Otra vez China
Desde hace poco más de un año casi todo lo referente a China es relacionado con la Covid-19, más allá de las, ahora, disputas con la OMS por determinar el origen de la pandemia o por la aplicación obligatoria de pruebas anales a los extranjeros que visitan al gigante asiático, sin olvidarnos de que han podido controlar la mortandad por el coronavirus de una manera increíble y abrupta, estos han sido factores que nos han obligado a dejar de observar otras cosas de este país. Y es que en China, cuya economía será la más grande del mundo en menos de cuatro años, su Gobierno acaba de anunciar un plan de desarrollo económico con propuestas de cambios estructurales muy interesantes.
El máximo órgano de Gobierno chino, la Asamblea Popular Nacional, acaba de aprobar un plan quinquenal con el cual se buscará aumentar el desarrollo del país, con una visión “hacía dentro”, donde lo más importante es el bienestar de las personas, dándole una gran importancia a la generación de energías limpias, con el objetivo de lograr para el año 2060 cero emisiones de bióxido de carbono, impulsando la tecnología como nunca nadie lo había hecho.
¿Hacia dónde va China? Indiscutiblemente, China se dirige a la cima económica, tecnológica y ambiental con un sistema económico distinto en el cual se busca aumentar la producción, sin olvidarse de lo más importante de una economía: los seres humanos y el lugar donde habitamos, el planeta Tierra. Con un plan que contempla el impulso a la inteligencia artificial, aumento en el presupuesto de las investigaciones, además de incluir algo verdaderamente innovador como lo es la creación de la infraestructura “blockchain”. Y no todo es ciencia, economía e infraestructura, sino que, con la aplicación de este plan, se busca que la esperanza de vida de los chinos aumente un año.
El gigante asiático ha dado un paso enorme al futuro de nuestra sociedad, al futuro de las relaciones entre el Gobierno, empresas y ciudadanos; ha dado un paso que el resto de los países debe de dar a la brevedad, tal vez con la única esperanza de que China no sea inalcanzable.
Otra vez China, en poco tiempo, vuelve a darnos de qué hablar, y no me refiero al año anterior, sino a la China que dejó Mao en 1976.