‘Me sentí morir, mi niña tenía cáncer’
Hoy sigue en revisiones pero ya ha recuperado su fuerza
Una de las peores noticias que puede recibir los padres es que tu hijo tenga cáncer, aún cuando es una bebé de sólo 2 años de edad que tiene una vida por delante, sin embargo, la fuerza del amor se hace presente y los papás comienzan una batalla sin cuartel contra esta enfermedad para salvar a su hija y recuperar su vida.
Rosario Elizabeth Ríos dijo que a los dos años, a su hija Camila se le detectó leucemia linfoblástica aguda, que es un tipo de cáncer muy común en los niños, pero lo que más temor le causó fue cuando le informaron que este había invadido el 50% de su cuerpo.
“Yo sentí morir, lo que nos alentó es que dijeron que era el cáncer más tratable y que tenía posibilidades de salir adelante”, señaló.
Recordó que su niña comenzó a inflamarse de su cara, estómago y le salieron puntos rojos en su estómago, la llevaron a consultar, era pandemia y fueron con un pediatra que la diagnosticó como si estuviera reteniendo líquidos, pero al no ver mejoría fueron con otro pediatra particular, éste les dijo que por su experiencia su hija tenía leucemia.
La llevaron al IMSS, la internaron,
le hicieron estudios, y el diagnostico era leucemia linfoblástica aguda.
Dijo que luego de 4 días internada en la Clínica 7 del IMSS, la pasaron a la Clínica 25 en Monterrey donde estuvieron dos meses y medio y se le dio quimioterapia diaria.
“Cuando llegamos allá nos atendió el doctor Daniel Gómez, toda mi gratitud a él, porque le hicieron un estudio de médula ósea pero se tardaba como 15 días el resultado y él al ver a mi hija decidió no esperar y empezar la quimioterapia, la primera e fue la más difícil porque el cuerpo de mi hija no está acostumbrado, ningún cuerpo está acostumbrado a un tratamiento tan fuerte y ella se fue para abajo, era una niña de dos años que gritaba, bailaba, ya no usaba pañal, ya comía sola; después de su primera quimioterapia volvió a ser un bebé, ya no hablaba, ya no comía, ya no se levantaba, sólo abría y cerraba sus ojitos y
Era de quimioterapias intensas; íbamos, le ponían quimioterapias un día sí y un día no, quimioterapias de 24 horas seguidas, luego empezaron a extenderse un poquito más, íbamos una semana sí y una semana no, después toda la semana se la pasaba internada recibiendo la quimioterapia, luego empezamos a ir cada quince días, después cada mes, cada dos meses y al último, cada tres meses”, Rosario Elizabeth Ríos, madre de la pequeña.
era muy, muy difícil”, expresó.
Mencionó que el médico la dio de alta en diciembre para que pasara las fiestas decembirnas en casa, y en enero retomaron las quimioterapias.
“Fueron dos años muy difíciles, el primer año fue vivir en el hospital en Monterrey; tenemos otros dos hijos, Alexis y Juan, que también sufrieron mucho porque su mamá y su papá no estaban, era quedarse con tíos, con abuelos, nuestra familia se separó, porque mi esposo Juan Hermilo estaba conmigo”, resaltó.
Dijo que tuvieron que comprar medicamentos de 80 mil pesos, porque no había en el hospital, llevarlos en hieleras especiales y luego ponérselos a la niña y verla débil.
“Veía a mi hija y preguntaba ¿Cuánto tiempo me queda con ella? ¿Cuántas veces más me va a decir mamá? ¿Cuántas veces más voy a poder sujetarla? ¿Voy a poder abrazarla? ¿Cuánto tiempo tengo?”.
Dijo que con dolor de su corazón y de su ser, le entregó su niña a Dios, “yo le dije, Señor si es tu voluntad llevártela, hazlo, pero que sea ya, que ya no sufra, pero si es tu voluntad que se quede conmigo, ayúdala a levantarse y a partir de ese día, mi niña comenzó a tener una mejoría”.
Hoy su hija está bien, sigue en revisiones, para ella es normal que le saquen sangre, que le pongan una inyección, pues eso ha visto toda su vida, pero está mucho mejor.