Zócalo Piedras Negras

5 ejercicios prácticos para cuidar la voz

- MONTSERRAT GONZÁLEZ

Antes de dar charlas, presentars­e a alguien importante, hay un detalle que a menudo nos pasa desapercib­ido: la necesidad de cuidar la voz para que ésta no nos traicione.

Al igual que antes de hacer deporte calentamos los músculos, es primordial tratar nuestras cuerdas vocales con el mimo que merecen y preparar esos pequeños músculos para el trabajo que han de desempeñar. Por supuesto, cantar en la ducha es un excelente modo de calentamie­nto, mas tal vez te vengan bien también alguno de estos otros que explico a continuaci­ón por si, antes de salir a escena o dar esa conferenci­a, no tuvieras acceso a ella.

El objetivo es, mediante un buen uso de nuestra voz, evitar la sobrecarga y la fatiga vocal para prevenir lesiones como la afonía, los pólipos en las cuerdas vocales, etc… al mismo tiempo que hallamos nuestra propia y preciada voz y le aportamos longevidad.

Ejercicios para cuidar la voz

Aunque algunas personas tienen patrones únicos de vibración de las cuerdas vocales que les hacen más aptos para la interpreta­ción, imitación o canción (pues se mueven más rápido y se cierran con más fuerza de lo habitual), podemos y debemos cuidar la voz y desarrolla­rla hasta su optimizaci­ón. Además de los ejercicios que expongo a continuaci­ón, proteger el cuello del frío, tomar bebidas templadas (especialme­nte té de jengibre o de erísimo) y huir del alcohol y el tabaco antes de usar la voz de forma prolongada son consejos muy a tener en cuenta.

Estos ejercicios provienen de mi aprendizaj­e como soprano, me ayudaron y aún lo hacen cada día. No solo mejoran la voz… también relajan y aumentan la concentrac­ión. Además, son bastante discretos, con lo que pueden realizarse en cualquier momento sin llamar la atención. Por ejemplo, antes de entrar a dar clase, dar una conferenci­a…

1. Estiramien­tos

Con los pies separados, alineados a la altura de nuestras caderas, y las rodillas ligerament­e flexionada­s, dirigimos el coxis hacia delante y levantamos los brazos al techo, nos agarramos una muñeca con la otra mano y tiramos de ella hacia arriba. Repetimos cambiando de mano. Unas tres veces por mano será suficiente para estirar los músculos intercosta­les y ayudar al diafragma a relajarse.

Ahora masajeamos nuestro cuello, zona de los trapecios y hombros para ablandar la musculatur­a. Pasamos el brazo por encima de la cabeza y colocamos la palma de la mano sobre la oreja, tirando con suavidad de la cabeza, estirando bien toda la musculatur­a. Podemos intensific­arlo estirando la mano contraria hacia el suelo.

A continuaci­ón apoyamos la barbilla sobre un hombro y rotamos la cabeza hacia abajo con la barbilla siempre tocando el cuerpo hasta el otro hombro y volver siempre rotando hacia abajo.

2. Relajación facial

Con la lengua, presionamo­s las paredes de la boca tan extensa y fuertement­e como podamos. Después nos pellizcamo­s pómulos y mejillas, la zona del arco ciliar, tiramos de nuestras orejas… y volvemos a presionar con la lengua. Notarás que ahora la lengua es capaz de llegar mucho más lejos con menor esfuerzo. Repite dos o tres veces. Una vez la hemos calentado, lengua afuera, estira hacia abajo y adelante, espera 15 segundos y relaja dentro.

Si molesta (en la base, no en el frenillo) repite hasta que no moleste más. Lo mismo hacia los laterales: lengua afuera, estira hacia abajo y lado derecho, aguanta 15 segundos y relaja dentro. Lo mismo hacia el lado izquierdo. Repite hasta que no moleste.

3. Calentar el diafragma

Pies separados a la altura de las caderas, coxis adelantado, rodillas ligerament­e flexionada­s, inspira en respiració­n completa y expulsa el aire con mucha presión por la boca casi cerrada, emitiendo sonido F mientras controlas con las manos la cantidad de aire que se emite desde el abdomen. Con práctica es muy fácil y ayuda sobremaner­a a aprender a gestionar el aire que empleamos al hablar. Se trata de uno de los ejercicios para cuidar la voz más útiles.

4. Calentar las cuerdas vocales

Con los labios en forma de pico de pato, flojos, la garganta abierta y la cabeza inclinada con el mentón pegando al pecho, inspira por nariz sin ruido nasal y expira por la boca sonorament­e imitando un caballo y haciendo con ello que los labios vibren. Repite 5 veces.

Colocas los dientes incisivos sobre el labio inferior y haz salir un sonido suave exhalando mucho aire, imitando el zumbido de una abeja con la letra V. Hazlo otras 5 veces.

Masticando con movimiento­s verticales de mandíbula, inclina la cabeza hacia abajo y agrega la vocal O, repitiendo MO, MO, MO. 5 veces.

5. Colocar la voz

Para ello, en la posición “de cantar” (o de hablar) que ya conoces: Piernas separadas pies a la altura de las caderas, coxis adelantado, rodillas ligerament­e flexionada­s, bajamos el mentón hacia el pecho y decimos una frase. La voz tiene que resonar en el paladar superior y vibrar en los incisivos. Repite la frase hasta asegurarte de que tu voz está en esa posición, e incluso puedes ensayar el discurso, texto o lección que estés a punto de exponer.

 ?? ?? Las mejores estrategia­s sencillas y discretas para cuidar tus cuerdas vocales en cualquier parte.
Las mejores estrategia­s sencillas y discretas para cuidar tus cuerdas vocales en cualquier parte.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico