PRESENTE Y FUTURO DE LA EAP
A casi un siglo de la fundación de la Academia de Pintura de Saltillo, iniciada por el maestro Rubén Herrera y precursora de la Escuela de Artes Plásticas (Fundada formalmente en 1957) y a 25 años del inicio de Licenciatura en Diseño Gráfico y una década de la Licenciatura en Artes Plásticas ¿Cuáles son las perspectivas para esta institución?
Soy egresado de la primera generación de Diseño (1997). Desde hace 15 años me he desempeñado como profesional, catedrático e investigador en ambas disciplinas y carreras. Así que puedo hablar con conocimiento de causa. He visto, por ejemplo, que nada envejece tanto como las novedades técnicas y emergencias teóricas en torno al diseño y las artes: como estudiante conocí el trabajo y la técnica de los precursores: Roy Santibañez, Andrés del Bosque, Andrés Monroy, Alejandro Cerecero, Jaime Regalado, Carlos Estrada o Carlos Mendoza: el trabajo y los procesos que se hacían orgánicamente, sobre restirador, con el hábil manejo de la tinta china, tiralíneas, cangrejo, adhesivo en spray y letraset. He visto pasar las generaciones, los cambios de sede, las administraciones, las reformas, la evolución, el logro y también el estancamiento. Alumnos brillantísimos como Mario Sifuentes, que -avecindado en Nueva Yorkha hecho proyectos para artistas como Residente y ha ganado premios internacionales de diseño. Ilustradores como Eliot Flores (Manifester), artista conceptual detrás de proyectos para Lady Gaga o Rolling Stones. Jóvenes creadores instalados ya en un estilo y una contundencia formal, como
la joven y talentosa ilustradora Estefanía Barrera. Integradores de la cultura urbana, las nuevas tecnologías y la investigación tipográfica como Abel Sánchez. Genios de la identidad y la post fotografía como Marcelo Ascacio. Desarrolladores y conocedores profundos de la industria del videojuego como Ernesto Ramírez. Talentosos emprendedores, con proyectos internacionales, como César Molina (We the force). Ilustradores de talla mundial como Treka. Nunca he visto un diseñador editorial tan sutil o talentoso como Néstor Tovar.
Artes
De la carrera de Artes Plásticas han egresado reconocidos creadores como Daniel Alcalá (único artista visual coahuilense en el Sistema Nacional de Creadores), el talentoso Jesús Omar Campos, recientemente puesta su obra en la escena nacional por Avelina Lésper; artistas que están marcando tendencia en la plástica regional como Eleazar Montejano, , María West, Omar Leza, el talentoso ilustrador Ariel Leviel, la hoy coordinadora de artes visuales en la SEC, la maestra curadora, con posgrado en la UNAM, Edith Leija (Quien cursó ambas carreras de forma simultánea y en ambas obtuvo la medalla al mérito por su
aprovechamiento académico); o maestros consumados como el inmenso paisajista Carlos Farías… surge la pregunta entonces ¿Ha estado la institución a la altura de sus creadores? ¿De qué manera ha propiciado el impulso y desarrollo de estas y otras individualidades, más allá de lo académico? ¿Ha gestionado, apalancado, dirigido, recomendado, asesorado e impulsado el desarrollo de sus artistas mejores? ¿Qué de tiempo y visión perdidos en los avatares de lo administrativo la han alejado de lo global?
Porque hay qué decirlo: la EAP ha sido dirigida por gente de casi todos los perfiles, menos por artistas o diseñadores. “Es que es un asunto administrativo”, dirá alguien. Sí, pero administrar también significa conocimiento del perfil: profundo acercamiento a la teoría, la industria y la disciplina. “Ah, es que yo soy comunicólogo, periodista, historiador, impresor”. Sí, pero las disciplinas afines no bastan para una encomienda tan grande: es como si un veterinario quisiera dirigir una escuela de medicina. La mercadotecnia, la comunicación, las artes gráficas, se le acercan: pero no son artes y diseño.
Es hora de que la EAP mire hacia un futuro lleno de retos: donde el arte y la comunicación visual se dispersan
en nuevas disciplinas, enfoques, tecnologías: nuevos campos experienciales y semánticos.
Una Academia en el siglo XXI
¿Qué ya no es el diseño? El diseño no es más sólo las artes gráficas. No es sola publicidad. Tampoco la formación de técnicos hábiles en la operación de software. El diseño es hoy transdisciplina, investigación: reflexión, abstracción y pensamiento. Además de statement político, acción, visualidad y semiótica, diálogo con la cultura, despliegue tecnológico.
¿Qué ya no es artes plásticas? Éstas ya no pueden ser concebidas sólo como el dibujo académico, la plasticidad decimonónica: lo mimético. Mucho menos -sólo- lo artesanal, ni el mero despliegue de lo técnico. Pensar el arte en el siglo XXI, implica la consideración de las TICS, la virtualidad, las nuevas corrientes filosóficas, la mediósfera, las implicaciones de la hípermodernidad, las nuevas teorías de la imagen, la superación de las teorías estructuralistas de comunicación que siguen enseñándose y cumplieron ya ¡50 años!, una continuidad de la tradición que no niegue los nuevos lenguajes, los discursos híbridos ni los nuevos soportes.
Incluso ¿es válido que en la época del holograma, el código QR, la cultura digital, la impresión en 3D, la disciplina artística como industria y mercado global, sigan denóminandose –limitándosesus artes, es decir sus técnicas, sólo como “plásticas”?
Ahí está el ejemplo de la antigua Academia de San Carlos: dividió sus saberes en dos enfoques y sedes, artes teóricas y diseño: la FAD. Artes plásticas, en su sede de La Esmeralda, en el CENART.
Hoy la Escuela de Artes Plásticas “Rubén Herrera” signa su futuro en visiones diametrales: riesgo de continuidad en visiones anacrónicas, o la evolución hacia nuevas y urgentes formas de entender las artes y el diseño.
Viene una verdadera transformación, una nueva y mejor época para la EAP.
Lo necesita y lo merece.