Los testigos
Exnarcotraficantes, expolicías, agentes de la DEA y hasta un exembajador subieron al estrado e hicieron diversas revelaciones. Dejaron en evidencia el esquema de corrupción del Gobierno que permitió el tráfico de drogas en el propio Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y que la agencia antidrogas de Estados Unidos contaba con indicios de dicha trama criminal ya que conocía el lugar en el que se hacía el pago de sobornos a exfuncionarios.
Jesús El Rey Zambada fue uno de los testigos claves de la Fiscalía y en sus declaraciones aseguró que personalmente en un restaurante en la Ciudad de México se reunió dos veces con García Luna para pagarle sobornos por un total de 5 millones de dólares, con lo que dejó en claro que el exfuncionario sí estaba en la nómina del Cártel de Sinaloa.
Sin embargo, García Luna no sólo recibió pagos del Cártel de Sinaloa, sino también de los hermanos Beltrán Leyva, de acuerdo con el testimonio de Sergio Villarreal Barragán, El Grande, quien además reveló que García Luna fue secuestrado en una carretera de Morelos rumbo a Cocoyoc por órdenes de Arturo Beltrán Leyva, quien estaba molesto por los operativos en contra de su grupo criminal.
El testimonio de El Grande no fue el único en el que se involucró a García Luna con Arturo Beltrán Leyva, ya que el expolicía federal Francisco Cañedo Zavaleta aseguró que él mismo vio al exfuncionario hablando con El Barbas y con Édgar Valdez Villarreal, “La Barbie”, en una carretera de Morelos y después observó que ingresaron a un fraccionamiento.
En el juicio también fue nombrado por primera vez el expresidente Felipe Calderón, luego de que el exfiscal de Nayarit, Édgar Veytia, asegurara que en una reunión con el exgobernador Ney González éste le dijo que en un encuentro con el exmandatario y con García Luna le dijeron: “La línea es con Los Chapos”.