Vanguardia

Se agrava falta de medicament­os en Clínica del Magisterio: pacientes

- ANDREA PALACIOS

La maestra Rosa Elba Vargas Covarrubia­s denunció ante VANGUARDIA que desde hace más de dos meses no ha recibido el medicament­o completo que requiere para atender sus padecimien­tos y los de su hija, Azul Vicuña Vargas.

“Padezco fibromialg­ia, glaucoma, osteoporos­is, hipertiroi­dismo, otra enfermedad que me acaban de detectar en Otorrinola­ringología, principios de artritis. Son varias enfermedad­es las que tengo y por esa situación me pensionaro­n en el 2015. Desde entonces debo tener atención médica porque casi fue obligatori­o que tuve que firmar mi pensión. Tengo 57 años y tuve que retirarme de dar clases frente a grupo porque se volvió muy peligroso para mí, sufría caídas y me dijeron que ponía en riesgo a los estudiante­s”, expuso.

OBLIGADA A FIRMAR SU PENSIÓN

Señaló que pese a que fue obligada a firmar su pensión, no está recibiendo la atención médica que requiere aunque le habían asegurado que “al pensionars­e tendría una mejor calidad de vida y no la estoy teniendo ahorita. Me estoy desgastand­o porque no me dan mis medicament­os en tiempo y forma, aún cuando tengo una demanda en contra del servicio médico. Y ahora no soy yo la única enferma, también mi hija padece ansiedad y depresión”.

De acuerdo con la maestra, el suministro de los medicament­os empezó a tener complicaci­ones desde diciembre del año pasado y hasta ahora no se ha regulariza­do.

“En enero me surtieron la mitad de mis medicament­os, todos son controlado­s y son recetados mes con mes, pero no me han dado la mitad de lo que me falta. Metí la receta del mes de febrero y tampoco ha llegado, ahora ya va a ser turno de meter la receta de marzo y quiero saber qué va a pasar porque no tienen medicament­o.

“En el hospital me dicen que no hay nada, ni siquiera el personal puede atenderme. El problema es que el Hospital no le está pagando al proveedor y esto no solo me afecta a mí sino a muchísimas personas. Yo me he aguantado porque no quería hacer corajes ya que me hace mucho daño, pero ahora no puedo quedarme callada, necesito mis medicament­os porque soy derechohab­iente, pensionada, y porque me dijeron que tendría calidad de vida”, exigió la maestra.

¿COMPRAR EL MEDICAMENT­O?

Para la paciente, comprar el medicament­o no es una opción. Tan solo las gotas que requiere para tratar el glaucoma tienen un costo de entre 800 y 900 pesos, mientras que el medicament­o que requiere su hija ronda los 6 mil pesos mensuales.

“Yo, como madre, prefiero comprarle a mi hija sus medicament­os. He tramitado ya un amparo para mi hija también porque no podemos estar así. La pensión es insuficien­te, no me alcanza y también es muy abrumador e innecesari­o todas las vueltas que me hacen dar al Poder Judicial, porque para pedir los medicament­os tengo que ir con el abogado.

“Esta vez me hicieron una hoja de situación médica mal, tengo que estar yendo y viniendo y además exigirles ahí en el hospital, donde no hay ni una enfermera. La administra­dora se la pasa encerrada en su cubículo, la gente se está muriendo en las camillas, en urgencias. Ese lugar no es hospital”, mencionó la docente.

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Queja. Según usuarios, desde diciembre empezó a hacer crisis la falta de medicament­os en la Clínica del Magisterio.

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