¿Quién debe garantizar la felicidad?
Esta semana inicie mi cuenta de Tik Tok. @lizbethogazn. Esta red social es un espacio lúdico en el mejor de los sentidos, como afirmaba Johan Huizinga en su libro Homo Ludens, donde analiza la importancia cultural y social del juego, y sobre todo como una dimensión simbólica del ser humano.
Con la pandemia aprendimos de Tiktok a dispersar en breves instantes sucesivos y una variedad infinita de temas la comprensión de un mundo en el que todos pueden tener voz.
Bajo una diversidad de títulos acompañados por un verso de la canción de Juan Gabriel Te lo pido por favor, particularmente el que dice “¿Cómo te puedo pagar todo lo que haces por mí?
Todo lo feliz que soy…” encontré los testimonios de muchos jóvenes beneficiarios de los programas sociales prioritarios. He participado desde la calle en su promoción y he apoyado desde mi tarea en la gestión social para la incorporación de aquellos que requieren ayuda para acceder a ellos; sin embargo, esta herramienta digital me permitió en un brevísimo tiempo tener acceso a una inmensidad de vidas en las cuales han impactado.
El humanismo mexicano propuesto por el compañero Presidente plantea un modelo de Estado de Bienestar basado en un concepto general en el cual le corresponde al Gobierno de la República asumir la responsabilidad de una buena vida tanto social como económica de quienes forman parte del pueblo.
El 8 de mayo de 2022 quedó publicada en el Diario Oficial de la Federación la reforma constitucional que elevó a rango constitucional los programas sociales prioritarios, estableciendo sus fines en la exposición de motivos: eliminar la discriminación y la desigualdad que viven millones de personas, las barreras de exclusión, y contribuir al bienestar de las personas que se encuentran en estado de vulnerabilidad por su condición, para así garantizar el ejercicio pleno de sus Derechos Humanos.
En los comentarios encontré “En ciudad Juárez, mi hermano desde niño ha estado paralítico y nunca nadie le dio nada y ahora con AMLO recibe 2 mil 500 pesos por mes. Gracias, señor Presi”. Y así entonces leo en la Constitución:
El Estado garantizará la entrega de un apoyo económico a las personas que tengan discapacidad permanente en los términos que fije la Ley.
“Creo que seremos una generación de jóvenes que estamos cumpliendo nuestros sueños, gracias Presidente, qué volteo a vernos” Y sigo leyendo en el Artículo 4: El Estado establecerá un sistema de becas para las y los estudiantes de todos los niveles escolares del sistema de educación pública, con prioridad a las y los pertenecientes a las familias que se encuentren en condición de pobreza, para garantizar con equidad el derecho a la educación.
“Gracias al Presidente mi mamá recibe su pensión.”
Y entonces cobra sentido el párrafo décimo quinto, que dice: “Las personas mayores de sesenta y ocho años tienen derecho a recibir por parte del Estado una pensión no contributiva en los términos que fije la Ley”.
El verso que acompaña a los videos y a los testimonios que he recopilado, completo, en la canción es así:
“¿Cómo te puedo pagar todo lo que haces por mí?
Todo lo feliz que soy, todo este inmenso amor”.
Ésa parte no venía, “todo este inmenso amor”; y yo, que he acompañado a Andrés Manuel, comprendo hasta ahora
lo que él nos ha dicho desde siempre.
Amor con Amor se paga.