La resaca del ‘Mayito Fest’: La deuda oculta de San Juan de Sabinas
Todo era risas y diversión: un Presidente Municipal aventando billetes al público desde un templete en el clímax del festival al que convocó en San Juan de Sabinas con motivo de su cumpleaños.
Los videos del folclórico desfiguro, como era de esperarse, se hicieron virales en redes sociales y trascendieron a medios de comunicación allende las fronteras de Coahuila. Y cómo no, si vivimos la civilización del espectáculo. La decadencia de la política y la vida pública en general.
Sin embargo, con la resaca a cuestas, el quitarisas aparece. En este caso no en forma de cruda moral, sino de deuda pública. El 31 de mayo se votó en Cabildo un punto de acuerdo propuesto por el referido Alcalde morenista, Mario Alberto López Gámez, para la contratación de uno, o varios créditos, hasta por la cantidad de 9 millones 139 mil 860 pesos, cuyo destino sería “cubrir necesidades de infraestructura” en el municipio de la Región Carbonífera. Obra pública, pues.
Como se publicó en este mismo espacio el martes 29 de noviembre, en lo que va del año solo se han “invertido” 4.2 millones de pesos en una pavimentación cuando el presupuesto anual para 2022 es de 216.2 millones de pesos. Dicho de otra forma: no hay tal obra pública. La necesidad existe, eso sí.
La cifra solicitada equivale al 6% de los ingresos del Municipio para 2022, conforme a lo exigido por el Artículo 30 de la Ley de Disciplina Financiera de las Entidades Federativas y los Municipios, y el Ayuntamiento se comprometió a pagarla en un lapso de 12 meses a partir de su formalización, es decir, como se trata de un crédito a corto plazo, no requiere avisar al Congreso del Estado.
Y como las formalidades ya no importan en el régimen de la 4T, no se ha inscrito en el Registro Público Único de Financiamientos y Obligaciones de Entidades Federativas y Municipios, a cargo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Se trata de un crédito quirografario; esto quiere decir que no necesita garantías de pago que lo avalen ni autorización notarial para consumarse ni siquiera se firma un contrato con la institución bancaria, sino basta un pagaré. La ventaja: el dinero está disponible con rapidez, pero todo lo anterior tiene un costo: mayores tasas de interés y gastos contingentes adicionales.
Así que sin abrirse un proceso competitivo para obtener mejores ofertas ni difundirse vía transparencia, puede ocultarse durante el ejercicio fiscal. El crimen perfecto. En resumen: es un mal negocio para las arcas, aunque no para quien se para el cuello y saluda con sombrero ajeno.
Por separado, en un documento anexo dirigido a quien corresponda, el propio Ayuntamiento revela que ocupará el préstamo para “cubrir necesidades de corto plazo” debido a “insuficiencias de liquidez de carácter temporal”. Por lo demás, llama la atención que “Mayito” solicitó la obligada autorización a Cabildo cuando no había transcurrido ni siquiera el primer semestre del trienio.
¿Pues no que había “manteca de la gruesa”, como dijo el Alcalde cuando fue cuestionado sobre el origen de los recursos para el Mayito Fest?
Cortita y al pie
Los regidores, en este y la mayoría de los ayuntamientos de Coahuila independientemente cuál partido gobierne, actúan como coro. Son los cabildos un paseo de ovejas. Cumplen su periodo en la sombra, firman y validan automáticamente todo. No analizan a fondo los temas a tratar en las sesiones ni oponen resistencia.
En el caso que nos ocupa el préstamo se autorizó de forma unánime: con 14 votos a favor, incluido el de Brianda Estefanía Sosa Vega, síndica de mayoría, hermana de Raúl Abraham “El Facturero” quien cogobierna junto a “Mayito” en San Juan de Sabinas, como se ha difundido aquí.
Ella, junto al Edil morenista, al tesorero y al secretario del Ayuntamiento, fueron facultados para celebrar el negocio.
La última y nos vamos
Deje usted que sea un remedo del Pirata de Culiacán o su estilo personal un vergonzante capítulo para Coahuila y la inteligencia colectiva; la gestión pública es lo relevante.
Y es ahí donde –como pregona Morena– no son iguales. Son peores.