Pasar el Rubicón «Abran paso que ahí va (Abramo) Masso»
La reforma del Congreso para aplazar seis años la elección de una mujer que ocupe el despacho principal del Palacio Rosa —denominada «Ley Manolo» por su destinatario— también discrimina a los hombres. Su aplicación abriría la caja de Pandora en un partido que ostenta el poder desde hace 93 años y cuya unidad depende del gobernador de turno, así como de una intrincada red de intereses y complicidades transexenales. De entrada, cierra las puertas de sucesiones futuras a cuadros que se han preparado por décadas para desempeñar el cargo de gobernador (Jericó Abramo, Enrique Martínez, Eduardo Olmos, Salvador Hernández, Román Alberto Cepeda…), pues tendrían que esperar hasta 2035 para ser postulados.
El primero en entender el mensaje y reaccionar ha sido
el diputado Jericó Abramo. En 2017 intentó ser candidato, pero el gobernador Rubén Moreira lo sacó de la carrera bajo amenazas. Entonces tenía dos salidas: disciplinarse o buscar la postulación por otro partido, lo cual habría dividido al PRI y ocasionado eventualmente su derrota. Decidió apostar su capital político por Miguel Riquelme, cuyo triunfo, por escasos 36 mil sufragios, se debió a la combinación de varios factores y no sólo al voto de Saltillo. Un servicio más de Jericó al PRI consistió en aceptar la segunda posición de la fórmula senatorial encabezada por Verónica Martínez —sin trayectoria— en las elecciones de 2018. El PRI perdió con Morena. Martínez debe el escaño de primera minoría a Abramo, pues sin él como compañero en la boleta, Guillermo Anaya (PAN) ocuparía hoy su lugar.
Jericó permaneció en la banca hasta que Riquelme lo incorporó a su equipo como secretario de Vivienda y Ordenamiento Territorial. El año pasado era el aspirante a la presidencia de Saltillo con mayor intención, pero no el favorito del Gobernador e incluso habría sido vetado por el alcalde Jiménez. Ahora es diputado federal por tercera ocasión. Pero si la reforma aprobada por el Congreso se emplea para allanarle a Jiménez el camino hacia
la gubernatura, es poco probable que Abramo acepte sacrificarse de nuevo. En el contexto de la reforma que lo margina de las sucesiones de 2023 y 2029, seguir en el PRI ya no es alternativa. Pero sí Morena o Movimiento Ciudadano, aunque el partido de Dante Delgado parece ya haberse alineado con el PRI.
Abramo confirmó su intención de participar en la carrera sucesoria. Sin referirse al beneficiario de la «Ley Manolo», marca
diferencias entre una carrera meteórica y otra basada en el trabajo y la asiduidad. «El subir por la escalera te permite entender cada paso y tener lo que en política se necesita mucho: la paciencia, la voluntad, la humildad en la toma de decisiones y, sobre todo, la búsqueda de acuerdos», declaró a Ivonne Reyes (Reporte Índigo 10.12.21). El saltillense ha puesto las cartas sobre la mesa: «Tengo la preparación, es la tercera vez que soy diputado federal, he sido alcalde de Saltillo, regidor, presidente de mi partido. He subido por las escaleras, soy una persona a la que le gusta conciliar, sumar y multiplicar. Me gusta servir a la gente».
Jericó trasluce en la entrevista la posibilidad de ser candidato por otras siglas. ¿Por fin dará el paso? «Hoy he levantado la mano en mi partido para decir “yo aspiro” y quiero tener la oportunidad de ofrecer un proyecto que genere más beneficios para Coahuila. Que genere finanzas públicas estables, que se mantenga en constante crecimiento, que se fortalezcan las cosas en pro de los ciudadanos». El PRI destapó la caja de Pandora. Cuidado. Dividido perderá las elecciones quienquiera que sea el ungido (Continuará).