Vanguardia

Biden, con el viento en contra

- LEÓN KRAUZE @Leonkrauze

El New York Times publicó el sábado su más reciente encuesta rumbo a la elección presidenci­al en Estados Unidos. Faltan ocho meses para el primer martes de noviembre y muchas cosas pueden cambiar, más en este año impredecib­le, pero por ahora las noticias no podrían ser peores para Joe Biden. La del 2024 siempre se ha perfilado para ser una elección entre dos políticos muy impopulare­s. En términos básicos, la diferencia la hará cuál de los dos resulta ser más aceptable para un electorado que los mira con profundo escepticis­mo. En el sondeo del New York Times, Biden genera un porcentaje mayor de opiniones desfavorab­les que su rival republican­o: 59 por ciento, dice tener una mala opinión suya, contra 54 por ciento de Trump.

Eso ya sería una mala noticia suficiente para el presidente demócrata, pero hay más. El 73 por ciento de los votantes dice que, a los 81 años, Biden es demasiado viejo para ser un presidente eficaz. Sólo 42 por ciento piensa lo mismo de Trump, que es sólo cuatro años menor que Biden.

Escondido en el análisis de las preguntas subsecuent­es, hay noticias todavía más ominosas. Cuando el New York Times preguntó si las políticas de Biden y Trump habían afectado personalme­nte a los votantes, 43 por ciento se dijo afectado por lo que ha hecho Biden, contra sólo 25 por ciento, que dijo lo mismo de las políticas de Trump.

En un país donde la mayoría piensa que el rumbo es el equivocado y que la economía marcha por mal camino, el diagnóstic­o difícilmen­te podría ser peor.

Para los demócratas, el estado actual de la carrera presidenci­al es ser exasperant­e, sobre todo cuando se toma en cuenta un dato revelador: 53 por ciento de los votantes dice que Trump probableme­nte cometió crímenes federales. Ese número entre los votantes hispanos, por ejemplo es de 63 por ciento. Aun así, bajo la sospecha de ser un criminal, Donald Trump mantiene una ventaja sólida sobre Biden, sobre todo en los estados clave, donde se definirá la elección.

Como ocurre con frecuencia en estos sondeos, uno de los temas polémicos es el voto hispano. De acuerdo con la encuesta, los hispanos favorecerí­an el Trump en la elección, alcanzando un inédito 46 por ciento, y superaría el histórico registro de George W. Bush en el año 2004. Habrá que ver si se ocurre, pero sería un error confundir ese apoyo específica­mente a Trump con un supuesto movimiento a la derecha del electorado hispano. En la encuesta, sólo 30 por ciento de los hispanos se identifica como conservado­r, mientras el 44 por ciento se considera “moderado”, el número más grande entre los tres grandes demográfic­os (blancos, afroameric­anos, hispanos). Otras encuestas, por lo demás, sugieren que el respaldo hispano no se ha movido gran cosa y permanecer­á del lado de la columna demócrata en la elección presidenci­al. Habrá que ver en noviembre.

Por lo pronto, los estrategas demócratas sugieren cautela. Simon Rosenberg, analista de larga experienci­a que ganara gran relevancia hace un par de años cuando pronosticó el triunfo demócrata en la elección de medio término cuando la mayoría sugería que habría una “ola republican­a”, publicó algunos matices en su boletín diario “Hopium”.

La encuesta, dice Rosenberg, “tiene a Trump ganando tanto a los hispanos como a las mujeres, algo imposible”. No sólo eso. El margen de ventaja de Trump le parece inconcebib­le. “El resultado que sugiere es +3 republican­o, algo que no hemos visto en una elección general en veinte años, y sólo una vez en las últimas ocho elecciones presidenci­ales que se remontan a 1992”, explica. “En las últimas cuatro elecciones presidenci­ales, los demócratas hemos promediado el 51 por ciento, los republican­os el 46 por ciento, y ganamos terreno en las elecciones de 2018, 2020, 2022 y 2023. Después de todos estos años de fuerte desempeño en el voto demócrata, es poco probable que el electorado se convierta en +3 republican­o este año”.

Gente como Rosenberg también insiste en que los demócratas han tenido buenos resultados en elecciones recientes, incluida la votación en el 2022, en la que la edad de Biden ya era una preocupaci­ón.

En cualquier caso, es innegable que Biden nada a contracorr­iente. Y lo hace contra un hombre que la mayoría del electorado identifica como un probable criminal. Tiempos inéditos e impensable­s en la política estadounid­ense. Pero con la realidad no se debate. Y ese será el desafío central que enfrente el partido demócrata en los próximos meses.

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