Desastre medioambiental
La conflagración en La Pinalosa pasó, pero sus efectos negativos durarán décadas. Édgar London escribe en Espacio 4 (663): “Los incendios forestales siguen ensañándose con particular encono en las sierras de Coahuila, aunque tampoco dejan de constituir un peligro en otras regiones de México, donde la laxitud de las autoridades para establecer y hacer cumplir acciones preventivas, de mano con la negligencia de turistas –o de los propios lugareños– terminan por causar siniestros de consideración que arrasan con la flora y fauna del lugar, incineran propiedades, ponen en peligro la vida de sus habitantes y siempre terminan generando gravosas facturas a las dependencias que combaten las llamas y sus estados.
“Tan solo el 17 de marzo, la Comisión Nacional Forestal reportó 41 incendios activos en 16 entidades que afectaban –en ese momento– alrededor de 4 mil hectáreas. De ellos, ocho tenían lugar en áreas naturales protegidas como el sitio sagrado natural Wirikuta, en Villa de Guadalupe, San Luis Potosí; la reserva de la Biosfera Mariposa Monarca, en San José del Rincón, Estado de México; el Corredor Biológico Chichinautzin, en Huitzilac, Morelos; así como en la reserva de la Biosfera-La Sepultura, en Jiquipilas y el parque Nacional Cañón del Sumidero, en Chiapa de Corzo, Chiapas.
“El mismo organismo resume que México padeció mil 684 incendios forestales del 1 de enero al 11 de marzo, con una afectación total de 29 mil 559 hectáreas, la tercera superficie más extensa en una década. Sin embargo, ninguno alcanzó las proporciones del que surgió en La Pinalosa, cañón de Rancho Nuevo, en la sierra de Arteaga, y que se extendió hasta la sierra de Santiago, en Nuevo León. Sus columnas de humo resultaron ampliamente visibles en Saltillo y Monterrey.
“En Coahuila, al menos 447 brigadistas participaron en las labores de extinción y contención del fuego, así como en la salvaguarda de los ejidatarios y sus familias. Múltiples dependencias y organizaciones se sumaron a esta tarea para brindar, además de personal, conocimientos, recursos materiales y apoyo logístico. Allí estuvieron la Conanp, BR Lirios, PC Arteaga, Conafor, CRMF, SMA, bomberos, Fuerza Civil, PC Estado, Amigos de la Sierra, Brigada Rural Piedra Blanca y Brigada de Múzquiz, además de voluntarios. No faltaron elementos de la Secretaría de Salud, por si alguien salía lesionado, y el gobernador, Miguel Riquelme Solís, agradeció especialmente el apoyo del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional.
“Sin embargo, aun con la asistencia de casi medio millar de personas, 71 vehículos en tierra, seis “bulldozer”, varios helicópteros y un avión DC10, tras 14 días de trabajo continuo más de 3 mil 550 hectáreas habían sido consumidas por las llamas. La titular de la Secretaría de Medio Ambiente del Estado, Eglantina Canales Gutiérrez, informó que se tenía controlado 85% del siniestro y 75% había sido completamente liquidado. El incendio en la sierra de Santiago, Nuevo León, por su parte, mostraba 80% de contención, pero había devastado 8 mil 500 hectáreas (La Jornada, 30.03.21). En cambio, Bocanegra, Carbonera y Carneros, reportaban hasta 100% de extinción.
“El fenómeno terminó por llegar a oídos del presidente Andrés Manuel López Obrador que aprovechó su visita a Torreón –donde daría inicio a las obras del proyecto Agua Saludable para La Laguna– para manifestar su apoyo a las labores de combate de los brigadistas. “Desde que inició el incendio en Arteaga, el Gobierno federal ha estado presente, nueve instituciones del a nivel nacional, fundamentalmente la Secretaría de la Defensa Nacional; hay elementos suficientes, hay equipo, hay helicópteros, y vamos a seguir apoyando hasta apagar ese incendio. Vamos a seguir ayudando al Gobierno de Coahuila, a los gobiernos municipales, tanto de Coahuila como de Nuevo León”, declaró el Presidente (Televisa. News 27.03.21).