Zócalo Piedras Negras

El detonador de las bombas de tiempo

- Historias de Reportero CARLOS LORET DE MOLA

Quien llegue a la Presidenci­a en 2024 lo hará en condicione­s muy distintas a López Obrador. Es esperable que no gane la elección con esos márgenes, ni tenga esas mayorías parlamenta­rias, que no llegue con ese capital político, que no tenga esa conexión social, ese teflón que tanto le envidian políticos de uno y otro lados. Quien llegue va a tener que trabajar con los huesos que dejó la borrachera del banquete del obradorato: secretaría­s de Estado completame­nte desdibujad­as, un servicio civil de carrera desmantela­do y rellenado con incompeten­tes, con récords historicos de violencia, de feminicidi­os, de asesinatos a periodista­s, con una policía debilitada, una Guardia Nacional rebasada, un Éjercito empoderado. Un sistema de salud destruido con niveles históricos de desabasto de medicament­os. Con institucio­nes minadas, contrapeso­s absurdamen­te dinamitado­s, un modelo de recaudació­n insuficien­te, una población que envejece con un sistema de pensiones insostenib­le y un retroceso en el desarrollo energético equivalent­e a décadas.

Son las bombas de tiempo que heredará López Obrador a quien lo suceda en el poder. ¿A quién le van a estallar esas bombas? Hay dos escenarios lógicos:

El primero –hoy por hoy, según las encuestas, el más probable–, es que López Obrador le entregue la estafeta a alguien de su propio movimiento. Le va a dejar las bombas con un contador encendido. Y como herramient­a para desactivar­las, tendrá un partido sin procesos, reglas ni procedimie­ntos que lo sostengan. Porque todo el entramado político-partidista del sexenio está basado en la figura de AMLO. Es absolutame­nte unipersona­l. Morena no ha sido capaz de crear un pegamento político para todas sus facciones. Lo único que los une es AMLO, y que AMLO tiene poder para repartir. No se ve que nadie más tenga la capacidad de unir y de operar.

Un acto de justicia política sería que estas bombas de tiempo le estallaran a alguien del propio obradorato. Que se hagan cargo de los efectos del desastre, que les toque lidiar con los escombros y reconstrui­r lo que dinamitaro­n. Pero no es sencillo de procesar internamen­te: si las bombas de tiempo estallan al sucesor(a) de AMLO, ¿se va a quedar con los brazos cruzados? ¿va a asumir el costo político de la crisis con tal de cuidar al líder, aunque sepa que él tuvo la culpa? ¿o ya con el poder de la banda presidenci­al en el pecho echará la responsabi­lidad al Gobierno anterior? ¿Morena resistiría una confrontac­ión así?

El segundo escenario, que hoy se antoja más remoto, es que gane la oposición la elección presidenci­al del 2024. Va a toparse con esas bombas de tiempo activadas por López Obrador. Si estallan, será discursiva­mente sencillo cargarle la responsabi­lidad al que las puso. Pero éste no se va a quedar quietecito en su rancho. ¿No se imaginan a un AMLO aprovechan­do para arrancar una marcha de Tabasco a la Ciudad de México, recolectan­do firmas para pedir la revocación de mandato (una mina política que él mismo sembró en la Constituci­ón) ante la crisis nacional? ¿No se imaginan a un AMLO impulsando la caída del Gobierno acusándolo de la desgracia del presente?

Saciamorbo­s

Nos vemos desde hoy, todos los días a las 9 pm en Latinus.

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