¡Despierten chiapanecos!, dice Xóchitl
Abran los ojos, les pedía Xóchitl Gálvez, con un huipil rojo, a gritos desde el templete.
“¡Despierten, despierten chiapanecos! ¡No merecen sus hijos su cobardía! ¡No merecen sus hijos que ustedes no den la pelea!”, le decía la candidata presidencial del PAN, PRI y el PRD al pequeño grupo, unos 200 de pie entre las mil sillas disponibles bajo el techumbre caliente de lámina que se enardecían también a gritos.
Sudorosos, agitando banderas blancas y azules, rojas y verdes, amarillas y negras, y, sin embargo, iban a decirle que tenían miedo.
“Nos amenazaron para que no viniéramos”, gritaba un hombre bañado en sudor, la playera roja, la barba rala de alambre, la saliva brincando con cada palabra.
“Somos de la sierra, donde ahí está el crimen organizado, ahí se ven las armas de los narcos de Sinaloa, de Jalisco. Ahí se disputa en la plaza de nuestra sierra. Nos han intimidado pa’ todo, pa’ todo, pa’ todo. Es más, a mí me han golpeado”, gritó al final del discurso de la candidata presidencial y luego lo repitió en entrevista.
Si era una explicación por la falta de seguidores del frente opositor en el Estado gobernado por Morena y donde el Presidente presume más de 80 por ciento de apoyo, si la inseguridad
era un montaje, de cualquier forma el Ejército tomó previsiones.
Al menos cuatro camionetas verde olivo y una ambulancia se turnaron en custodiar el recorrido de Gálvez desde Tapachula a Huixtla y luego a Tonalá, donde tenía programados sus actos de campaña.
La candidata presidencial, que regularmente ocupa una sola patrulla, además de dos carros particulares, avanzó esta vez además con un convoy de tres camionetas de la Guardia Nacional con cinco militares, armas largas en cada una, además de una patrulla y otra camioneta de la Policía Estatal.