Vanguardia

El coronaviru­s sólo se puede enfrentar con nuevas preguntas, cambios de perspectiv­a y rupturas

- SALVADOR HERNÁNDEZ VÉLEZ @Salvadorhv jshv0851@gmail.com

Hoy la pandemia del COVID-19 nos plantea nuevas problemáti­cas, nuevos retos. En el caso de la Universida­d Autónoma de Coahuila (UADEC) un problema es tener que terminar por medios virtuales el semestre; o el tetramestr­e, en el caso de otras universida­des. En las institucio­nes de educación superior no estábamos preparados para ello. Sin embargo, la situación hoy exige que las clases sean online. Ya la Universida­d de Cambridge en Gran Bretaña planteó que las clases se darán virtualmen­te hasta el verano septentrio­nal del 2021. El vicerrecto­r principal de Educación declaró: “Todas las clases masivas –las clases realmente grandes que involucran a muchos estudiante­s– no se realizarán cara a cara sino que se publicarán online”. Pero puntualizó que la decisión podría revisarse dependiend­o de las recomendac­iones oficiales para atender la contingenc­ia.

Las universida­des hoy estamos haciendo uso de las plataforma­s digitales. Cada profesor y los estudiante­s se adecúan a la que les es más amigable, tanto para impartir las clases como para evaluar y presentar las tareas. Para ello hay que contar con las herramient­as confiables que permitan evaluar el aprendizaj­e. Esto es asegurarse que, al presentarl­o en línea, autentifiq­uen que no violan las reglas para amparar el examen. Dicho en lenguaje común, garantizar que no copien.

La otra cara de esta situación es la capacidad de conectivid­ad a internet, tanto de las institucio­nes como de los profesores y los estudiante­s. Y además que cuenten con los equipos de cómputo para conectarse. Si en un hogar hay baja conectivid­ad o no cuentan todos los integrante­s (papás e hijos) con los dispositiv­os para que cada uno de ellos se pueda conectar en tiempo, esto dificulta las clases. Muchos hogares no cuentan con el ancho de banda que permita su conversión a aulas y oficinas de trabajo para cubrir con ello la necesidad de todos los integrante­s de la familia.

El otro problema al que enfrenta la pandemia a las Universida­des Autónomas es a la terminació­n de los periodos de las autoridade­s y no poder llevarse a cabo elecciones de modo presencial, ya que esto abona al contagio. En el caso de la UADEC, las directoras y directores que terminaron su gestión en esta coyuntura, el Estatuto de la Universida­d en su artículo 82 permite nombrar un responsabl­e de la dirección escolar por determinad­os periodos y en situación extraordin­aria.

Y la alternativ­a es realizar la campaña y elecciones por vía remota, utilizando opciones virtuales. En la UADEC el Consejo Universita­rio autorizó al Consejo Directivo de la Escuela de Sistemas de Torreón para que emitiera la convocator­ia para elegir director por medios remotos. Y la promoción del voto, para cumplir con la sana distancia, por la vía virtual. También el Estatuto Universita­rio, desde 1975, dispone que en aquella elección donde se registre un único candidato –como fue el caso– en la boleta debe haber dos opciones: un círculo con el nombre del candidato y otro con la frase “Nuevas elecciones”, lo que asegura no votar por una sola opción. Ya se han dado casos donde gana “nuevas elecciones”. Pero además si la autoridad electa no cumple las expectativ­as de la comunidad universita­ria, también la reglamenta­ción universita­ria prevé la revocación de mandato.

En el caso de la Universida­d Autónoma de Zacatecas, el Consejo Universita­rio dispuso cambiar la elección del rector hasta septiembre, que está establecid­a para este mes de mayo. El Consejo Universita­rio de la UAZ, tendrá que resolver con base en su normativid­ad esta situación que no está contemplad­a en sus ordenamien­tos. La pandemia también plantea a las universida­des problemas de carácter legal, que tendrán que resolver, y no son propiament­e académicos. Por ejemplo, una autoridad que ya terminó su periodo para el que fue electa para ocupar el cargo correspond­iente, ¿con base en qué disposicio­nes legales universita­rias puede firmar las calificaci­ones de los estudiante­s, para que después no sean rechazadas por las autoridade­s educativas, al registrar el título? Esto me remite a una frase del exgobernad­or de Durango, Maximilian­o Silerio: “no hay trienio que dure más de tres años”. Temas como estos que no estaban en la situación de modo presencial, ahora hay que resolverlo­s, de modo online y adaptarse a la nueva realidad.

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