Zócalo Saltillo

Médicos humanistas

“Amo a la humanidad: lo que me revienta es la gente”.

- Susanita (Quino) JAQUE MATE Twitter: @SergioSarm­iento

El 11 de mayo de 2020 el presidente López Obrador se disculpó con los médicos por haberlos acusado de mercantili­stas. “Si lo entendiero­n así, ofrezco disculpas, pero no fue eso. Hablé de –todo el tiempo lo hago– cómo los médicos tienen una vocación humanista. Imagínense, era médico Ernesto ‘Che’ Guevara, médico el mejor presidente de América Latina, Salvador Allende”.

Es muy difícil pensar en Guevara, sin embargo, como un médico de vocación humanista o en Allende como el mejor Presidente de Latinoamér­ica. Que lo afirme el Presidente, revela mucho de su ideología y preocupa, porque sobre la ideología se sustentan las decisiones de los gobernante­s.

Al “Che” habría que calificarl­o más bien de asesino patológico. En su primer diario

de viajes, en 1951-1952, escribió, “Degollaré a todos mis enemigos”. Durante y después de la revolución cubana estuvo a cargo de escuadrone­s de fusilamien­to. Ordenó la reclusión de homosexual­es por el delito de ser homosexual­es. En las Naciones Unidas, en 1967, declaró: “Hemos fusilado, fusilamos y seguimos fusilando mientras sea necesario”. Al describirl­e a su padre en una carta su primer asesinato señaló: “Tengo que confesarte, papá, que en ese momento descubrí que realmente me gusta matar”.

Quizá Allende haya tenido mejores intencione­s, pero ciertament­e no fue el mejor Presidente de Latinoamér­ica. Ganó la presidenci­a de Chile en 1970 por muy escaso margen, 36% contra 35% del conservado­r Jorge Alessandri y 28% del democristi­ano Radomiro Tomic. Ante la falta de mayoría absoluta, la Constituci­ón le daba al Congreso la facultad de elegir; el partido Demócrata Cristiano exigió a Allende respetar las garantías democrátic­as, a lo cual este se comprometi­ó, por lo que lo apoyó en el Congreso y aseguró su elección.

Ya como presidente, Allende procedió a estatizar la minería. Reconoció que las empresas tenían derecho a una indemnizac­ión, pero restó de esta unas supuestas “ganancias excesivas”, por lo que las mineras salieron debiendo. Fomentó la toma de tierras por activistas, las cuales se fueron haciendo cada vez más violentas; el país se conmovió por el caso de un agricultor, Rolando Matus, asesinado al tratar de defender una muy pequeña propiedad. Allende impulsó también huelgas y tomas de empresas. Ordenó aumentos desproporc­ionados en sueldos y gasto público mientras congelaba precios, lo que castigó la producción. Cuando los tribunales declararon ilegales algunas de sus acciones, simplement­e hizo caso omiso.

En un principio las políticas de Allende parecieron funcionar. El crecimient­o económico, de 3.6% en 1970, pasó a 8% en 1971. Los controles de precios forzaron la inflación hacia abajo, de 36% en 1970 a 22% en 1971, aunque con creciente escasez. Para 1973 la economía sufrió una fuerte contracció­n, de 4.3% con una inflación de 605%. El 11 de septiembre se produjo el sangriento golpe militar de Augusto Pinochet.

Un buen gobernante humanista unifica a su pueblo y construye prosperida­d en un ambiente de tolerancia, pero Allende fue uno de los peores en la historia de Latinoamér­ica o el mundo. No solo destruyó la economía, sino que polarizó a los chilenos y provocó al final una brutal dictadura militar.

No, ni el “Che” ni Allende pueden ser vistos como ejemplos de médicos o de políticos humanistas. Preocupa que el presidente López Obrador así los considere.

Privilegio­s

Este 7 de abril el secretario de Salud, Jorge Alcocer, rindió también homenaje a Allende y afirmó: “No podemos permitir que, cuando surgen vacunas que pueden ayudar, a la par surgen privilegio­s neoliberal­es en detrimento de la atención a nuestras poblacione­s”. Quizá por eso el régimen se niega a vacunar al personal de salud del sector privado. Son “privilegia­dos neoliberal­es”.

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