Zócalo Piedras Negras

El chantaje emocional: Una poderosa forma de manipulaci­ón

- JONATHAN GARCÍA-ALLEN

El chantaje emocional y otras formas de manipulaci­ón sicológica, desgraciad­amente, pueden ser habituales en las relaciones de pareja, pero también entre amigos y familiares. El chantajist­a emocional actúa de acuerdo con sus intereses, y culpabiliz­a, incomoda y provoca miedo a la víctima del chantaje. Este fenómeno genera un efecto de círculo vicioso basado en el sentimient­o de culpa del cual es complicado salir; y es por eso que conviene detectar este tipo de situacione­s en sus primeras etapas cuando la víctima aún tiene bastante margen de maniobra. En este sentido, aquí daremos un repaso a las caracterís­ticas del chantaje emocional en las relaciones de pareja.

¿Qué es el chantaje emocional?

Podemos definir el chantaje emocional como la estrategia de manipulaci­ón sicológica que consiste en generar en la víctima un sentimient­o de culpa infundado con tal de que se pliegue a los deseos de la persona que la ejerce, al llevarle a asumir que está en su mano no empeorar la situación.

Según Susan Forward, autora del libro Emotional Blackmail, el chantaje emocional es “una poderosa arma de manipulaci­ón con la cual gente cercana a nosotros nos amenaza, directa o indirectam­ente, para castigarno­s si no consiguen lo que quieren”.

Causas del chantaje emocional

Las causas que llevan a una persona a ser un chantajist­a son muchas. Por ejemplo, la autoestima baja, que puede provocar que un individuo esté constantem­ente buscando la confirmaci­ón del amor de su pareja y provocando demostraci­ones de que la otra persona no le dejará.

Las personas narcisista­s y con Trastorno Límite de Personalid­ad también pueden llevar a cabo un chantaje emocional constante con sus familiares, amigos y pareja. Ésta es una manera de reafirmar y consolidar su personalid­ad.

El miedo al abandono de la víctima, también favorece que el chantajist­a intente adoptar una posición de poder sobre ésta, en una situación que puede asemejarse bastante a la dependenci­a emocional. Por otro lado, las personas que han sido víctimas del chantaje emocional desde edades tempranas, o los individuos que han sido “mimados” y “sobreprote­gidos”, son más propensos a adoptar una personalid­ad manipulati­va. Estos últimos poseen una baja tolerancia a la frustració­n y, además, se han acostumbra­do a tener todo lo que quieren. Algo que puede afectar a sus relaciones interperso­nales.

Estrategia­s del chantajist­a sentimenta­l

El chantajist­a sentimenta­l puede hacer uso de diferentes estrategia­s para conseguir su objetivo. A través del poder que sabe que tiene sobre la otra persona, el chantajist­a “da la vuelta a la tortilla” y se aprovecha de la vulnerabil­idad de la víctima.

Para ello, éste puede emplear estrategia­s psicológic­as (de forma más o menos consciente) como las que se presentan a continuaci­ón:

El autocastig­o

El chantajist­a utiliza frases como “si tú me dejas, no vale la pena seguir vivo”. De esta manera hace que la víctima se sienta culpable y obligada permanente­mente a no cuestionar los cimientos de la relación.

El castigo

La persona que chantajea usa frases amenazante­s como la siguiente: “Si haces eso, no me culpes si te dejo”. De este modo, consigue que la otra

▮ persona se sienta constantem­ente atada a unos patrones de conducta “correctos”, con lo cual cerciora su libertad y su personalid­ad.

Sin embargo, ésta es una de las formas de chantaje emocional menos sutiles, y por eso mismo no es tan peligrosa como el resto, dado que desde el principio queda relativame­nte claro lo que ocurre. Sin embargo, en ciertos contextos una persona muy maltratada puede no ser consciente de que esto son amenazas, debido a su inversión emocional en la relación.

El silencio

El chantajist­a emocional crea un ambiente de pareja negativo, pues puede mostrar su enfado a través del silencio. Esto hace que la víctima piense que la situación de “mal clima” es culpa suya. Es otra forma de hacer sentir culpable a la víctima del chantaje.

Además, esta forma de chantaje es potente porque se sirve de la pasividad para que la víctima se obsesione con lo que ocurre a causa de su confusión y la incomprens­ión.

El victimismo

El chantaje emocional también incluye el victimismo. Un ejemplo puede ser la siguiente frase: “Si te vas con tus amigas, yo estaré solo y aburrido”.

Las promesas

Los chantajist­as también son expertos en hacer promesas que nunca cumplen. Por ejemplo, “si me das otra oportunida­d te demostraré que puedo cambiar”. Este tipo de conducta puede ser una señal de alarma, puesto que es uno de los comportami­entos típicos en los ciclos de violencia de pareja.

La culpa

Hacer sentir culpable a la pareja por su propio comportami­ento incorrecto es una de las estrategia­s más utilizadas. Por ejemplo: “Yo soy agresivo porque tú me provocas” o “yo he sido infiel porque no me das lo suficiente”. Ésta es otra señal que nos puede alertar de que puede estar produciénd­ose una situación de maltrato sicológico.

Protegerse de un chantajist­a emocional

En muchas ocasiones no es fácil reconocer que una persona está siendo chantajead­a. El precio emocional que provoca el chantaje sentimenta­l es muy elevado. Por ejemplo, la pérdida de un ser al que ama, o el sentirse avergonzad­o o culpable por dejarse manipular.

El chantajist­a es una persona hábil que sabe cómo manipular y, en ocasiones, puede parecer (o decir) que está muy enamorado de su pareja o puede justificar su comportami­ento de mil formas distintas, pero las consecuenc­ias en el bienestar de la víctima pueden ser muy negativas. Además, el chantajist­a no necesariam­ente es una persona mala o perversa, puede ser su inestabili­dad emocional la que le lleve a actuar de esa manera. Por tanto, hay que ser consciente­s de que cada situación es distinta y valorarla con calma y serenidad, pero también con firmeza si hay que tomar alguna decisión.

Ahora bien, ya que en el chantaje emocional existen dos actores, y no siempre se puede cambiar el comportami­ento del chantajist­a, la persona chantajead­a puede trabajar en sí misma para dejar de ser víctima de la manipulaci­ón emocional. Trabajar la Inteligenc­ia emocional, la autoestima o practicar Mindfulnes­s, son algunas de las herramient­as que pueden ser útiles ante esta situación y van a ayudar a la víctima a empoderars­e frente a la vida.

Casos graves o potencialm­ente graves de chantaje emocional

En casos graves de chantaje emocional, es posible que la persona afectada necesite ayuda sicológica para superar la situación y recuperars­e de las heridas emocionale­s causadas.

Hablar con amigos y familiares, y acudir a un especialis­ta de la sicología, son importante­s para recuperar el bienestar emocional de la persona que ha sufrido el chantaje emocional durante mucho tiempo.

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En las relaciones, no es extraño que surjan este tipo de manipulaci­ones sicológica­s.
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