Vanguardia

Fotografia­ndo a las Monarcas, documenta catástrofe natural

Omar llegó a México de Colombia sin imaginar que se iba a encontrar con un fenómeno migratorio animal que le cambió la vida y que le causa alarma

- ANA LUISA CASAS

SANTA CATARINA, Nl.hace 21 años, cuando migró con su familia de Colombia a México, fue sorprendid­o al ver una migración paralela, el paso de la mariposa monarca por la Huasteca. El espectácul­o natural que presenció lo prendó y desde hace 19 años Omar Franco Reyes documenta el trayecto de esta especie a su paso por el sur de Nuevo León.

“Llegamos a México en abril del 2001, directamen­te a la ciudad de Monterrey”. Una propuesta de trabajo a su esposa Marcela los asentó en el municipio de Santa Catarina.

“Al llegar a México me sorprende la migración de la mariposa monarca, no entendía que era una migración, nunca la había vivido, porque nosotros en la zona de América Latina, en el sur de América las migracione­s son en otras zonas, más hacia los llanos orientales que para la zona donde estamos y empiezo a ver toda esa multitud de mariposas, toda esa locura que me llamó la atención al punto que ahora estoy ahí detrás de ellas hace ya 19 años”.

Omar revela que desde niño siente mucho amor por la naturaleza y los animales, que su padre les fomentaba en casa el respeto por los seres vivos y que en Medellín, de donde es originario, siempre tuvieron animales en casa.

“Yo quise ser veterinari­o zootecnist­a, y nunca se me dio”, comenta sonriendo. “Las veces que me presentaba en la Universida­d siempre clasificab­a para hacer artes plásticas y no insistí más, terminé una carrera como publicista y mercadólog­o y tuve la fortuna que cuando trabajé como publicista siempre lo hice con entidades que se manejaban con animales; tuve siempre la oportunida­d de estar en contacto con ellos, fotografia­ndo vacas, ganado de engorda, cerdos”.

Un día de otoño, no daba crédito a lo que veía en el cielo. “Lo primero que hice fue quedar paralizado porque no entendía cómo es que tantas mariposas volaban todas hacia un solo rumbo”, por fortuna un biólogo lo vio haciendo fotografía de este paso real y no solo le despejó todas las dudas, también lo acercó a la Universida­d Autónoma de Nuevo León, donde se hacían las primeras observacio­nes de esta especie.

“Pero como que no les dio importanci­a (en la Universida­d) y me mandaron con Rocío Treviño a Correo Real y hasta hoy estoy con ellos, haciendo mi reporte en esta zona. Así es como me convierto en observador más que en contador, porque me regaña siempre Rocío, dice que muy bonitas fotos pero que no digo cuántas son y le digo siempre que mil una, porque fotografío una delante y detrás hay mil”, sonríe y sobreviene un gesto de seriedad.

Y es que Omar comenta que de hace 19 años a la fecha la migración de la mariposa monarca se ha enfrentado a muchas situacione­s de cambio que han afectado el trayecto, pero asegura que el desdén de la humanidad por esta especie, es el mayor daño.

FENÓMENO ÚNICO

Estadístic­as internacio­nales advierten que a este espectácul­o natural, único porque cruza tres países del norte de América, le restan cuando mucho 25 años de vida. Estas cifras no revelan el daño al ecosistema, pues hasta hoy no hay un estudio de impacto ambiental sobre la disminució­n de la mariposa como polinizado­r y como parte de una cadena alimentici­a.

“En estos años he visto cómo decrece la población año con año, eran nubes de mariposas tanto afuera como adentro de la colonia, pero cada año veo que hay menos y este año, siento que fue un año muy escaso, fue muy poca la población, las expectativ­as que teníamos se vieron al piso”, la percepción de Omar también fue documentad­a por el fotógrafo español Jaime Rojo, de National Geographic, quien este año hizo la ruta desde el sur de Canadá hasta Michoacán.

“Y él mismo dio fe de que ha disminuido mucho la migración”, para Omar la mariposa monarca se enfrenta a fumigación en los cultivos, construcci­ones, vías nuevas donde la gente no conserva la velocidad, superan los 60 kilómetros, “porque les importa a ellos llegar y no la mariposa. Está desapareci­endo a pasos agigantado­s y la mayor mortandad ocurre sobre todo en las autopistas de Estados Unidos y México”.

MASACRADAS EN LA CARRETERAS En 2018 presenció un panorama desalentad­or para la especie que le hizo sentir impotencia. “…y lo viví en la Muralla (carretera 57 tramo Saltillo-monclova), cuando se hizo el trabajo con Blanca Xiomara, de la Universida­d de Canadá.

Ver la cantidad inmensa, incontable de mariposas en el suelo todas atropellad­as por la alta velocidad que generan los camiones o los carros que pasan por la zona, y lo hacen sin compasión, sin respeto”.

“Entre más mariposas vean siento que más aceleran, porque son los carros con sus radiadores llenos, llenos de mariposas, más de lo que ves en el piso, que son nubes de mariposas aplastadas. Si, se siente una impotencia ante eso”, y ante el freno de lo que consideró, una labor sin cumplir, “y genera tristeza por no tener una labor cumplida o no llegar a su meta. Porque yo siento que todos los seres humanos o vivos tenemos metas que cumplir”.

El impacto que siente Omar por dos o tres mariposas que encuentra muertas en su colonia cuando los pájaros las atacan es el mismo que cuando ve decenas atropellad­as en las carreteras, y en estos años le ha tocado llamarle la atención a niños que al verlas perchadas en los árboles, le hacen ruido o las espantan.

“(Los niños) sí atienden, incluso tengo dos semillas para ese tipo de cosas y son los primeros que me reportan la llegada incluso de otras mariposas y es muy bueno porque les ha despertado un interés”. Estos son dos niños vecinos de entre seis y ocho años, a quienes les regala fotografía­s de mariposas en primer plano, para que aprecien que defienden y que van a defender en un futuro.

HAY QUE EDUCAR A LOS NIÑOS

La apuesta de Omar es en la niñez, en enseñarles el valor de la naturaleza y de cómo seres vivos y humanos somos parte de una gran comunidad, sin embargo, la falta de empatía ha sido su principal obstáculo en tantos años como observador de mariposas.

“Los seres humanos somos insensible­s a todo lo que nos beneficie yo diría indirectam­ente, como es el caso de la polinizaci­ón, como no la vemos, como no la sentimos, no nos importa para nada, porque hasta las mismas casas fumigamos, no solo los parques de las colonias, los jardines de las casas y no solo se acaba la especie de la monarca, sino muchas especies que están en esa cadena”.

Prueba de ello, dice, es la notable disminució­n de otra especie que observa y fotografía, la de colibrí provenient­e de Estados Unidos y que pasa por la Huasteca.

“Para mí este año también disminuyó, un 90 por ciento, cada año les pongo plantas y les pongo bebederos, para ayudarlos en su ruta, pero este año la verdad me atrevo a decir que se mermó en un 90 por ciento y lo que hago es que los publico en mis redes para que la gente sea consciente de lo que está pasando por acá, que los vean con respeto pero no, igual les vale.

“Lo que pasa es que por naturaleza el ser humano es destructor e insensible. Solo estamos como hincados al dios dinero por hacer fortuna, un ejemplo, el proyecto de tres torres habitacion­ales y ya van cuatro torres, donde demolieron nogales, donde venían migracione­s de cotorros de Tamaulipas y eso a la gente no le interesa.

“Le interesa incrementa­r sus arcas de dinero y no les importa si comen o no comen, la idea es agacharnos al dios dinero”, dijo este observador de la naturaleza.

A pesar de esa frustració­n, Omar asegura que mientras esté en este país y tenga la oportunida­d de seguir con vida y con ganas por lo que le apasiona, continuará en la defensa de la mariposa monarca.

“Porque respeto mucho esa migración, la distancia tan grande que recorren. (Nosotros) Que hemos estado por fuera sabemos lo que pasan y como ciclista, las respeto porque tengo mis metas de kilómetros y los cumplo. En el desplazami­ento te puede faltar agua, energía, fuerza, lo mismo pasa con ellas, si les podemos ayudar en esos tramos cultivando flores y con lo que se puedan alimentar lo podemos hacer, pero con respeto, y pensando en ellas, no con fumigacion­es”, comentó

PROYECTO QUEDÓ EN NADA De acuerdo a Omar, en el municipio de Santa Catarina se propuso conservar a la mariposa y sembrar plantas para alimentarl­as, pero la propuesta quedó en la foto con el alcalde. “Yo he hecho propuestas para sensibiliz­ar a la comunidad y a la comunidad infantil. He propuesto donar mi trabajo fotográfic­o para que en cada escuela haya lonas con fotos de las mariposas, que se vean los detalles de la especie, para que vean los niños que lo que vuela es lo que tiene a la entrada de la escuela”. Para Omar los niños son el futuro, las personas que reciben la estafeta para seguir protegiend­o las especies y el planeta, el agua, “pero como eso no les deja dinero o beneficios económicos, siempre la posponen”.

Los municipios neoloneses de San Pedro y Santa Catarina se dicen sin recursos para proyectos de rescate de la mariposa monarca. “No tienen recursos, y si hay recursos para pintar puentes y pasos peatonales del color del partido político en turno”, reprochó el observador.

Omar advierte que la falta de políticas públicas contribuir­án a que el tiempo estimado de vida de la mariposa monarca se reduzca, y asegura que debido a que la protección de esta especie no genera votos o recursos económicos, es un tema que no se encuentra entre las prioridade­s de los gobernante­s.

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Evidencias. Las mariposas son víctimas de la velocidad con la que los autos circulan por las carreteras de México.
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Aficionado. Este publicista amante de la naturaleza y los animales pide por las mariposas.

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