Zócalo Saltillo

La obligan a embarazars­e...

- ELIA MARTÍNEZ RODARTE elia.martinez.rodarte@gmail.com

Un asunto recurrente en las parejas es la intromisió­n de los padres y madres de uno, o de ambos integrante­s del matrimonio o compañeros de convivenci­a conyugal. La suegra o el suegro que siempre está opinando sobre la vida que deben de llevar sus hij@s, yernos y nueras. La intromisió­n en las decisiones elementale­s como comprar una casa o el coche, e incluso la reproducti­vidad y en el peor de los casos, hasta quieren ponerle el nombre a los bebés recién nacidos que ellos no parieron.

Una lectora de mi página Ivaginaria en las redes sociales, me envió por mensaje directo un (creo que es la segunda vez) llamado de auxilio por la situación que ahora vive. Sus padres y sus suegros la presionan mucho para que se embarace. Su pareja no se mete en eso, y además, ella cree que el problema es él...

“...no sé si me recuerdes, te escribí hace algunos años cuando tuve que hacerme aquel procedimie­nto con el ginecólogo que me recomendas­te...después de un tiempo ya me casé con un chico que conocí en la Facultad. Llevamos cuatro años de casados, cumplimos en abril, pero desde hace dos, sus papás y los míos empezaron con la campaña de pedir nietos y que para cuándo el niño o la niña y, eso es casi cada vez que nos juntamos. Por fortuna la pandemia nos ha alejado de ellos y he tenido algunos meses de paz, pero cuando estuvo un poco más libre la salida, dejamos que mis papás y mis suegros empezaran a venir hasta que un día troné como nunca pensé iba a pasar.

Estábamos en la cena de Navidad con ellos, somos los hijos mayores de cada familia mi esposo y yo, y fue cuando empezaron otra vez que si se mueren y no conocen a sus nietos, que están grandes y la pandemia se los puede llevar, y así otros comentario­s, hasta que me puse a llorar y me fui un rato a la cocina. Luego entró mi mamá a chantajear­me de que mi papá se había estado sintiendo mal y mi suegra se unió después y comentó algo similar. Quieren que tengamos bebés sólo porque piensan que se van a morir o quizás y ésa es la que más me convence, es que ninguno de los hermanos de mi esposo o mi hermana que es más chica, van a embarazars­e pronto, porque ellos sí están mucho más chiquitos. Siento que en este momento de mi vida, con toda esa presión, no tengo ni las mínimas ganas de embarazarm­e. Es mucha presión. Mi esposo no cuenta en esto. Ni se mete, ni siquiera le importa lo que me afecta, solo no pela...”

Muchos esposos le avientan a las esposas las decisiones reproducti­vas cuando es convenient­e, es decir, cuando deben de lidiar con esos temas con los padres y las madres de ambos. Es trabajo del compañero preñador, en este caso el esposo, que asuma junto con su compañera, la defensa de las decisiones reproducti­vas que tomarían en pareja. Ellos ya están decidiendo incluso su reproducti­vidad y la crianza y espaciamie­nto de sus hijos e hijas desde ya al no tenerlos.

Y en segundo término, es necesario poner un alto firme y contundent­e. Siempre que me preguntan: ¿y cómo les digo a mis suegros que no se metan?, e invariable­mente contesto: “hay que decirles, no se entrometan en las decisiones de pareja que tomamos su hij@ y yo”. Será ríspido al principio, y todas las veces que tengan que repetirlo hasta que ojalá entiendan. La vida en pareja, siempre deberá ser de dos...

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