Transformando el mundo,
Daniela Vega, Valentina Sampaio o Hari Nef son la punta de lanza de la nueva revolución sexual. El camino de la igualdad es lento y sinuoso, pero ellas han logrado que sus reivindicaciones retumben en todas las esquinas del planeta. Son las pioneras d
Un movimiento imparable por la igualdad y el respeto a todas las formas de vida tiene en Daniela Vega y Hari Nef a dos de sus célebres exponentes. Es la nueva revolución sexual.
Cuando el cine de Pedro Almodóvar rompió las fronteras de la Movida Madrileña en la que creció para exponer al mundo un talento tan irreverente como incomprendido, las élites culturales primero y el
mainstream después, aplaudieron no solo su manejo de la cámara y el color, sino la libertad epicúrea y casi anarquista que mostraban sus películas. España, país conservador, religioso y anquilosado tras 40 años de dictadura fascista, aparecía en los planos del oscarizado director como un remanso de paz y libertad. Almodóvar fue desde su aparición, parte indivisible de la vanguardia de una sociedad que cuando se estrenó
Pepi, Luci y Bom y otras chicas del montón en 1980 ni siquiera soñaba con formar parte de la Europa económica.
Amas de casa enganchadas a las pastillas, transexuales, abiertas relaciones homosexuales y drogas de todos los sabores, olores y colores, llenaban las pantallas de los festivales más importantes del planeta. ¿Era España ese país que mostraba el cineasta? Por supuesto que no, pero sin vanguardia no hay normalización. Es decir, es necesaria la exposición de pequeños logros progresistas para que un grupo poblacional asuma la importancia de esos cambios. Estados Unidos no es el East Village neoyorquino, ni México es la Colonia Juárez de la Ciudad de México, pero ambos barrios forman parte indivisible del desarrollo social de ambos países, cada uno a su manera.
Tampoco Brasil, según Naciones Unidas el país en el que más travestis y transexuales mueren de forma violenta, es la nación que muestran las modelos Valentina Sampaio o Lea T y el diseñador Ronaldo Fraga. Ellos son la proa de un barco que avanza imparable como un rompehielos en el Ártico: el barco de la libertad sexual, el barco de la igualdad de oportunidades, el verdadero pilar de las democracias modernas. Y junto a
Sampaio, formando parte de esa revolucionaria tripulación, navegan otras modelos internacionales como Hari Nef, primera modelo transexual en firmar un contrato con IMG Models, o Andreja Pejic.
Sampaio, de 22 años, se convirtió el pasado marzo de 2017 en la primera mujer transexual en protagonizar la portada de Vogue Paris, la Biblia. Un reconocimiento de la que es la publicación de moda más influyente de todos los tiempos, pero también un claro posicionamiento editorial de la revista, que en cuestiones de libertad sexual e igualdad de género siempre ha caminado varios pasos por delante de la sociedad francesa. Un “aquí estamos”, “aquí están”, que retumbó en noticieros, periódicos y redes sociales de todo el planeta en un momento clave en la historia para el reconocimiento pleno de la libertad sexual. Nótese, por otra parte, la ironía: el país de la liberté, la egalité y la fraternité, amaneció aquel día de marzo sacudido por una ‘polémica ficticia’ que precisamente solo ponía sobre la mesa la escasez de libertad, igualdad y fraternidad que habita en la psique de la sociedad gala y de otros países de la Unión Europea. ¿Es Europa el territorio de las libertades individuales y colectivas? Depende.
Según Amnistía Internacional (AI), el continente americano continúa avanzando en el camino de la igualdad de derechos, pero la organización no gubernamental también reconoce que “en países como Argentina, Bahamas, El Salvador, Haití, Honduras, Jamaica, República Dominicana o Venezuela se mantienen niveles elevados de crímenes de odio, apología del odio y discriminación, así como asesinatos y persecución contra activistas LGBTTTIQ”.
Sin embargo, México, uno de los países citados por AI en su informe, hizo historia en el año 2003, cuando la oaxaqueña Amaranta Gómez Regalado se convirtió en la primera candidata muxe en la historia del país. Un caso similar al de Daniela Vega, protagonista de esa deliciosa película titulada Una mujer fantástica, dirigida por Sebastián Lelio. Vega, chilena de nacimiento, fue una de las presentadoras de la 90ª edición de los Oscars, la primera transexual en subirse al escenario del Dolby Theatre. Otro hito; otro pequeño paso hacia la revolución definitiva que completará con sus proyectos futuros: un libro sobre su vida, una gira de conciertos (Vega es cantante lírica además de actriz) y una nueva película figuran en la agenda de la intérprete.
España, Brasil, Venezuela, Chile, México… Ninguno de los países citados puede presumir de un respeto integral hacia la transexualidad como sociedad. Son solo pequeños pasos, ínfimos detalles en un mar de desigualdad que permiten soñar con una luz al final del camino. Son los mentores de otras sociedades menos comprensivas, más centradas en buscar las diferencias que los puntos en común. Dice AI que la homosexualidad “puede suponer la muerte en Afganistán, Brunei, Mauritania, Pakistán, Arabia Saudí, Sudán y Yemen”, mientras que es ilegal en 80 países del mundo. Naciones Unidas está formada por 193 países miembros; seamos pues optimistas y pensemos en que 113 estados caminan de la mano hacia la libertad.
supuesto.·
Únicamente busquemos una cosa: demos voz al Almodóvar, al Lelio, a la Daniela Vega de todos esos rincones. Se lo merecen y su ayuda es imprescindible. Otro mundo es posible, por