JESÚS LES DIJO: “VAMOS A LOS PUEBLOS CERCANOS PARA PREDICAR EL EVANGELIO, PUES PARA ESO HE VENIDO”

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre, y enseguida le avisaron a Jesús. Él se le acercó, y tomándola de la mano, la levantó. En ese momento se le quitó la fiebre y se puso a servirles. Al atardecer, cuando el sol se ponía, le llevaron a todos los enfermos y poseídos del demonio, y todo el pueblo se apiñó junto a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó a muchos demonios, pero no dejó que los demonios hablaran, porque sabían quién era él. De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, Jesús se levantó, salió y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar. Simón y sus compañeros lo fueron a buscar, y al encontrarlo, le dijeron: “Todos te andan buscando”. Él les dijo: “Vamos a los pueblos cercanos para predicar también allá el Evangelio, pues para eso he venido”. Y recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando a los demonios.

REFLEXIÓN La capacidad de echar fuera demonios y de curar, es para Jesús la mayor evidencia que puede dar de que el Reino de Dios había llegado a la humanidad por el Espíritu y el amor del Padre que estaban con él, y a través de los cuales podía hacer estas cosas. Sin embargo, para

Jesús también era importante apartarse para mantener una comunión permanente con Dios y, de esta forma, fortalecer su cuerpo, su mente y su espíritu para acercarse a las personas y atender sus necesidades. El ser liberados de los demonios y curados de enfermedades ahora estaba al alcance de los hombres, mujeres, niños, ancianos y personas sencillas, como la suegra de Pedro, que ha decidido creer en Jesús y quien al ser curada, se pone de inmediato a su servicio como signo de gratitud, fe y auténtico seguimiento. ¿Qué milagro ha hecho Jesús en tu vida? ¿Cómo has decidido servirlo y seguirlo?

Fuente: Reflexiones de Rubenia Figueroa y Myrza Barra Salgado