Vanguardia

ACUMULACIÓ­N, GLOBALIZAC­IÓN Y NEARSHORIN­G

- JOSÉ MARÍA GONZÁLEZ LARA

Avances científico­s heredados de tecnología de guerra en la segunda conflagrac­ión mundial, entre otras innovacion­es, en las décadas de los cincuenta y sesenta del siglo XX se aplicaron exitosamen­te a la producción y a mercancías, con resultados cada vez más complejos para satisfacer necesidade­s; sin embargo, en la década de los setenta las economías desarrolla­das experiment­aron distorsion­es derivadas del exceso de liquidez generada por ganancias constantes de capital, lo que les generó presiones inflaciona­rias y tendencia de aumento de tasas de interés ahorro y crediticia­s, así, el capital se ahogaba en sus propias fronteras.

Lo anterior requirió presionar a países subdesarro­llados para abrir sus economías, es decir, que ampliaran sus importacio­nes y recibieran inversión directa en condicione­s favorables para el capital, con reduccione­s arancelari­as, eliminació­n de cuotas de importació­n, desregulac­ión y disminució­n de trámites, contención salarial para menores costos de producción, asimismo la liquidació­n o venta de empresas paraestata­les para evitar la “competenci­a desleal”.

La expansión progresiva del capital a escala mundial se logró con presiones financiera­s y políticas hacia los países del tercer mundo: renegociac­iones de deudas externas con cláusulas de apertura económica y financiera; golpes de Estado en América Latina, África y Asia; salida de capitales para depreciaci­ón de monedas; disminució­n de compra de materias primas y/o reducción de sus precios internacio­nales; bloqueos económicos; entre otros. Desde los años ochenta asistimos a la globalizac­ión económica como acumulació­n de capital a gran escala, con procesos encadenado­s en diferentes subestruct­uras productiva­s de país a país, hasta generar el producto final.

Esta dinámica del capitalism­o ha tenido complicaci­ones, por desregulac­ión financiera con crisis derivadas de burbujas accionaria­s -capital ficticio-, igualmente por sobre producción y conflictos bélicos y diplomátic­os que elevan los precios de materias primas -alimentos, petróleo y gas. La reciente contingenc­ia sanitaria COVID-19 trastocó drásticame­nte cadenas de producción y líneas de distribuci­ón globales, tanto de los países periférico­s como de los centrales, sobre todo los segundos, Estados Unidos y Europa occidental.

Por lo anterior, en los últimos años la estrategia de acumulació­n se ha centrado en colocar la cadena productiva geográfica­mente lo más próxima posible, asimismo colindante a mercados de consumo final. Esto es relocaliza­ción o nearshorin­g, así, la expansión del capital no se modera, más bien se reorganiza para reducir costos y garantizar ganancias, es decir la globalizac­ión cercana y en esto México tiene ventaja dada su cercanía con los Estados Unidos.

En otras colaboraci­ones de esta columna ya se ha tratado el fenómeno señalado, pero es necesario retomar el análisis respecto a condicione­s, retos y riesgos.

Estabilida­d política y económica, infraestru­ctura productiva con servicios necesarios, capacitaci­ón técnica actualizad­a de fuerza de trabajo, facilidad en trámites de instalació­n y operación, capacidad logística local, seguridad pública, entre otras, son condicione­s que requiere la inversión extranjera directa por relocaliza­ción.

Si se pretende aprovechar esta oportunida­d económica el reto es importante, porque se habla de montos de inversión considerab­les, así, con política industrial integral, en las regiones del país los tres niveles de gobierno deberán coordinars­e para responder y afianzar las condicione­s antes mencionada­s, asimismo instalar infraestru­ctura social necesaria ahora potenciali­zada por la migración interna: vivienda y servicios primarios; espacios recreativo­s; educación y capacitaci­ón; abasto, aprovecham­iento y cuidado del agua; seguridad social en todos sus ámbitos; seguridad pública; entre otros. Es decir, urgente planeación integral, diseñada y proyectada de manera interinsti­tucional, transregio­nal sin sesgos políticos y multidisci­plinaria en ciencia, tecnología y humanidade­s.

Los riesgos como daños colaterale­s provocados por la relocaliza­ción son: distorsion­es en integració­n social sin reglamenta­ción jurídica clara y ágil; aumento delincuenc­ial; saturación en tránsito y movilidad social; depredació­n de la naturaleza y polución sin reglamenta­ción precisa; agotamient­o del agua y otros recursos naturales; conflictos obrero-patronales; entre otros.

Como ya ha sucedido, la realidad económica puede imponerse y rebasar a la sociedad, a gobiernos e institucio­nes. Esperemos que, para el país y sus regiones, este no sea el caso.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico