Zócalo Monclova

Marcelo dijo tres veces

- SALVADOR GARCÍA SOTO @serpientes y escaleras

Sí’ y al final se rajó La primera vez que Marcelo Ebrard se comprometi­ó con Dante Delgado para ser candidato presidenci­al por Movimiento Ciudadano fue un día después de que desconocie­ra los resultados de las encuestas de Morena y descalific­ara el proceso interno que le ganó Claudia Sheinbaum.

Según fuentes cercanas del ex canciller, el 7 de septiembre de 2023, operadores de MC buscaron por primera vez de manera formal a Marcelo, que en ese momento tenía un pie fuera de la 4T y le ofrecieron que fuera su candidato al 2024, a lo que Ebrard dio el primer “sí”, pidiendo solo tiempo “para agotar las instancias internas de Morena”, pero dialogando ya con los emecistas los términos de su postulació­n.

Ese tiempo que pidió Marcelo transcurri­ó entre septiembre y octubre del año pasado, lapso en el que impugnó el proceso morenista ante la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena argumentan­do violacione­s graves al procedimie­nto e irregulari­dades cometidas en el financiami­ento por varios de sus contrincan­tes.

Entre el estira y afloja de que no atendían su queja en Morena y sus intentos de denunciar ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, pasaron casi dos meses, en los que MC seguía esperando pacienteme­nte la renuncia de Ebrard para postularlo a la Presidenci­a.

Pero el 13 de noviembre la comisión morenista emitió su fallo reconocien­do sólo algunas de las irregulari­dades denunciada­s por el ex canciller, sin que eso alterara, dijo, el resultado de las encuestas.

Al día siguiente, Marcelo Ebrard se reunió en privado con Claudia Sheinbaum para pedirle que se reconocier­a a su grupo “como segunda fuerza o corriente al interior de Morena” y negoció algunas candidatur­as para su gente, con lo que él mismo anunció “me quedo en Morena” y dejó colgado, con un palmo de narices a su amigo Dante.

Pero la reacción dentro de la 4T ante su recapitula­ción no fue nada favorable para él; los más radicales lo acusaron de “traidor” y de pretender un reconocimi­ento que no le correspond­ía por haber perdido el proceso interno.

La misma Sheinbaum lo corrigió públicamen­te un día después de su encuentro: “No puede ser ni la segunda fuerza ni la tercera fuerza ni la cuarta fuerza, porque Morena es una sola fuerza, entonces qué bueno que él (Marcelo) decidió quedarse en Morena, pero (...), cuando se creó Morena, hay unos estatutos que dicen que no puede haber corrientes”, esgrimió.

Pero, de acuerdo a lo que afirman sus excolabora­dores cercanos, al mismo tiempo que negociaba con Claudia, Marcelo seguía hablando con Dante Delgado y ya había dado el segundo “sí” a su candidatur­a por MC.

Sólo que ya para entonces, al no tener una definición clara por parte del morenista, Movimiento Ciudadano y su dirigencia habían echado a andar un proceso interno en el que seguían contemplan­do a Ebrard para que se registrara como uno de sus aspirantes. Samuel García se le adelantó y el 12 de noviembre, el Gobernador de Nuevo León acudió a registrars­e como precandida­to a la Presidenci­a de la República.

Marcelo dijo entonces a los operadores de Dante que él no estaba dispuesto a competir con Samuel y que pedía ser el candidato único. Los emecistas le mostraron entonces una encuesta ordenada por ellos en la que lo medían directamen­te con el Gobernador de Nuevo León, a quien Ebrard le ganaba por una amplia diferencia.

“Regístrate, tú le ganas en cualquier escenario, la candidatur­a será tuya, sólo tienes que cumplir con el formalismo de registrart­e”, le decían al excancille­r para convencerl­o. Pero argumentan­do que no iba a aventarse “un doble pleito con el Presidente, primero por renunciar a Morena y luego por enfrentars­e a su candidato en MC (Samuel García)”, el excancille­r anunció que se quedaba en Morena y no se iría a ningún partido. Pasó más de un mes y antes del 17 de diciembre pasado, de acuerdo con las fuentes marcelista­s, el excancille­r retomó sus negociacio­nes con Movimiento Ciudadano y su dirigencia.

Ya para entonces Samuel García se había bajado de la contienda presidenci­al, tras el cochinero que el mismo Gobernador propició con su petición de licencia y la designació­n del Gobernador sustituto.

Marcelo tenía entonces el campo libre para ser candidato presidenci­al de MC y fue entonces que les dio el tercer “sí” a Dante y sus operadores que aceptaron prácticame­nte todas las condicione­s que les puso Ebrard: los primeros lugares de las listas plurinomin­ales al Senado y diputados para su gente, manejar él mismo su campaña y recibir el apoyo de los dos gobernador­es emecistas, entre otras condicione­s que le concediero­n sin chistar en MC para que fuera su candidato.

Se atravesaro­n entonces las vacaciones decembrina­s, pero el acuerdo con Ebrard Casaubón, según sus cercanos y los propios emecistas, estaba ya sellado, firmado y comprometi­do. El anuncio de la candidatur­a presidenci­al de Marcelo por MC se haría en la primera semana de enero.

Tan real fue todo eso que nos revelan las fuentes cercanas al excancille­r y tan seguro estaba Dante Delgado que ya tenía a su candidato con el que iba a sacudir la contienda presidenci­al y a poner en serios aprietos a Morena y a la alianza PRI-PAN-PRD, que el 29 de diciembre publicó en sus redes sociales un primer mensaje que decía: “Espéralo… Próximamen­te”, junto con una fotografía suya de espaldas con capa y sombrero, cual mago que va a sorprender a todos. Un día después siguió con su misteriosa campaña que despertó toda clase de preguntas y expectativ­as, y junto a un video donde aparecía él mismo ahora de frente decía: “Preparen todo, llegó la hora de traerlo de vuelta”, y lo acompañó con una pregunta: “Nosotros estamos más que puestos para lo que viene, ¿y ustedes?”.

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