Los beneficios de sudar
Un método alternativo e innovador que estimula el proceso de curación a través de la sudoración a base de rayos infrarrojos
La terapia infrarroja tiene numerosas bondades para nuestra salud
Bien estamos familiarizados con el malestar que produce el calor extremo y con la incomodidad provocada cuando el aumento de la temperatura corporal es tanto que es inevitable sudar, por eso para muchos el calor y el sudor son sus peores enemigos, sin embargo, sudar favorece a nuestra salud, así es, sudar nos conviene. Hace más de 25 años comenzó la investigación sobre las bondades de la terapia infrarroja, esta consiste en aprovechar la energía para estimular nuestro organismo desintoxicándolo en sesiones de 50 minutos, en las que se genera calor de entre 65 hasta 75 grados haciéndonos sudar. Al hacerlo, el cuerpo se libera de toxinas y metales pesados que son causantes de cáncer. Cuando se aplica una onda de diez micras de la luz infrarroja, esta impacta en moléculas de agua que encapsulan estos agentes dañinos, las moléculas comienzan a vibrar ocasionando que se rompan y liberen los materiales tóxicos para que posteriormente sean desechados, es un efecto parecido a la fiebre. Este tratamiento también ayuda a mejorar las enfermedades respiratorias como asma, gripe, sinusitis, entre otras, incluso es recomendada para padecimientos del sistema circulatorio como hipertensión y presión baja, además, en una sola sesión puedes perder hasta 1.500 calorías gracias a que el metabolismo aumenta pues el calor de la luz infrarroja activa al corazón como cuando hacemos ejercicio. Esta terapia está disponible en nuestro país gracias a Sundarata, un santuario de relajación en el poniente de la Ciudad de México. Las instalaciones cuentan con dos tipos de camas térmicas que utilizan la tecnología infrarroja, ambas camas emiten el calor necesario que penetra de cuatro a cinco centímetros dentro de la dermis promoviendo la regeneración del tejido, la cama con infrarrojo y minerales expuestos además libera turmalina y jade que son absorbidos por la piel. El efecto del intenso calor en cada sesión provoca que las venas se dilaten, mejorando la circulación linfática, lo que ayuda a eliminar mediante el sudor y la orina, agentes como: el arsénico, el tungsteno, el aluminio, el mercurio y el plomo, entre otros metales pesados que el cuerpo absorbe en el ambiente o en la alimentación.
Antes de iniciar la terapia, el usuario es envuelto en un traje de luz infrarroja, ajustando la temperatura de acuerdo a las necesidades individuales. Durante los 50 minutos el staff se encarga de proporcionar agua con minerales y el PH justo. Poco a poco el cuerpo va acostumbrándose, hasta que puede llegar a 75 grados en sesiones posteriores. En los últimos 20 minutos, el ritmo cardiaco se eleva como si se hiciera ejercicio cardiovascular intensamente. Acabando, se pasa a la sala de recuperación para continuar con aromaterapia, música relajante y té. Si se asiste con algún dolor o estresado, se pueden notar los cambios a partir de la primera sesión, tras cinco sesiones se puede ver una reducción de peso y cambios en la piel, así como la disminución de la celulitis. Las sesiones se complementan con presoterapia dos veces al mes, estas camas presionan los ganglios linfáticos del cuerpo, lo que disminuye la retención de líquidos pues
Una respuesta inmunológica proporcionada por la tecnología infrarroja
libera las toxinas que se quedan en la linfa dejando paso a células sanas e hidratadas. La terapia infrarroja simula funciones del hipotálamo mejorando la calidad de sueño, la presión sanguínea y disminuye el dolor crónico. Al ser tan completa se utiliza para padecimientos mayores como neumonía, artritis y cáncer, ya que la energía infrarroja emite fotones que liberan enzimas y estas simulan la actividad de los macrófagos, un tipo de glóbulo blanco que se deshace de bacterias y virus —entre más glóbulos blancos existan hay mayor resistencia a las enfermedades— una respuesta inmunológica proporcionada por la tecnología infrarroja.