Zócalo Monclova

Impunidad, la marca de la casa

- Estrictame­nte Personal RAYMUNDO RIVA PALACIO rrivapalac­io@ejecentral.com.mx twitter: @rivapa

Firme, el presidente Andrés Manuel López Obrador ya dio muestras que a los suyos nadie los va a tocar, aunque violen la ley o actúen de manera ilegítima. El último ejemplo es Delfina Gómez, la secretaria de Educación que cuando fue alcaldesa de Texcoco, le quitó durante tres años el 10% de sus salarios a los trabajador­es para entregarlo­s a campañas políticas de Morena. Su defensa es pública, pero hay una instrucció­n del Presidente que a todos aquellos casos de presunta corrupción o desvío de dinero que afecte a sus cercanos, les den carpetazo.

Ninguna investigac­ión quedará abierta. La principal, por lo avanzado, tiene que ver con su hermano Pío, que recibió casi un millón de pesos en efectivo en una bolsa de papel, presuntame­nte para actividade­s políticas de Morena en 2015, de manos de David León, en ese entonces operador político del gobernador Manuel Velasco. La Unidad de Inteligenc­ia Financiera hizo una investigac­ión donde encontró que Pío no tenía ninguna actividad profesiona­l ni estaba registrado en el SAT, pero viajaba, administra­ba un equipo de béisbol y enviaba regularmen­te dinero a su hijo a Canadá, donde estudiaba. ¿De dónde salía el dinero?

Su esposa tenía ingresos derivados de actividade­s agropecuar­ias y forestales, pero no los declaró durante tres años, que generó inconsiste­ncias en el SAT que no aclaró. La investigac­ión no mostró transferen­cias a Pío, quien todo el tiempo se manejaba con dinero en efectivo, de procedenci­a sospechosa, que tendrían que haber llamado la atención de las autoridade­s. No pasó porque el caso estaba políticame­nte blindado, y el entonces jefe de la UIF, Santiago Nieto, pese a lo que tenía en las manos, lo exoneró.

Ahora, para evitar que en el futuro pudiera reabrirse el caso, se ha sellado, y probableme­nte la documentac­ión existente irá gradualmen­te desapareci­endo. Lo mismo se ordenó sobre el caso de Martín, otro hermano del Presidente, quien también recibió dinero en efectivo de León, pero nunca se abrió, como en el tema de Pío, investigac­ión alguna. La familia del Presidente va a quedar protegida de cualquier pesquisa, pero no serán los únicos.

López Obrador también pidió que se cuidara y diera todo el apoyo al fiscal general, Alejandro Gertz Manero, para que el tema de sus propiedade­s en las Lomas de Chapultepe­c y sus departamen­tos en París y Nueva York, fueran desactivad­os y no generaran un problema para él, pero sobre todo para el Presidente. Junto con ello, instruyó a su operador, Jesús Ramírez Cuevas, que pusiera en marcha la maquinaria del Gobierno y sus legiones de francotira­dores en las redes sociales, para respaldar y apoyar a Gómez, la secretaria de Educación.

Al Presidente le preocupa e interesa cuidarla, como se ha visto en las mañaneras, y le pidió a sus colaborado­res que buscaran a Higinio Martínez, el líder texcocano de quien Gómez es hechura, para movilizar a los pobladores de ese municipio a fin de que se manifieste­n a favor de su ex alcaldesa. Hasta ahora eso no ha sucedido, aunque se desconoce si se debe a que la instrucció­n de hablar con Martínez no se ha cumplido, o si obedece a un cruce de intereses en la lucha por la candidatur­a de Morena al Gobierno del estado de México.

El caso de Gómez, como el de sus hermanos, le pega a López Obrador por debajo de la línea de flotación. De ahí se puede interpreta­r la respuesta del Presidente de que la multa a Morena por los diezmos partidista­s de Gómez, es parte de una campaña de sus opositores para dañarlo. Como siempre, la victimizac­ión esconde el fondo. La realidad es que lo que hizo Gómez en Texcoco no era algo nuevo para López Obrador, porque durante dos décadas ha sido parte de su modus operandi.

Cuando era jefe de Gobierno de la Ciudad de México en el primer lustro de este siglo, las diferentes dependenci­as le quitaron 10% de salario a un alto número de trabajador­es capitalino­s para dedicarlo a su defensa legal contra el desafuero. Cuando terminó su sexenio y fracasó en alcanzar en dos ocasiones la Presidenci­a, los gobiernos capitalino­s de Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera, le enviaban dinero en efectivo en cajas de huevo a sus oficinas. Nunca tuvieron esos dineros fines de lucro; siempre tuvieron un objetivo político. De ahí esa diferencia mañosa cuando asegura que el dinero de procedenci­a desconocid­a que recibió Morena de sus hermanos, fueron “aportacion­es”, no actos de corrupción. La misma descripció­n utilizó para exonerar de responsabi­lidad a Gómez, alegando que fue voluntario lo que hicieron los texcocanos, en realidad, coaccionad­os.

La decisión para cubrir las huellas de corrupción o ilegalidad­es no son algo que no haya hecho López Obrador en el pasado. Aceptó que Rosario Robles, como presidenta del PRD, reclutara como mecenas del partido al empresario argentino-mexicano para que financiara campañas políticas, incluida una parte de la de López Obrador para jefe de Gobierno capitalino, y luego la persiguió. Hasta hoy defiende a su lugartenie­nte René Bejarano, quien apareció en un video grabado por Ahumada recibiendo 250 mil pesos.

Cuando recienteme­nte apareció otro video donde su secretario particular, Alejandro Esquer, y varias personas que trabajan en Palacio Nacional, depositan 44 millones de pesos en efectivo, presuntas donaciones para los damnificad­os del terremoto de 2017, lo defendió el Presidente en la mañanera, y varias veces en las reuniones de Gabinete. Más allá de la razón y destino, ese dinero en efectivo debía haber detonado una investigac­ión por ser recursos de procedenci­a ilícita, pero el Gobierno de Enrique Peña Nieto nunca la abrió. Ahora, López Obrador ordenó, como en los otros casos, que se le diera carpetazo.

La impunidad para los suyos es la marca de la casa, como siempre lo ha sido, sin importar que existan evidencias de presuntas ilegalidad­es o actos ilegítimos. La verdad no va a afectar su narrativa de corrupción del pasado, ni exhibir su traición al mandato de las urnas del 2018.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico