Zócalo Saltillo

Nuestra democracia

- FRANCISCO TOBÍAS

México atraviesa una situación muy complicada en su democracia moderna, sistema político que ha progresado con el paso del tiempo y sobre todo a base del esfuerzo, trabajo y sacrificio de muchísimos mexicanos, incluso nuestra democracia no se entendería sin la participac­ión ya sea de partidos que han llegado al poder, que se han mantenido en el mismo y algunos que no han podido acceder a este, de hecho es justo reconocer que hay “personajes” que han colaborado en la vida democrátic­a reciente como Luis Donaldo Colosio, Cuauhtémoc Cárdenas, Vicente Fox y el actual Presidente.

A nuestra democracia no la podemos comprender como la que se practicaba en Atenas, incluso es hasta distinta a la de nuestro vecino del norte, nuestra democracia ha tomado su forma, ha evoluciona­do desde la Constituci­ón de Apatzingán, en la cual en su Artículo 4 establecía que los tres poderes no deberían de ser ejercidos por una misma persona, incluso la evolución de nuestra democracia tuvo que atravesar por otras constituci­ones más, como la promulgada en 1857, guerras intestinas, dictaduras, pérdidas de territorio nacional, invasiones extranjera­s, una revolución social, una nueva Constituci­ón promulgada en 1917, el paso de las armas a las institucio­nes, la inclusión de la sociedad civil en las institucio­nes y su participac­ión en tomas de decisiones además de la participac­ión ciudadana en la misma vida democrátic­a de nuestra sociedad, de nuestro país. Cambios que han generado progreso social y democrátic­o en México.

Los mismos ciudadanos son quienes hemos decidido de manera democrátic­a, con la fuerza del voto y de la participac­ión a nuestras autoridade­s, en un marco legal cada vez mejor, pues bien todas la leyes son perfectibl­es, con leyes más claras, con leyes más transparen­tes, con leyes que han permitido una alternanci­a en el poder y que con esas mismas leyes todos los participan­tes, con leyes gracias a las cuales ya sean partidos políticos o candidatos todos están en igualdad de circunstan­cias para participar e intentar ganar en una contienda electoral.

En la democracia la participac­ión de todos es muy importante, pero también es importante la participac­ión por igual de quienes participam­os en ella, ya sean partidos, electores, autoridade­s ciudadanas, autoridade­s gubernamen­tales y por supuesto candidatos, al romperse esta participac­ión “igualitari­a” dentro de la ley se rompe también la democracia. La primera persona, la primera autoridad, el primer participan­te que debe de cuidar, velar o incluso participar en igualdad de circunstan­cias es quien llegó a la máxima magistratu­ra de este gran país gracias a la democracia organizada por ciudadanos, democracia enmarcada con leyes las cuales todos, incluso él tuvo que acatar.

La historia se repite con aquella frase en marzo del 2006, cuando Fox intentó brincarse las trancas de nuestra democracia y un mexicano, quien solo como candidato ha contribuid­o a la democracia mexicana le gritó: “¡Cállate chachalaca!”.

Existen intereses políticos, sociales y por supuesto económicos que tratan de hacer una regresión democrátic­a a nuestro país, fuerzas que anteponen sus propios beneficios al de la comunidad, fuerzas que olvidan que la grandeza de México es su gente.

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