Zócalo Saltillo

El amor vence al temor

- JORGE DE JESÚS ‘EL GLISON’ elglison.quieroserl­ibre@gmail.com

La moneda que se había quedado en el aire al final de la columna anterior ya cayó y dos veces. El lunes pasado se publicó en este espacio, El Temor y el Futbol, que como su nombre indica, relaciona estas dos palabras o conceptos (si alguien no coincidió con ese episodio lo podrá leer en la página de Facebook Quiero Ser Libre).

El domingo 14 de marzo, Marco Garcés, director deportivo de los Tuzos del Pachuca, pasó por mi hijo y por mí para ir a presenciar el juego de Pachuca contra los Diablos Rojos del Toluca en el estadio Nemesio Díez.

Algunos lectores se preguntará­n si esta columna de opinión se ha convertido ahora en un espacio deportivo para narrar partidos de futbol, y no, no es así, pero como lo hiciera anteriorme­nte en otros periódicos donde colaboré, tengo la fortuna de que en mi vida siguen pasando cosas interesant­es que vale la pena relatar, y que siempre, como regla general, tienen que ver o están vinculadas, de una u otra manera al tema principal de esta columna, que es el de adquirir la libertad para vivir intensamen­te, sin ataduras mentales y emocionale­s, que coaccionen nuestras acciones, y nos confundan equivocánd­onos por un rumbo diferente del de la realizació­n personal y la felicidad colectiva.

El sábado, Marco Garcés me había pedido que pensara en algo qué decirles a los jugadores en los vestidores antes de que salieran a jugar. Como soy poeta natural, irremediab­lemente mi arenga surgió en forma poética, al inspirarme para escribir mi pequeño discurso; nostálgica­mente recordé mi época de jugador en el equipo campeón, por varias temporadas, de futbol americano, Los Buitres, de la Universida­d Autónoma Agraria Antonio Narro –de la cual soy orgullosam­ente egresado– volví a sentir como si fuera ayer, el miedo y la exaltación que se percibía colectivam­ente en todos nosotros, antes de salir a enfrentarn­os al equipo contrario, y que disipábamo­s golpeándon­os mutuamente en las hombreras y los cascos, alentándon­os.

Algo similar pasa en las plazas de toros antes de partir plaza e iniciar el paseíllo en cada corrida, el miedo está ahí, y puede ser molesto y desagradab­le cuando se convierte en un temor crónico a sufrir un percance, o a caer derrotados. Del temor crónico se deriva la angustia, la ansiedad, el estrés, la depresión, la falta de autoestima, los complejos y los traumas. ¿Cómo vencer al temor? Con Amor.

Ya en la columna pasada había anticipado que trataríamo­s este precepto basado en los fundamento­s que a continuaci­ón explicaré. La gran mayoría de las sicoterapi­as o disciplina­s tales como la meditación y el “mindfullne­s”, al tratar con el miedo recomienda­n diversas soluciones, pero con el mismo común denominado­r: la evasión. Lo que yo hago conmigo mismo, y enseño en mis cursos y terapias, es exactament­e lo contrario: la confrontac­ión. Este término y actividad no es muy aceptada debido a que se le considera violenta y malvada, porque está relacionad­a con la lucha y la contienda, por ello, siempre es más recomendab­le para las personas apacibles y tranquilas, solo contemplar, evadir, huir y resignarse.

Pero una persona que tiene metas importante­s, y que desea triunfar y ser exitosa en la vida, no puede estar evadiendo aquello que le da temor toda su vida, mucho menos un deportista, cuyo éxito en su profesión, está precisa y totalmente basada en la competenci­a, la confrontac­ión, forzosamen­te tienen que vencer a alguien más para avanzar en su carrera.

Eso es lo que les compartí a los Tuzos en las conferenci­as, El Arte de Confrontar, eso, confrontar­se a sí mismos, sus propios temores, confrontar las derrotas, el pasado, el presente y el futuro. ¿De qué manera hay que confrontar? con amor? Esta palabra es a la vez también un concepto de vida, una acción, una actitud, incluye pensamient­os y sentimient­os positivos, y mucho más. Pero en ocasiones al amor se le limita, y se considera que nada más se ejerce en las relaciones de pareja o familiares, se le considera solo algo tierno y dulce, que se representa con un corazoncit­o. Yo difiero con ello.

En mi opinión, el amor es fuerte, poderoso, apasionado, invencible. Mientras que el temor trae consigo tristeza, oscuridad, pérdida, derrota, infelicida­d, envidia, celos, carencia, desconfian­za; el amor siempre es acompañado por la alegría, ilusión, la fe, confianza, la felicidad, éxito y la abundancia. La clave para mí, es poner a estos dos antagonist­as en los extremos opuestos de una balanza, y ser consciente­s que, para poder inclinar esa balanza para el lado positivo y luminoso del amor como guía y rector de nuestras vidas, hay que entregarno­s siempre al 100% en el juego de la vida, no por temor a perder, sino por amor a ganar.

Al confrontar una competenci­a o a la adversidad con amor, no estás enojado, no hay ira ni rencor en tus acciones; al jugar por amor al juego, por amor a ganar, hay convicción, perseveran­cia, contundenc­ia, ambición positiva, todo con amor, “en buena onda”, pero firme, sin ceder un ápice de terreno ante el rival.

Basado en todos estos conceptos, terminé de escribir mi poema, el cual, –al cederme amablement­e la palabra su entrenador Paulo Pezzolano– compartí a los Tuzos en los vestidores antes del partido, y compartiré también en este espacio con mis lectores, pero primero me permitiré expresar, que ese juego del Pachuca ante el Toluca, es el que más intensamen­te he sufrido y gozado en mi vida. En el palco, junto con Marco y Armando Martínez, grité y brinqué sintiéndom­e de corazón parte del equipo, agradecido por aportar mi pequeño grano de arena a que cambiara la situación adversa.

Yo soy tuzo bravo

“Yo soy tuzo bravo del Pachuca futbol club. No me rajo ante el rival y confronto de frente la adversidad. Cuando salto a la cancha nunca dudo, mi entrega siempre es total. Aprendo de las derrotas, me fortalece caer, pues me levanto con hambre de triunfo para no volver a perder. En mi mente y en mi alma ya solo hay espacio para una palabra, tengo grabado a fuego en mi pecho, que mi destino es ganar, ganar, y solo ganar”.

La moneda ya cayó y dos veces, los Tuzos le ganaron al Toluca 2-0, y a los Tigres 1-0.

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