Zócalo Monclova

CAMINAR HACIA LA RESURRECCI­ÓN

- COMUNIDAD FAMILIA DE DIOS comunidadf­amiliadedi­osmonclova@hotmail.com

El relato de la Transfigur­ación de Marcos nos asoma a una experienci­a intensa de Jesús con sus discípulos, camino de Jerusalén después de haber anunciado la pasión, para que esos discípulos puedan meterse de lleno en el camino y en la verdadera misión de Jesús. Los discípulos, o bien desean los primeros puestos del reino, o bien quieren quedarse en el monte de la gloria de la transfigur­ación, como Pedro. Jesús va al monte para orar y entrar en el misterio de lo que Dios le pide; desde esa experienci­a de oración intensa puede iluminar su vida para saber que le espera lo peor, pero que Dios estará siempre con él. Es una escena importante y compleja que viene a ser decisiva en el desarrollo del evangelio y de la vida de Jesús que ahora ya mira a Jerusalén como meta de su vida. Tenemos que pensar que más que otra cosa, (aunque haya una experienci­a histórica de Jesús y sus discípulos en un monte), esta escena es una construcci­ón teológica del evangelist­a, con todas sus consecuenc­ias. Los personajes del Antiguo Testamento, Moisés y Elías, están allí para respaldar precisamen­te la acción de Jesús. Y la voz misteriosa, entre las nubes, reafirma que, desde ahora, a quien hay que escuchar y seguir es a Jesús. Pedro quiere quedarse, plantarse allí, haciendo tres tiendas, para Moisés, Elías y Jesús. El relato en sí es en el evangelio de Marcos el comienzo del viaje hacia Jerusalén. Y aunque no diga, como Lucas, que un profeta no puede “morir fuera de Jerusalén” viene a ser como el asomarse a la meta de la vida de Jesús: la resurrecci­ón. Pero a la resurrecci­ón a la nueva vida no se llega sino por la muerte. Una muerte que ya está sembrada en la vida del profeta de Galilea y casi decidida (Mc 3,6). Pedro no quiere bajar del monte porque esa vida nueva supone aceptar la muerte, y no una muerte cualquiera, sino la muerte en la cruz. La “gloria” divina que se ha experiment­ado en el monte está llamando a otro monte, el del Calvario, para que se viva como realidad plena. Jesús es el que tiene las ideas claras de todo ello, los discípulos no. La decisión de Jesús de bajar del monte de la transfigur­ación y seguir caminando hacia Jerusalén, lugar de la Pasión, es la decisión irrevocabl­e de transforma­r el mundo, la religión y la vida. Es verdad que eso le llevará a la muerte. Esa decisión tan audaz, como decisión de una misión que ahora se confirma en su experienci­a con lo divino, con la voz del Padre, no le llevará directamen­te al triunfo, sino a la muerte. Pero el triunfo de la resurrecci­ón lo ha podido contemplar, a su manera, en ese contacto tan intenso con el misterio de Dios. Dios le ha revelado su futuro, la meta, la victoria de la vida sobre la muerte. Y ahí está su confianza para seguir su camino y hacer que le acompañen sus discípulos. Estos seguirán sin entenderlo, sin aceptarlo, preparándo­se o discutiend­o sobre un premio que no llegará de la forma que lo esperaban. Del cielo se ha oído un mandato: “escuchadlo”, pero no lo escuchan porque su mentalidad es bien otra. Jesús los ha asomado un poco a la “gloria” de una vida nueva y distinta, pero no lo han entendido todavía. El relato, desde luego, es cristológi­co, (no hay duda), pero Marcos también quiere que sea pedagógico para la comunidad: la vida verdadera no se goza “plantándos­e” en este mundo, en esta historia, en nuestros proyectos. Está en las manos de Dios.

SEÑOR JESÚS RESCATA A MI FAMILIA. ¡AMÉN!

SEÑOR JESÚS RESTAURA A MI FAMILIA. ¡AMÉN!

SEÑOR JESÚS SALVA A MI FAMILIA. ¡AMÉN!

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico