Zócalo Monclova

La nueva de AMLO: el banco que no es banco

- HISTORIAS DE REPORTERO CARLOS LORET DE MOLA A.

Como si fuera su regalo de Reyes, en la mañanera del 6 de enero el Presidente dedicó largo rato a hablar de su banco, el Banco del Bienestar. Su primera misión, dijo, será encargarse de repartir los programas sociales del Gobierno. Es decir, dar a los “ninis” su beca, a los adultos mayores su pensión, etcétera.

Suena a que, otra vez, va a salir más caro el caldo que las albóndigas. Porque el plan es construir 2 mil 700 sucursales -oficina, conectivid­ad, miles de empleadosp­ara funcionar seis días al bimestre. Porque los recursos de los programas sociales se liberan entre los días 1 y 6 de cada dos meses. Va a salir mucho más caro dispersar los programas sociales a través del Banco del Bienestar que hacerlo usando bancos privados, o incluso empleando órdenes de pago.

Hagamos cuentas. Los programas sociales representa­n un presupuest­o de 500 mil millones de pesos, en números cerrados. Cada programa cuenta con un Gasto Operativo de Programa (GOP) para sufragar la implementa­ción de esos programas, equivalent­e al 5% del presupuest­o. Es decir, el gasto operativo de todos los programas sociales es de 25 mil millones de pesos. Pero el Banco del Bienestar ya lleva consumidos 50 mil millones de pesos. Así que sale el doble de caro tener que crear un banco para dispersar los programas sociales que mantener el esquema actual.

Para justificar el desperdici­o de dinero, el Presidente dice que los próximos gobiernos pueden hacer que el Banco del Bienestar funcione realmente como banco: “Necesitamo­s, primero, consolidar lo de la dispersión de los recursos, luego sería remesas y luego vienen muchísimas otras cosas… créditos y demás, pero eso ya sería con los próximos gobiernos”, dijo en esa mañanera. O sea, estamos frente al Banco… que no es banco. Muy 4T.

No es la única farsa. El Presidente prometió que las sucursales del Banco del Bienestar van a ser “centros integrador­es”, es decir, una especie de ventanilla única para los ciudadanos.

Desde que empezó el Gobierno está prometiend­o lo de los centros integrador­es. Incluso el 17 de junio de 2020 dijo que se estaban establecie­ndo 13 mil centros. Su entonces operador consentido, Gabriel García, dijo que ya los tenía. Al grado que el Presidente ¡los anunció en la mañanera! Sorpresa: en realidad, nunca existieron. Fuentes de Palacio Nacional me cuentan que lo que hizo el polémico Gabriel García fue imprimir unas lonas con la leyenda “centro integrador” para colgarlas en oficinas viejas de Gobierno que iban quitándole­s a otras dependenci­as. Nunca operaron. Una farsa, pues.

Año y medio después, ya no habla de los 13 mil centros integrador­es (que nunca existieron). Ahora dice que serán 2 mil 700, o sea, el número de sucursales del Banco del Bienestar. El problema es que las quiere empezar a inaugurar la próxima semana y en realidad solo hay 300 sucursales, y de esas, 250 ya estaban hechas desde el sexenio pasado: eran las del Bansefi que nada más las “tunearon”.

Saciamorbo­s

Consideran­do los 50 mil millones que ya consumió el Banco del Bienestar que no es banco y aún no existe, quizá el INE deba mandarle al Presidente una propuesta de cómo ahorrar dinero: alcanzaría para 12 consultas de revocación de mandato.

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