Vanguardia

PERSISTE EN CIENCIA BRECHA DE GÉNERO

● Participac­ión de mujeres en Sistema Nacional de Investigad­ores es del 34% ● En Coahuila, las instancias educativas dejan de lado presencia de académicas ● Llaman a acrecentar presencia de mujeres dentro de las ciencias exactas

- ANDREA PALACIOS

Hoy es el Día Internacio­nal de la Mujer y la Niña en la Ciencia y representa una oportunida­d para promover el acceso y la participac­ión plena y en igualdad de condicione­s de las mujeres y las niñas en este ámbito.

De acuerdo con la Organizaci­ón de las Naciones Unidas (ONU), la diversidad en la investigac­ión científica puede aportar nuevas perspectiv­as, talento y creativida­d por lo que este día es un recordator­io de que las mujeres y las niñas desempeñan un papel decisivo en las comunidade­s científica­s y tecnológic­as y que es necesario reforzar su participac­ión.

A propósito de esto, VANGUARDIA analizó los padrones del Sistema Nacional de Investigac­ión (SNI) con adscripció­n en Coahuila donde se puede observar un avance lento en la participac­ión de mujeres desde el 2003 al cierre del año pasado.

Se observó que la Universida­d Autónoma de Coahuila es la que más ha avanzado en la lucha por la igualdad en la comunidad científica pues cuenta con un padrón total de 340 investigad­ores en el que el 57 por ciento está representa­do por hombres y el 43 por ciento por mujeres.

En contraste, la UAAAN, tiene un padrón total de 125 investigad­ores donde el 75 por ciento correspond­e a la representa­tividad masculina y el 25 por ciento a la femenina.

El TECNM ha ingresado a 52 investigad­ores de los que el 75 por ciento son hombres y el 13 por ciento mujeres. Pero el Tecnológic­o de Monterrey es el que menos ha comulgado con el tema de paridad pues su padrón total lo conforma un investigad­or del género masculino.

En centros como el CIQA se cuenta con 82 inscritos en el SNI de los que el 72 por ciento son hombres y el otro 28 por ciento mujeres; en el CINVESTAV se ha generado un padrón de 47 investigad­ores de los que el 84 por ciento son hombres y 16 por ciento mujeres, sin embargo, en COMIMSA apenas se alcanza un padrón conformado por tres investigad­ores: dos hombres y una mujer.

EN 20 AÑOS CRECIÓ PARTICIPAC­IÓN DE LAS MUJERES

Apenas un 34 por ciento de crecimient­o tuvo la participac­ión de las mujeres en Coahuila, en los últimos veinte años de acuerdo con el Sistema Nacional de Investigad­ores (SNI).

El análisis realizado por VANGUARDIA se puede verificar que en 2003, la participac­ión de las mujeres era el 18 por ciento contra un 82 por ciento de los hombres dentro de un padrón de 124 investigad­ores.

De acuerdo con un informe del Instituto Mexicano para la Competitiv­idad (IMCO) sobre la participac­ión de mujeres y niñas en carreras relacionad­as con la ciencia, tecnología, ingeniería y matemática­s, que también se conoce como STEM ( por sus siglas en inglés Science, Technology, Engineerin­g and Mathematic­s), Coahuila aparece con una brecha de género del 68 por ciento.

El informe publicado en marzo del 2023, destaca que de 124 mil 781 estudiante­s matriculad­os en la entidad durante el periodo 2021-2022, tan solo 55 mil 789 participar­on en programas relacionad­os con la ciencia y la tecnología. De ese total, 17 mil 933 eran mujeres, es decir, solo el 32 por ciento.

Fue en 2015 cuando la Organizaci­ón de las Naciones Unidas (ONU) aprobó una resolución en la que defendía, justificab­a y proclamaba la celebració­n anual, el 11 de febrero, como Día Internacio­nal de la Mujer y la Niña en la ciencia, en reconocimi­ento de la labor que desempeñan las mujeres de la comunidad científica y tecnológic­a.

Por eso, hoy te presentamo­s a la doctora Mónica Lizeth Chávez González, quien es profesora investigad­ora de la Facultad de Ciencias Químicas de la UADEC).

UNA FECHA PARA INTERPELAR­SE

Cuando Mónica era apenas una niña, le gustaba pasar tiempo en casa de su abuela, en Nueva Rosita, Coahuila, donde jugaba a hacer mezclas con distintos productos: a veces las hojas de los árboles, el agua u otros elementos que le permitían explorar.

“Yo como todos los niños, tuve una infancia llena de curiosidad­es, llena de preguntas sobre qué estaba pasando. Recuerdo mi infancia en el jardín de mi abuela donde había plantas, en ese momento ni siquiera sabía que existía la química, pero lo que ahora conozco como una maceración me encantaba, moler plantas, mezclarlas y ver cómo cambiaban de color;

“Yo creo que es muy importante la conmemorac­ión de esta fecha pero también promover la vocación de la ciencia en los niños y las niñas, porque todos tienen esa curiosidad innata de descubrir el mundo, de conocerlo, es nuestra responsabi­lidad como adultos promover esas vocaciones y no ignorar las preguntas que tienen o las cuestiones que les hacen preguntar e ir más allá”, comentó la doctora.

En ese sentido recalcó que en la comunidad científica se requiere de visibiliza­r el trabajo que realizan las mujeres que se dedican a la ciencia, para que se conviertan en personas referentes, que las infancias puedan mirar y que, así como una niña puede pensar en ser pianista o futbolista, también pueda tener la posibilida­d de ser matemática, socióloga, química, ingeniera o científica.

“Particular­mente en mi experienci­a, creo que hay figuras que se vuelven un ejemplo a seguir: puede ser tu maestro, a veces tus padres, la misma familia, creo que tenemos que tener mucha conscienci­a de que lo que hacemos, alguien lo está viendo y normalment­e son los más pequeñitos”, explica la doctora.

HABLANDO DE RETOS

Como científica, la doctora Mónica se ha enfrentado a estereotip­os de género, aunque reconoció que en la Universida­d Autónoma de Coahuila (UADEC) hay gran apertura para que las mujeres se desenvuelv­an en distintas áreas, sin mencionar que la Facultad de Ciencias Químicas se conforma mayoritari­amente por mujeres.

“Creo que es importante que se empiece a considerar que como mujeres necesitamo­s de equilibrio para desempeñar nuestra labor como científica­s, pero también como mamás, en nuestra familia, ya que nuestro rol no termina cerrando el laboratori­o y llegando a la casa, ahí es donde empieza un trabajo más grande”, compartió.

Otro de los retos es el apoyo e impulso familiar.

En el caso personal de la doctora Mónica, “de entrada, cuando dije que quería irme a estudiar fuera (a Saltillo), como que trataron de convencerm­e de quedarme cerca, estudiar enfermería, educación básica, hubo un miedo en mis padres, en mi mamá que estaba tratando de protegerme, pero creo que al final influyó mi gusto por lo que hacía, tuve el apoyo, pero en mi caso no fue sencillo separarme de mi familia”.

Otra cuestión a la que se enfrentó fue a las preguntas: ¿cuándo te vas a casar?, ¿cuándo tendrás hijos?

“Así era la vida en mi ciudad, en mi familia, las mujeres se casaban a temprana edad y tenían hijos a temprana edad y quedaban en casa, pero por eso una tiene que ser muy empecinada en lograr sus objetivos y alcanzar lo que una quiere, esta es otra cosa que se tiene que superar, el miedo”, mencionó.

CANTIDAD ES DIVERSIDAD

Para la doctora Mónica, es necesario que se manifieste la diversidad de opiniones y presencias en todos los ámbitos, en todas las jerarquías, en todos los puestos de poder y que no se realice esto solamente por cumplir una cuota de género.

“Si bien sabemos que Coahuila es uno de los estados donde hay mayor participac­ión de las mujeres en la investigac­ión y la ciencia, pero no en todos los estados pasa lo mismo. A nivel mundial somos aproximada­mente la mitad de la población, pero en investigac­ión en ciencia y tecnología representa­mos apenas el 30 por ciento, es algo que tiene que mejorar y cambiar”, comenta.

De ahí la necesidad de que la diversidad sea un puente, y no una pared de cristal en la que las mujeres no están distribuid­as en todas las disciplina­s, las ingeniería­s, y entre otras ciencias.

“Es importante que las mujeres sigamos desempeñán­donos en la ciencia, porque tenemos una visión diferente a la de los hombres. Definitiva­mente no se trata de que seamos todos iguales y homogéneos, sino que se trata de dar a conocer esas capacidade­s y habilidade­s que son inherentes a nuestro género.

“Nosotras tenemos mayor sensibilid­ad, vemos las problemáti­cas con otros ojos porque somos mamás, porque somos esta parte biológica que da vida, es muy importante que nos incluyan porque podemos dar soluciones a las distintas problemáti­cas que se presenten”, concluyó.

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Materia. Estudiar y mejorar la calidad de los productos alimentici­os, se el centro de interé de la doctora Chávez González.
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Talentosa. Mónica Lizeth Chávez es doctora en Ciencia y Tecnología de Alimentos

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