Villarreal a capella en NY: Verdades que involucran a Moreira y mentiras de su testimonio contra Coahuila
Donde salpique corrupción, ahí salta el nombre de Humberto Moreira. Aprovechando la coyuntura del juicio en Brooklyn, Nueva York: Estados Unidos vs Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública Federal en el Gobierno de Felipe Calderón, con un “timing político” preciso, a propósito del actual proceso electoral en Coahuila, ayer apareció como testigo 18 del caso, el extitular del Sistema de Administración Tributaria de Coahuila en el sexenio 2005-2011, Héctor Javier Villarreal, detenido en febrero de 2014 en El Paso, Texas por lavado de dinero y conspiración (delitos por los que se declaró culpable) y a la espera de sentencia en la Corte para el Distrito Oeste de Texas, aplazada en más de 15 ocasiones, luego de permanecer nueve años en el vecino país del norte libre como “colaborador”.
A diferencia de otros testimonios endebles, flojos y de oídas que previamente se han presentado en el mismo juicio –el cual durará seis semanas más– Villarreal Hernández, además de ser el primer exfuncionario mexicano que comparece, sí es un protagonista de la corrupción de primera mano que irónicamente no dijo mucho contra García Luna, pero sí se dejó caer contra su exjefe directo, Humberto Moreira Valdés.
De acuerdo con su relato, conoció a García Luna en 2008 cuando este ofreció al Gobierno del Estado el software Pegassus para espionaje telefónico, mismo que les fue demostrado a él y Moreira en un búnker de la Ciudad de México un año después, pero no adquirieron “para no meterse en problemas”.
No obstante, ese sistema operativo espía fue desarrollado en Israel en 2011, con lo cual es incongruente la versión de Villarreal Hernández, por no decir falsa.
Nada mencionó, por ejemplo, de los créditos que él mismo contrató en Coahuila con documentos apócrifos; deuda estimada en 6 mil 300 millones de pesos. Habló en cambio de 200 millones de dólares obtenidos en comisiones (diezmos, básicamente) por obra pública contratada de 2006 a 2011.
De la cifra mencionada, él se quedó con 2.5 millones y Moreira “al menos” con 40, dijo. El resto fue usado para comprar medios de comunicación, financiar campañas, además de inmuebles en Cuernavaca, Ciudad de México y Saltillo que nunca aparecieron en declaraciones patrimoniales de Moreira Valdés ya que fueron registrados con otros nombres.
De entrada, las cuentas no cuadran aritméticamente. Y pormenorizando tampoco, pues a Villarreal el Departamento del Tesoro de Estados Unidos le incautó 21.8 millones de dólares en 12 propiedades en 2012, entre su fortuna calculada en 37 millones de dólares, cantidad que no corresponde con su salario devengado en Coahuila ni con los sobornos que admite recibió de contratistas.
Con Humberto sucede un fenómeno peculiar: a partir de 2018, con la salida de Peña Nieto de la Presidencia de la República y de su hermano Rubén de la Gubernatura de Coahuila, empezó una etapa como desarrollador inmobiliario que ha sido ampliamente reseñada en este mismo espacio, lote por lote, y se centra particularmente en Arteaga.
Finalmente, el testimonio relacionado con pagos al periódico El Universal, por una cobertura informativa favorable a García
Luna fue suprimido por el juez de la Corte del Distrito Este de Nueva York, Brian Cogan, al no contener “evidencia probatoria relacionada con el crimen”.
Sin embargo entre lo expresado consta una factura presentada como prueba de un pago al rotativo por 11.5 millones de pesos el 24 de junio de 2009, con presupuesto de Coahuila, a favor de García Luna.
Presuntamente un préstamo de la Secretaría de Finanzas para que cubriese este un faltante de su mensualidad en el convenio publicitario, pactado mediante la intervención de Moreira Valdés con el dueño del medio vía su relación de compadrazgo.
Lo curioso del asunto es la intervención de Humberto a favor del secretario de Felipe Calderón, cuando públicamente ha manifestado este, en más de una ocasión, su animadversión por el exmandatario, siendo Gobernador, y posterior a su gestión.
Aunque también viene a cuento en la misma relación sinuosa, el documento de no ejercicio de la acción penal extendido a su favor, el de su esposa y su suegro, el 22 de octubre de 2012, por la Procuraduría General de la República, cuya titular era entonces Marisela Morales Ibáñez, quien a través de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delitos Federales lo exoneró por “enriquecimiento ilícito cometido en agravio de la administración pública”, y “operaciones con recursos de procedencia ilícita”, derivada del expediente AP/PGR/UEIDCSPCAJ/ FECCSPF/M-II/267/2012.
Cortita y al pie
Para demostrar su valía como corrupto (por si acaso alguien todavía no se la creía) Villarreal Hernández reafirmó que todos los bienes que le fueron decomisados los compró con recursos del erario de Coahuila.
Y acaso lo más importante de su declaración, sin que tenga que ver con el juicio donde se presentó, es que afirma tener copias de facturas de pagos ligados a corrupción en el sexenio de Moreira Valdés, pues él personalmente las separaba del resto de la contabilidad y se llevó éstas en papel además de un servidor informático de Finanzas cuando cruzó la frontera de El Paso, Texas, para entregarse a la justicia estadunidense.
Lo anterior es un dato que hace sentido al considerar por separado la versión de un exservidor público relacionado con auditoría, la cual pudo conocer quien esto escribe, quien manifestó en su día lo mismo como impedimento para fiscalizar principalmente la cuenta pública 2010 de la entidad: “se llevaron los servidores”.
La última y nos vamos
Villarreal, por lo demás, no es cualquier ladrón sino uno sofisticado que juega sus últimas fichas.
Específicamente, como lo admitió ayer, negocia beneficios migratorios (asilo político) para no ser deportado a México una vez reciba sentencia de la Corte para el Distrito Oeste de Texas, aparentemente ahora sí en abril próximo luego de permanecer en libertad condicional desde 2015 y testificar en más de 10 ocasiones a partir de 2016.
Es un cabo suelto en la trama y lo sabe. Por eso cantó como Sinatra en Nueva York.