El aroma de una peculiar rosa
Más que un perfume, hablamos de una esencia inolvidable con acordes que se convierten en un recuerdo que traspasa el tiempo
Izia, diminutivo de Isabelle en polaco, nació de un paseo por el jardín de una casa de la región francesa de la Loire, un oasis con exquisitas, indomables y singulares rosas que conservan su aroma después de cortarlas. Una esencia tan única que inspiró a Isabelle d’Ornano a crear el perfume de la mano de otras cuatro mujeres con distintos talentos y mismas afinidades, quienes compusieron en este una obra de arte que culmina en el reflejo del espíritu de la época. La perfumista, Amandine Clerc-Marie, recibió un ramo por parte de Isabelle d’Ornano, quien le pidió reproducir de manera idéntica su singular aroma, y ella con total fidelidad logró trasladar los acordes instintivos de las rosas a una fragancia contemporánea. La gran conocedora del perfume y del arte, Christine d’Ornano eligió a la artista inglesa Quentin Jones para darle cuerpo a Izia y entre las dos formaron la comunicación del perfume dejando volar la imaginación, combinando el romanticismo de las rosas con un patchwork asombroso y un diseño surrealista que combina en exactitud. En cuanto a la imagen, Sonia, sobrina de Isabelle d’Ornano, da vida a Izia como un retrato viviente que interpreta con un porte ligero y moderno. El encargado de esculpir el frasco en vidrio superpuesto en tono rosado con reflejos dorados, fue el escultor polaco Bronisław Krzysztof, quien lo hizo bajo la dirección de Isabelle. El alma de esta fragancia sintetiza la idea de la