A alimentar la tercera oleada
Estamos a días de las vacaciones de Semana Santa. Estamos a días de, por acción u omisión, alimentar lo que será la tercera oleada de Covid en nuestro país. No hay manera de contener a miles, millones de ciudadanos que saldrán de casa, viajarán, atiborrarán los principales destinos turísticos y, con esa imperiosa necesidad de sentir que “recuperan la vida, su vida”, harán caso omiso a todas las recomendaciones sanitarias. Miles, millones, olvidarán que seguimos inmersos en una pandemia.
Sí, es cierto, el impacto del virus ha menguado en las últimas semanas. También es cierto que está en marcha, aunque muy lento y errático, el proceso de vacunación, pero también lo es que cada día más ciudadanos están hartos de sentirse presos en sus propias casas, en los negocios y en las calles; que ya están hartos de usar cubrebocas, del gel sanitizante y, especialmente, ya están hartos de la sana distancia.
Y es que no aprendemos. Ya sufrimos esa primera oleada hace un año, y una segunda y más violenta aún, oleada en noviembre, diciembre y enero.
Atravesamos hoy una suerte de remanso, pero lo peor que podemos hacer es confiarnos.
Y ojo en Europa, que ya sufren el embate de la tercera oleada, países como Francia, Inglaterra y Alemania está imponiendo, nuevamente, drásticas medidas para impedir la movilidad, de confinamiento, y aquí, pues tenemos las recomendaciones del subsecretario López-Gatell, que básicamente se pueden resumir a: “si puedes, no salgas de casa”.
En fin. El sentido común nos advierte que es precisamente cuando el virus se encuentra más debilitado cuando podemos darle el golpe final, incrementando las medidas de autoprotección… pero aquí, entre nosotros, si algo brilla por su ausencia es el sentido común.
No, que vengan las vacaciones, que vengan los viajes y las fiestas, las aglomeraciones, las reuniones, los brindis y los abrazos. Dejemos el cubrebocas, mostremos nuestra sonrisa… Vamos todos a alimentar a la tercera oleada y que nos pegue con fuerza en mayo y junio… Y bien merecido lo tendremos, por no entender que el Covid sigue en nuestras calles.