Zócalo Saltillo

La Biznaga… el pueblo que parió brujas

Atrae ejido de Arteaga a personas para sanar sus enfermedad­es, lograr ‘amarres’ e incluso en busca de venganzas

- ROSALÍO GONZÁLEZ

Como extraído de un cuento de surrealism­o mexicano, el pueblo de La Biznaga en Arteaga es el último en la región donde mujeres se atreven a confesar que por las noches vuelan convertida­s en pájaros negros.

El rancho se convirtió en un atractivo para decenas de personas que viajan desde toda la República en busca de las curanderas del lugar, para arreglar problemas de amor y venganzas.

Conocido como “El Ejido de las Brujas”, La Biznaga es un pueblo al que a más de uno le da miedo entrar por la centenaria leyenda de que las señoras vuelan y entierran y desentierr­an hechizos en el panteón de La Luz.

La historia comenzó cuando algunas abuelas fueron vistas en parvada sobrevolan­do el pequeño poblado lleno de cactáceas espinosas, habitado por puras familias que se conocen entre sí y donde todavía sobreviven segundas generacion­es de brujas que curan de espanto.

Una heredera del aquelarre es Martha Molina, nieta de la bruja Natividad, quien junto a Marisa, Lupe Cortés y María Reyes protagoniz­an la leyenda. Todas están muertas, pero algunos dicen que “batallaron para descansar”.

“Puras mañas hacían las señoras de antes. Mi abuelita Natividad nos tenía bien maneadas a mis hermanas y a mí, siempre vivíamos con las rudas en el estómago porque nunca nos dejó en paz”, comenta Martha.

La bruja o chamana, como la conocen algunos comerciant­es del lugar, vive en una casa cerca de la iglesia católica y tiene una habitación de block y cemento que unas clientas le mandaron construir para poner su altar a la muerte.

“Desde el vientre de mi madre lloré y cuando vine al mundo era una gatita flaca, no tenía cara, era una muñeca y mi abuelita le dijo a Micaela, mi mamá, que me tirara por lazarilla y fea”, narra la curandera.

A un kilómetro de La Biznaga, ejido ubicado camino a San Antonio de las Alazanas, en el municipio de Arteaga, se encuentra el panteón de La Luz donde terminan muchas de las peticiones que los clientes le hacen a las brujas del lugar.

“Algunos tienen miedo a entrar a La Biznaga, a veces en Arteaga les digo ‘yo vivo en La Biznaga, donde vuelan las pinches brujas’, y les da mucho miedo, pero luego se vienen a curar”, comenta la entrevista­da.

Es común que hasta el pueblo lleguen personas de Sinaloa, Querétaro, Nuevo León y gran parte de las colonias de Saltillo, buscando sobre todo sanarse de complicada­s enfermedad­es, o si no, buscando amargas venganzas.

Las calles llenas de tierra suelta arrastrada por las polvaredas, el sol que corroe las pieles, los perros echados en el piso con la lengua de fuera por la sed y los abuelos descansand­o en mecedoras a las puertas de sus casas de adobe parecen un escenario de los cuentos de El Llano en Llamas o la novela de Pedro Páramo, de Juan Rulfo.

Pelean a clientes

En este contexto, las brujas se pelean los clientes y los métodos para sanar o atraer al ser amado, por eso es que mientras unas entierran fotografía­s y ropa interior en el cementerio, otras los desentierr­an, pues unas dicen ser negras y otras blancas, como si de equipos de futbol se tratara.

Las batallas en el pueblo han dañado la salud de las personas, algunos dicen haber quedado temporalme­nte ciegos, otros impotentes, mujeres jóvenes se quejan de no poder embarazars­e, otros no encuentran el amor.

“Hubo un tiempo en el que no veía nada y estaba seca como una calavera, y le dije ‘mira, estoy en tus manos y si me curas le sigo y si no hazte a un lado’, y desde entonces cuando va a pasar algo entra y me avisa para que no me duerma”, di

Algunos tienen miedo a entrar a La Biznaga, a veces en Arteaga les digo ‘yo vivo en La Biznaga, donde vuelan las pinches brujas’, y les da mucho miedo, pero luego se vienen a curar”.

Martha Molina

Bruja o chamana

ce Martha.

Entre las enseñanzas de las primeras brujas, sus herederas dicen que todavía sobrevive el más grande de sus poderes, que es el de convertirs­e en un pájaro negro y volar arriba de los vivos y muertos.

“Yo sí vuelo, para qué digo que no, por eso sano a la gente. Vuelo, entro por las rendijas y luego me dicen ‘¿por dónde entra Martha?’. Yo entro por donde no se dan cuenta, a veces están haciendo el amor y los veo de todo a todo”, dice la bruja.

Algunos son escépticos de las leyendas del pueblo y otros en verdad evitan entrar en él o preguntar por las brujas y ser vistos con malos ojos, pero lo cierto es que esta historia centenaria ha creado un ambiente místico a mitad del semidesier­to coahuilens­e.

 ??  ??
 ??  ?? En su humilde vivienda en el ejido La Biznaga, Martha Molina se dice heredera de prácticas realizadas desde hace al menos 100 años.
En su humilde vivienda en el ejido La Biznaga, Martha Molina se dice heredera de prácticas realizadas desde hace al menos 100 años.
 ??  ?? Los hechizos o “trabajos” que realizan las brujas o chamanas son enterrados o desenterra­dos en el panteón de La Luz.
Los hechizos o “trabajos” que realizan las brujas o chamanas son enterrados o desenterra­dos en el panteón de La Luz.
 ??  ?? Altares a la Santa Muerte predominan en la vivienda de doña Martha.
Altares a la Santa Muerte predominan en la vivienda de doña Martha.
 ??  ?? “Amarres” y varios tipos de curaciones realiza la chamana.
“Amarres” y varios tipos de curaciones realiza la chamana.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico