Vacunación y sociedad civil
El Consejo Cívico de las Instituciones de Coahuila participa con brigadistas y voluntarios previamente capacitados, en la campaña de vacunación anti-Covid, que inició en la ciudad en medio de una marcada desorientación provocada por la falta de transparencia y control en el acceso a la sustancia que previene la enfermedad del coronavirus.
Mientras que las vacunas llegan a cuentagotas a las ciudades y comunidades rurales, las agrupaciones civiles en especial el CCI Coahuila, se organizan para respaldar este despliegue que desde ayer se advertía fuera de orden, control y respeto a las personas adultas mayores.
La agenda del CCI Coahuila representa, sin duda, un mecanismo proactivo desde una visión ciudadana, de un colectivo interesado e involucrado en asuntos de interés grupal.
Estudiantes, personas de sociedad civil, amas de casa, empresarios, académicos e integrantes de la misma agrupación se unieron al llamado para capacitarse vía remota y organizar los horarios y actividades, para integrarse a los grupos de apoyo en los centros donde se comenzó a aplicar la vacuna en Saltillo.
La sociedad civil hace su parte, se interesa y colabora. La Guardia Nacional estuvo presente desde ayer en esta jornada de vacunación en la capital del estado, donde decenas esperaban la dosis que llega en cantidades mínimas, limitando –por ahora- el acceso a la totalidad de las personas que pertenecen al segmento que inicialmente será inmunizado.
Lo importante será evitar conflictos, irregularidades o tráfico de influencias durante el proceso de aplicación de la vacuna. Que se lleve un orden en la distribución del medicamento y que las personas a las que está dirigida la campaña, sean las que reciban el beneficio gratuito. Aunque hasta ayer, parecía esto, una lista de buenos deseos.
Priva la incertidumbre entre los adultos mayores y sus familias, principalmente en quienes están económicamente en desventaja. No hay orden, ni transparencia, o mecanismos que en tiempo real adviertan del avance de la vacunación en las ciudades, o el grupo de la población que sigue en esta etapa de vacunación, ni de las fechas de la llegada de las dotaciones de medicamentos.
Es decir que, si no fuera por los medios de comunicación, pocos o nadie sabría lo que está ocurriendo con una campaña federal, en la que parece que el ingrediente principal es electorero y con fines políticos en la distribución de las vacunas a los estados de la República.
Si la sociedad civil estuviera más involucrada en las acciones de gobierno, fuera proactiva y participativa, otro escenario y nivel de demanda se estaría observando en estos despliegues accidentados y caóticos a los que ha llevado la 4T para la vacunación anti-Covid. Qué pena.