Vigila María seguridad y orden
El mantener la seguridad y el orden en una ciudad con más de 75 mil habitantes, es una de las labores más difíciles a desempeñar, sin embargo, para María Antonia Rodríguez González, es uno de los trabajos que más satisfacciones le ha brindado, pues siendo policía logró sacar a su familia adelante.
Narró que ella entró a la corporación policiaca hace 13 años, cuando estaba en medio de un gran problema familiar pues se estaba divorciando y tenía dos hijos adolescentes a los cuales tenía que sacar adelante, pese a que en ese momento no contaba con un trabajo estable.
Ante esto, dijo que unos amigos le dieron a conocer que estaba abierta la convocatoria para trabajar en la Academia de Policía y decidió llevar su solicitud y a los dos meses entró en la corporación, siendo este uno de sus primeros logros.
Mencionó que durante este tiempo como policía se ha enfrentado a grandes retos, pues ha acudido a atender los reportes de suicidio, que son los que más le afectan, pues son personas que lamentablemente deciden terminar con su vida, cuando aun les faltan muchos años para crecer y ser alguien mejor.
Así mismo, comentó que otros de los problemas más grandes que ha enfrentado fue en el 2019 cuando ella se encontraba como radio operadora, contestó una llamada de un niña de 13 años, que desesperada pedía auxilio pues su padre estaba a punto de matar a su mamá y ella aun cuando estaba muy asustada fue quien habló y guió a los policías hasta su casa.
“Esto fue algo muy complicado pues para empezar yo soy mamá, y escuchar a una niña desesperada, asustada y llorando porque están a punto de matar a su mamá te parte el alma, afortunadamente se logró llegar al lugar, rescataron a la señora y a la menor y todo salió bien”.
Sin embargo, dijo que ha enfrentado situaciones que han puesto en riesgo su vida como una riña en la que ella resultó herida, pues le encajaron una navaja en el brazo y estuvo unos días trabajando en área
administrativa, hasta una ocasión en que un grupo delictivo los rodeó y pensó que ahí acabaría su vida.
“Esa ocasión nos reportaron a un hombre tirado en una brecha en el ejido Fresnillos y acudimos a levantarlo, entonces llegó una gran cantidad de personas armadas, nos rodearon y yo pensé en que ahí acabaría mi vida, pensé en mis hijos, en que los iba a dejar solos, se me vinieron muchas cosas a la cabeza en unos segundos, pero gracias a Dios, ellos de repente se fueron y nosotros pudimos salir del lugar ilesos”, recordó.