Zócalo Piedras Negras

Las maniobras del fiscal

- ESTRICTAME­NTE PERSONAL RAYMUNDO RIVA PALACIO twitter: @ rivapa

Rosario Robles estará hoy en la tarde ante un juez que decidirá si ratifica el amparo para que enfrente su proceso en libertad. Robles entró a la cárcel en agosto de 2019, tras presentars­e a declarar por el presunto uso indebido del servicio público al omitir informar sobre un desvío de 5 mil millones de pesos. Nunca admitió el delito de desvío, por lo que no podía omitir lo que no sabía. En cualquier caso, el delito le permitía defenderse en libertad, pero las autoridade­s federales y la Ciudad de México, le inventaron pruebas para que un juez de consigna le diera prisión preventiva. Después de dos años, el amparo que le otorgó un juez la semana pasada, la tiene en la puerta de salida.

Robles está tan segura de que alcanzará la libertad que comenzó a regalar su ropa y las pertenenci­as que atesoró durante su estadía en la prisión, porque no puede llevarse nada. Es probable que se ratifique el amparo y camine hacia la calle, pero no está claro si el fiscal Alejandro Gertz Manero, dejará que se vaya a su casa tranquilam­ente.

El fiscal está actuando como depredador de la clase política adversaria al presidente Andrés Manuel López Obrador, y en el caso de Robles, la sevicia contra ella parece responder a un viejo agravio que siente su jefe de cuando era líder del PRD.

Hay contra ella una motivación personal, pero como ella y muchos otros más, existe también una motivación política. Las dudas sobre cómo actuará Gertz Manero, se asientan en la manera como se ha comportado con sus perseguido­s políticos.

Por sistema, sean políticos, científico­s o empresario­s, les ha negado el acceso a la carpeta de investigac­ión para que sepan de qué los acusan, por lo que los jueces han otorgado prórrogas a las audiencias donde les deberían leer las imputacion­es.

Eso pasó apenas el jueves pasado, por ejemplo, cuando por esas razones un juez aplazó la audiencia que tenía el exsenador panista Jorge Lavalle. Robles y Lavalle, a quien también le han estado fabricando imputacion­es, le dieron margen de maniobra política a Gertz Manero porque, a sabiendas que sus casos no ameritaban prisión preventiva, se presentaro­n a declarar.

No se imaginaban que la ley, en estos tiempos de persecucio­nes políticas, se estira tanto como quiera el fiscal y todo como lo desee el Presidente. De ahí que los políticos a quienes se ha llamado a declarar por temas de corrupción, hayan puesto una frontera de por medio, y reclamando a los jueces que no tuvieron acceso a sus carpetas de investigac­ión, y logrando prórrogas para las audiencias.

Esta forma de esconder lo que por ley debían entregarlo, es visto por algunos expertos como una estrategia de la Fiscalía General de la República, porque las acusacione­s contra políticos, principalm­ente aquellos señalados por el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, no se sostienen.

Pero como Gertz Manero no va a permitir que la ley lo derrote y sus casos se desmoronen, está ejecutando una maniobra para elevar los costos y provocar errores o dudas de las defensas, como lo adelantó Milenio el lunes, al publicar que los 17 imputados originalme­nte por Lozoya, serán acusados por delincuenc­ia organizada por la FGR.

Las intencione­s de Gertz Manero se pueden ver en el ejemplo práctico de Ricardo Anaya – el excandidat­o presidenci­al del PAN– a quien no le dieron acceso a su carpeta de investigac­ión y luego le dieron más de mil fojas casi en la víspera de su audiencia, provocando que ante la queja, el juez fijara una nueva audiencia para el 8 de noviembre, donde tendrá que acudir personalme­nte a declarar. Anaya Cortés se encuentra fuera de México y la pregunta es si se presentará. Su defensa debe tener como referencia lo que sucedió con Robles y Lavalle, donde no importa la legalidad, lo importante es meterlos a una celda. Si eso sucede y no se presenta, la Fiscalía podrá solicitar una orden de aprehensió­n y el juez, sobre todo si es del grupo que trabaja por consigna con esa oficina, se las obsequiará.

A partir de ahí, la persecució­n se volverá una cacería con la ayuda de Interpol, y sería cuestión de tiempo para que Anaya regresara a México en calidad de detenido. Lo que pase jurídicame­nte después, es secundario. La óptica es lo importante.

Después de Anaya Cortés, el mismo camino vendrá con el resto de los imputados por Lozoya. Acusacione­s por delincuenc­ia organizada, como la que inventó Gertz Manero en el caso de los científico­s, están cocinándos­e. Milenio reportó que se le formularán al expresiden­te Enrique Peña Nieto y varios de sus secretario­s de Estado, como Luis Videgaray, Pedro Joaquín Coldwell e Ildefonso Guajardo, así como los exdirector­es de Pemex, José Antonio González Anaya y Carlos Treviño, tales imputacion­es.

La Fiscalía solo tendrá que repetir sus artimañas, maquinacio­nes e inventos – como lo ha hecho– para jugar con la defensa, apostar a que no se presentará­n a declarar, y lograr que un juez le obsequie órdenes de aprehensió­n, vaya, la óptica nuevamente.

No importa que en el largo plazo los casos se caigan por falta de pruebas. Lo que de fondo no es la aplicación de la ley, porque no son casos jurídicos sino políticos. Por eso la estrategia del amago mediante la invención de pruebas, e inhibir que se presenten ante el juez a declarar, para entonces sacar una orden de aprehensió­n.

De esta forma se cierra el círculo diseñado por la Fiscalía General de la República para bombear combustibl­e a la narrativa del Presidente contra la corrupción, y que mantenga viva la posibilida­d de que el electorado vote por quien quiera en el 2024.

Lo que pase jurídicame­nte después es secundario. Lo relevante para el Presidente es cómo salta el primer obstáculo definitori­o la FGR esta tarde, cuando se conozca la suerte inmediata de Robles. Por eso, la rudeza con la que actúe Gertz Manero, marcará el tono de López Obrador en los tres años por venir.

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