LO QUE NO LOGRÓ EL INE, CASI LO HIZO GATELL

Apenas nos disponíamos a comentar de la llamada telefónica entre el presidente López Obrador con el recién estrenado Joseph Biden, y los pormenores del plan comentado entonces para frenar la migración centroamericana hacia el gabacho, cuando…

Pum: que comienzan a hervir las redes sociales luego del anuncio presidencial que encendió a México. No fue una gran noticia como “ya están aseguradas las vacunas para los mexicanos” ni tan terrible como… como como las que leemos a diario sobre la batalla que vamos perdiendo contra la pandemia…

Digamos que resultó malita, o malito: el Presidente anuncia que se contagió del maldito covid.

Es mala por principio, pues más allá de lo que digan sus acólitos o sus enemigos, a él elegimos para dirigir al país por seis años, y ahorita no estamos como para darle dos semanas de vacaciones, digo, de encierro por cuarentena.

No es tan mala porque es de presumir que tendrá a su disposición a los mejores médicos con los adelantos más sólidos en tratamientos contra el virus, sus síntomas y sus secuelas.

Y no: no es cuestión de que se vaya a un atiborrado hospital del IMSS –o más bien del ISSSTE– para callar la boca de sus detractores. Que es el Presidente, vaya.

Eso sí: no le vayan a dar ideas, capaz de que sí acaba lanzándose a un hospital público, nada más por seguir su impulso populista estilo PRI de los años 70.

De por sí ya andan acusándolo de irresponsable por no haberse vacunado con una dosis del primer lote que llegó a México, en su afán de demostrar que en su gobierno no hay lugar para los “influyentes”.

Tan fácil que hubiera sido tomar una foto en el pinchazo, para contradecir a los conspiracionistas que creen que la vacuna no sirve, o a los idiotas que juran que así les insertan un chip para que Bill Gates conozca sus verdades más íntimas.

Gates y los demás barones de internet ya las conocen, amiguitos… gracias al infernal aparato que controla nuestros días, llamado celular.

Además, en el Peje no hubiera funcionado, pues según otras teorías de consiparación, ya tiene en sí el chip de Carlos Slim. O de plano uno más chafa, el de Salinas Pliego.

Pero ¿qué esperábamos del gran estadista que ni siquiera usa el cubrebocas, que porque el ex galán de México, López-Gatell, no se lo recomienda? Ya nada más falta que el mismo Gatell se nos infecte…

En fin, que no es una buena noticia, aunque les pese a los resentidos, tampoco pésima, aunque le pongan veladoras, es apenas malita, y esperemos que mejore pronto.

Que mejore y aproveche el encierro para reflexionar en sus múltiples yerros, a ver si los alcanza a corregir y cerrar su sexenio, no como el mejor Presidente de la historia, al menos no como el peor. Digo, no está tan difícil: está duro superar a varios priistas en ese rubro.