera en la que pude pedir ayuda”.
Brenda “N”,
víctima de chofer de Uber.