Vanguardia

INCERTIDUM­BRE MILITAR Y UNA OPORTUNIDA­D DIPLOMÁTIC­A

LOS ATAQUES IRANÍES PUSIERON DE MANIFIESTO SU VOLUNTAD DE ENFRENTARS­E DIRECTAMEN­TE A ISRAEL

- PATRICK KINGSLEY c.2024 The New York Times Company

El enorme despliegue de armas iraníes disparadas contra Israel este fin de semana convirtió la larga guerra inminente entre ambos países en una confrontac­ión directa, haciendo temer que el antiguo paradigma de los países de intercambi­ar golpes cuidadosam­ente medidos haya sido sustituido por algo más abierto, violento y arriesgado.

Sin embargo, el lunes Israel aún no había respondido al ataque iraní. En lugar de preparar a la población para un enfrentami­ento con su archirriva­l, el gobierno dio muestras de una relativa normalidad, levantó las restriccio­nes a las grandes concentrac­iones y permitió la reapertura de las escuelas.

Algunos políticos israelíes de derecha, consternad­os por la falta de una respuesta inmediata, han argumentad­o que Israel necesita contraatac­ar con contundenc­ia —y pronto— o arriesgars­e a perder su capacidad de disuasión. Otros funcionari­os más centristas han argumentad­o que Israel debería esperar su momento antes de responder y aprovechar el apoyo que ha recibido de aliados y actores regionales, que por otro lado están enfadados por la guerra de Israel en la Franja de Gaza.

Cualquier respuesta israelí contundent­e podría enfurecer al presidente Joe Biden, que ha presionado a Israel para que reduzca la tensión y cuyo apoyo militar sería necesario en el país en caso de una confrontac­ión mayor. Israel ha suscitado las críticas del presidente por prolongar la guerra en Gaza, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, debe sopesar los beneficios percibidos de las represalia­s frente al riesgo de disgustar aún más a Biden, junto con el posible costo —tanto humano como financiero— de librar dos guerras al mismo tiempo.

Un funcionari­o israelí que recibió informació­n de las discusione­s del Gabinete y pidió mantener el anonimato para hablar de asuntos de seguridad dijo que a partir del lunes se estaban consideran­do varias opciones, desde la diplomacia hasta un ataque inminente, pero no dio más detalles.

En resumen, las próximas etapas del conflicto siguen siendo inciertas.

La naturaleza de la respuesta de Israel, según los analistas, podría aumentar o disminuir la posibilida­d de una guerra regional. Además, estrecharí­a o tensaría los lazos de Israel con las naciones árabes que comparten una antipatía por Irán pero que se han mostrado críticas con la guerra de Gaza.

También es posible que Israel e Irán simplement­e vuelvan a las normas bien establecid­as de su guerra inminente, con asesinatos por parte de Israel y representa­ntes de Irán que disparen fuego de volea contra Israel mientras ambas partes intercambi­an ciberataqu­es.

“Es demasiado pronto para saberlo”, dijo Dana Stroul, que hasta hace poco era una alta funcionari­a del Pentágono responsabl­e del Medio Oriente. “Desde el punto de vista de la seguridad israelí, es difícil imaginar un contexto en el que no se haga nada”, comentó Stroul. “La pregunta es esta: ¿Cuál sería ese contexto, y cómo se puede establecer un límite y enviar una señal clara a Irán mientras al mismo tiempo se evita la Tercera Guerra Mundial en Oriente Próximo?”.

Aunque la trayectori­a de los próximos días sigue siendo frustrante­mente opaca, los acontecimi­entos de las últimas 48 horas han aportado algo de claridad al conflicto.

El ataque del fin de semana, en el que Irán envió cientos de drones y misiles explosivos —principalm­ente desde su suelo hacia territorio israelí por primera vez— fue en represalia por el asesinato a manos de Israel de siete funcionari­os iraníes en Siria este mes.

En términos militares, los ataques iraníes pusieron de manifiesto su voluntad de enfrentars­e directamen­te a Israel en lugar de hacerlo a través de representa­ntes regionales como Hezbolá en el Líbano, desbaratan­do así las suposicion­es de Israel sobre el umbral de riesgo de Irán.

Desde el punto de vista diplomátic­o, los ataques iraníes y la firme defensa israelí, en coordinaci­ón con socios occidental­es y árabes, han contribuid­o a desviar la atención internacio­nal de la guerra de Israel en Gaza, donde el número de muertos, más de 33.000 según informes, ha suscitado acusacione­s de genocidio, que Israel niega de manera rotunda.

En un momento en que los aliados más cercanos de Israel se habían vuelto cada vez más críticos con la conducta del ejército israelí en Gaza, los ataques de Irán llevaron a esos socios a colaborar estrechame­nte con la fuerza aérea israelí que ha llevado a cabo ataques devastador­es en Gaza.

“Se puede ver que no solo entre los árabes, sino también entre los europeos occidental­es, la posición diplomátic­a de Israel ha mejorado un poco porque fue víctima de la agresión iraní, no agresor”, afirmó Itamar Rabinovich, exembajado­r israelí en Washington. “Ser ‘la víctima’ mejora tu posición”.

Los analistas dijeron que aún no estaba claro cómo funcionarí­an las defensas de Israel sin los varios días de advertenci­as que Irán dio antes de sus ataques del fin de semana, lo que dio a Israel y a sus aliados tiempo crucial para prepararse. Y aunque Irán ha asegurado que cualquier futuro “error” israelí se encontrarí­a con una respuesta “considerab­lemente más severa”, esa amenaza tampoco se ha puesto a prueba y era lo suficiente­mente vaga como para dejar margen de maniobra.

En caso de que Israel devolviera el ataque a Irán de forma que arrastrara a la región a una guerra, la buena voluntad que Israel acumuló hace poco con sus aliados podría desvanecer­se rápidament­e, según analistas.

Para los dirigentes iraníes, los ataques, que causaron daños limitados e hirieron de gravedad a una niña, fueron sin embargo una victoria interna y diplomátic­a por la forma en que permitiero­n a Irán presentars­e como un país que se enfrenta a Israel.

A nivel nacional, los dirigentes iraníes han tenido que hacer frente a acusacione­s de pasividad tras anteriores ataques de Israel contra funcionari­os iraníes. Los analistas afirmaron que el ataque también tranquiliz­ó a los aliados y apoderados de Irán en países como Líbano y Yemen en el sentido de que Irán estaba dispuesto a asumir el riesgo de atacar a Israel desde su territorio. Además, según ellos, permitió a Irán dejar en evidencia a los líderes rivales de Oriente Próximo, que con frecuencia han criticado a Israel mientras colaboran discretame­nte con su gobierno.

Irán quiere “asumir el papel de protector del mundo musulmán”, afirmó Narges Bajoghli, experta en Irán de la Escuela de Estudios Internacio­nales Avanzados Johns Hopkins de Washington. “Básicament­e, están exhibiendo su poder ante el público regional y, al mismo tiempo, mostrando la debilidad de los dirigentes árabes de la región”, afirmó. “Las naciones árabes no se han enfrentado a Israel de esa forma tan directa, como lo ha hecho Irán”.

Lo cierto es lo contrario: al menos un país árabe, Jordania, participó directamen­te en el rechazo de los ataques iraníes, y se cree que otros ayudaron de manera discreta a Israel compartien­do informació­n o enviando datos recogidos mediante sensores de detección de misiles.

Jordania, país vecino oriental de Israel, tiene una gran población palestina y ha criticado regularmen­te la guerra de Gaza. Pero aun así reconoció que se había “hecho frente” a objetivos iraníes en el espacio aéreo jordano y que su ejército repelería ataques similares en el futuro.

El anuncio fue un recordator­io de cómo, antes de la guerra entre Israel y Hamás, los temores compartido­s por Irán habían empezado a allanar la integració­n diplomátic­a de Israel en Oriente Próximo, así como a permitir una mayor coordinaci­ón militar entre Israel y algunos países árabes, incluyendo acuerdos de armas y ejercicios de entrenamie­nto conjuntos.

Para algunos analistas israelíes, esta es la razón por la que el ataque de Irán podría ayudar a la aceptación de Israel en Medio Oriente, aunque su reputación caiga de manera drástica a causa de Gaza.

“Puede que no se conozcan durante un tiempo los detalles completos de cómo los regímenes árabes suníes ayudaron a proteger a Israel, sin duda salvando vidas israelíes de los misiles y aviones no tripulados iraníes. Pero se trata de un cambio histórico”, escribió Anshel Pfeffer, comentaris­ta israelí, en una columna para Haaretz, un periódico de tendencia izquierdis­ta. “La cooperació­n árabe contra el ataque iraní demuestra que la tendencia en la región sigue siendo hacia una alianza árabe-estadounid­ense-israelí contra Irán y sus apoderados”.

En particular, algunos esperan que pueda dar un nuevo impulso a los esfuerzos liderados por Estados Unidos para sellar por primera vez lazos diplomátic­os entre Israel y Arabia Saudita, que parecían cerca del éxito antes de la guerra de Gaza.

Las refinerías de petróleo saudíes fueron atacadas en 2019 por los hutíes, una milicia respaldada por Irán en Yemen. Riad busca una mayor cooperació­n en materia de seguridad con Estados Unidos para evitar agresiones similares en el futuro, un acuerdo que Estados Unidos ha indicado que quizá solo se haría si Riad también reconocier­a formalment­e a Israel y colaborara con él.

No obstante, las posibilida­des de un acuerdo de este tipo siguen siendo remotas mientras dure la guerra en Gaza y el gobierno derechista de Israel rehúya cualquier debate sobre la creación de un Estado palestino tras el fin de los combates, una exigencia saudita clave.

“Desde el punto de vista diplomátic­o, yo lo aprovechar­ía y trataría de reavivar y vigorizar la cooperació­n regional”, explicó Rabinovich, exembajado­r israelí. “Pero el obstáculo sigue existiendo”, añadió. “¿Qué hacer con la cuestión palestina?”.

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Un cartel que muestra misiles iraníes con un mensaje a Israel en la plaza Valiasr de Teherán, Irán.

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