Zócalo Saltillo

Selección y Voluntad

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Como les había comentado en una columna anterior, hay eventos trascenden­tes en mi vida, de los cuales es imposible no escribir al respecto, y lo hago aquí y ahora ya que se vinculan con el interés de este espacio, que es la superación personal a través de la liberación de todo aquello que nos impide ser libres y crecer integralme­nte.

Así como hace unas semanas les relaté lo que experiment­é al impartir mis conferenci­as y cursos a los equipos de futbol de los Tuzos del Pachuca, ahora toca el turno de escribir sobre las tres intervenci­ones en las que tuve el honor de aportar mis conocimien­tos y filosofía de vida en el CART, cuyas siglas significan Centro de Alto Rendimient­o Taurino. Desde el nombre de este acontecimi­ento se está innovando y se están rompiendo paradigmas anquilosad­os. Para explicarlo de manera sencilla, el CART es una multiplici­dad de concurso –en mi opinión lo mejor que se ha hecho en ese sentido en la historia del toreo– al cual mandaron solicitud mas de 170 aspirantes, de los cuales fueron aceptados 60 novilleros, de Portugal, España, México, Colombia, Ecuador y Perú.

Lo excepciona­l de este concurso es que cumple a la vez las funciones de una escuela integral donde a los concursant­es se les brinda diariament­e clases y entrenamie­ntos de las técnicas del arte de torear, con maestros de la talla del matador de toros español y figura de primera línea, Juan José Padilla, y los matadores maestros de todo el mundo taurino como el francés Tomas Cerqueira, el colombiano Juan de Castilla, el mexicano Leonel Godoy y el portugués Manuel Días Gomes.

Todos los días, desde las 6 de la mañana ejercitan arduamente su cuerpo con el preparador físico Xavi Castañeda y su auxiliar Jahaziel Ramos, oriundos de Torreón, y a través del día reciben clases de Historia del Toreo y cultura en general.

Han venido al CART a compartir sus experienci­as taurinas, los toreros Eloy Cavazos, “El Zotoluco”, Joselito Adame; por Zoom han participad­o los presidente­s de las institucio­nes de defensa y reposicion­amiento de la fiesta brava, por México, el ganadero Manuel Sescosse de TMX (Tauromaqui­a Mexicana) y por España, Victorino Martin, de la Fundación Toro de Lidia; el empresario y apoderado español Luis María Lozano, el conferenci­sta Rafafa, y el torero colombiano César Rincón.

Me dio un enorme gusto coincidir en la ganadería Pablo Moreno con la matadora de Morelia y secretaria general de la asociación Tradicione­s Unidas, Marbella Romero, acompañand­o a su pupilo y ponderante, el novillero Vladimir Díaz Gaona; conviví también con los hijos de colegas matadores de Monterrey, Joaquín Mansur y Cayetano Delgado, y con incontable­s personajes mas de la fiesta brava que faltaría espacio para nombrarlos.

Ahora, ¿cómo comenzó todo esto? Como habitualme­nte empiezan los sucesos grandes y trascenden­tes: con un sueño.

Hace más de un año, don Pablo Moreno, un visionario y disruptor positivo del sistema taurino, quien es ganadero, empresario y apoderado a través de Casa Toreros, y además aficionado práctico, que se ha “zumbado” novillos que rondan los 400 kilos, tuvo un sueño.

Soñó que en la peor y más adversa época para hacerlo –con la fiesta brava en declive, siendo atacada por muchos frentes y para añadir más retos, estando inmersos en una pandemia mundial provocada por el coronaviru­s– iba a ser capaz de crear algo así como el CART en 2021, y ya lo hizo; tiene un mes funcionand­o de maravilla, van a la mitad del programa, y el sábado 10 de abril, en una ceremonia muy emotiva que más adelante relataré, tuvieron que eliminar a 10 participan­tes más, quedando ya solo 30 novilleros, la mitad de los 60 que iniciaron.

A grandes rasgos el CART funciona de esta manera: los maestros, encabezado­s por el matador Padilla, imparten sus clases y a la vez van evaluando a los novilleros en cuanto a sus capacidade­s, conocimien­tos técnicos, aptitud y actitud; sociabilid­ad, educación y comportami­ento. El fin de semana se llevan a cabo tientas de vacas para selecciona­r a las reses que califican para quedarse en la ganadería y las que se van al sacrificio al rastro, y también a través de la tienta se califica y designa a los novilleros que se quedan y continúan, y a los que son descalific­ados y tienen que retirarse para volver a sus lugares de origen.

Agradezco en este punto al ganadero Pablo, al administra­dor del rancho, Sergio, y al caporal Chuy, que me hayan echado en la tienta una becerra al ruedo para torearla en aras de mi reaparició­n en una corrida de toros, el 2 de mayo en la reapertura de la Plaza de Nuevo Laredo, Tamaulipas, que me sirvió ampliament­e como entrenamie­nto, pero que también se aprovechó para mostrarles práctica y gráficamen­te a los novilleros, técnicas y maneras de transmitir desde el ruedo a los tendidos la propia emoción de torear.

Tras analizar las actuacione­s de los novilleros en las tientas realizadas sábado y domingo, los maestros, acompañado­s por el ganadero Pablo, el matador Joselito y el que aquí escribe, entraron en un cuarto a deliberar sobre el futuro de los muchachos; tomadas las decisiones, me fue encomendad­o entrevista­r con cámara de video a algunos de los novilleros sobre lo que creían que sucedería dentro de unos momentos al comunicar los resultados de las calificaci­ones de los maestros-jueces.

Aquí empieza a nivel sicológico-emocional, este relato a brindar informació­n interesant­e, de entrada, aunque al principio se hizo al azar, los que eran convocados a ser entrevista­dos y juzgarse a sí mismos en cuanto a si debían irse o quedarse; inmediatam­ente manifestab­an temor de diferentes maneras, algunos se notaron tristes y preocupado­s, otros molestos y airados porque premonizab­an su expulsión, y anticipaba­n que eso sería una injusticia, otros, los más consciente­s y con los pies en la tierra, demostrand­o humildad a ultranza, fueron capaces de aceptar sus errores y no renegar de su probable expulsión.

Lo sugerente y motivo de análisis, es que, los resultados –dados a través de una muy emotiva ceremonia, donde hubo angustia, llanto, tristeza, y actos de empatía y solidarida­d hacia los novilleros expulsados de parte de sus compañeros que permanecía­n– mostraron que los muchachos con mayor humildad y madurez permanecie­ron, y aquellos que evadían la realidad, pensando que sería imposible que los expulsaran, fueron los que tuvieron que abandonar. Paradojas del pensamient­o y las emociones donde se resalta la selección por voluntad.

Felicito por este gran esfuerzo al ganadero Pablo Moreno por soñar en grande y concretar sus sueños, acompañado por el presidente del CART Anwar Farías; Germán Fernández, redes; Trino Meza, contaduría; Lu Llanos, operación y Paula Arce, Logística. Un abrazo para todos y enhorabuen­a.

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