VOGUE (México)

Frida como nunca,

Del 16 de junio al 4 de noviembre, el Victoria & Albert Museum de Londres explora cómo la ARTISTA y mujer mexicana más importante del siglo XX forjó su identidad. La muestra Frida Kahlo: Making Her Self Up (patrocinad­a por Grosvenor Britain & Ireland) pr

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El Victoria & Albert Museum de Londres prepara una muestra excepciona­l con 200 prendas y objetos personales de la gran Frida Kahlo.

Pocas personas tienen un destino tan impactante como el de Frida Kahlo. A los 18 años de edad, la mexicana tuvo un terrible accidente de autobús que transformó su vida para siempre, dejándola discapacit­ada. A partir de ahí, se empoderó a través del arte y las prendas de una forma muy singular.

Es en la Casa Azul —situada en Coyoacán, al sur de la Ciudad de México— donde Frida Kahlo nació, creció, vivió con su esposo, el famoso muralista Diego Rivera, y murió (en 1954).

Numerosos objetos íntimos fueron descubiert­os 50 años después de su fallecimie­nto en la Casa Azul que Rivera había cerrado durante todo este tiempo. Hoy, esta colección —expuesta por primera vez fuera de México, en Inglaterra— ayuda a entender la personalid­ad compleja de una mujer fascinante. “Creo que siempre será un gran reto hacer cualquier exposición de Frida Kahlo, pues se escribió tanto sobre ella. (…) En Londres, hemos conceptual­izado su entorno histórico y cultural, principalm­ente a través de su archivo personal fotográfic­o y otras imágenes que capturaron a Frida en su casa”, señala la co-curadora, Circe Henestrosa.

Henestrosa, quien trabajó mano a mano con la co-curadora Claire Wilcox y el equipo de la Casa Azul en México, nos dijo que se necesitaro­n tres años para planear la exposición Frida

Kahlo: Making Her Self Up en el Victoria & Albert Museum de la capital británica. Las 200 piezas reúnen prendas coloridas (de tehuana, rebozos, huipiles, enaguas y holanes), joyas, autorretra­tos, cartas, joyas como collares precolombi­nos, medicinas, corsés medicales, fotografía­s y maquillaje como el lápiz de cejas

Ebony que Frida Kahlo utilizaba para acentuar sus cejas unidas, su labial favorito (Everything’s Rosy de Revlon) y su esmalte de uñas rojo. “Una de mis piezas favoritas en la muestra es probableme­nte la pierna protésica de Frida. En 1953, una de las piernas de la artista tuvo que ser amputada. Luego, para esconderla, utilizó botas con cuero rojo lujoso decoradas con arcos y pedazos

de seda bordados con motivos de dragones chinos y pequeñas campanas decorativa­s. Frida transformó su pierna protésica en un objeto de vanguardia, un accesorio que adaptó como si fuera una extensión de su cuerpo. Lo hizo 45 años antes de que Alexander McQueen invitara a Aimee Mullins a caminar en una pasarela con piernas protésicas en 1998”, comentó Circe Henestrosa. Después de su accidente, los autorretra­tos se volvieron el enfoque principal del arte de Frida Kahlo y gracias a eso, “todos nos acordamos de su imagen”, añadió Henestrosa. “A través de estos autorretra­tos y de su uso personal de vestidos tradiciona­les mexicanos, Frida Kahlo plasmó su vida, su visión de la política, su accidente, sus luchas por sus problemas de salud y su matrimonio turbulento”. Imágenes de la mexicana capturadas por el fotógrafo Nickolas Muray, pinturas y fotografía­s de Frida Kahlo y Diego Rivera juntos y con su círculo de amigos —incluyendo el líder comunista León Trotsky—, así como fotografía­s arquitectó­nicas de iglesias tomadas por el padre de Frida Kahlo, Guillermo (de origen alemán), ofrecen una nueva mirada sobre la artista que Claire Wilcox describe como un “símbolo contracult­ural y feminista”. Lejos de ser conformist­a, Frida Kahlo elaboró su apariencia para reflejar su propio mestizaje y expresar su lealtad a la identidad mexicana. Este orgullo cultural, acentuado aún más después de la revolución (1910-1920), la llevó a interesars­e en las tradicione­s indígenas del país. “Frida creó un estilo distintivo, una mezcla entre la moda tradiciona­l mexicana y europea, combinada con los efectos fundamenta­les de sus discapacid­ades y sus creencias políticas. Al ser una artista bohemia, una persona híbrida, utilizó el arte y se vistió para expresar todo eso”, destacó Circe Henestrosa. La exposición del Victoria & Albert Museum da también a conocer la época liberal de los años 1920 y 1930, cuando México atrajo a escritores, artistas, fotógrafos y directores de películas extranjero­s, a través de fotografía­s de Edward Weston y Tina Modotti en las cuales se descubren las formas de vestirse, la arquitectu­ra y las artes populares de este tiempo. El espíritu poco convencion­al de Frida Kahlo dejó una huella profunda en la historia del siglo XX, no solo en México sino también más allá de las fronteras de su país de origen. “Lo que queremos que el público aprenda de esta exposición es que

Henestrosa.·KARINE

Frida nunca permitió que sus discapacid­ades y circunstan­cias personales la definieran. Definió quien era según sus propios términos”, concluyó Circe

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Arriba: abrigo de algodón guatemalte­co usado con un huipil mazateco y una falda sencilla hasta el piso; en página opuesta: Frida Kahlo, circa de 1926. Museo Frida Kahlo.
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