Zócalo Saltillo

¡Si reeligen a Zaldívar reelegirán a Obrador!

- RICARDO ALEMÁN

López Obrador prometió que “primero serían los pobres”. Hasta hoy no ha cumplido esa potente promesa de campaña.

Prometió que sacaría de las calles a militares y marinos. Hoy los cuarteles están más vacíos que nunca y tampoco cumplió esa promesa.

Prometió bajar los precios de las gasolinas, el diésel, la luz y, en general, de los combustibl­es. Hoy toda la energía es más cara en México.

Prometió acabar con la violencia y el crimen. Hoy el número de muertos a causa de la violencia es el mayor en la historia.

Prometió acabar con las masacres y hoy, a casi 30 meses de Gobierno, el número de masacres es el mayor de la historia.

López Obrador prometió que su Gobierno estaba preparado para hacer frente a la pandemia y, al día de hoy, el número de muertos a causa del coronaviru­s es de 500 mil; la mayor tragedia humanitari­a en la historia.

Obrador prometió, prometió y prometió y no ha cumplido nada.

Por eso la pregunta.

¿Por qué los mexicanos debían creer (debíamos creer) la promesa de que López Obrador no buscará reelegirse, si ha engañado a los ciudadanos en todas sus promesas, sean ofertas de campaña o sean augurios presidenci­ales?

Lo cierto es que, “si tiene pico de ganso, plumas de ganso, es palmípedo y si grazna como ganso...”, los mexicanos tenemos derecho a suponer que el dictador López Obrador busca la reelección.

Y es que el gobernante que promete una, dos… y hasta cuatro veces que no buscará reelegirse, es el mismo dictador que hará todo por la reelección.

Y si no fuera el caso, para qué repetir una, dos, tres y hasta cuatro veces que no busca la reelección.

Peor aún, si lo dudan, hoy asistimos al “ensayo de un crimen” de la reelección presidenci­al en México o, si se quiere, estamos ante el clásico “escucha Juan, para que entiendas Pedro”.

Sí, López Obrador y sus fanáticos pueden decir misa, podrán negar de manera reiterada que el dictador busca la reelección, pero lo cierto es que todas sus acciones, decisiones y hasta sus movimiento­s corporales apuntan a que su premisa es la reelección.

Y la señal más reciente es la que manda su Gobierno al impulsar la reelección del ministro presidente de la Corte, el lacayo Arturo Zaldívar.

Como saben, Obrador realizó toda una operación política para conseguir la reelección del ministro presidente de la Corte. Sin embargo, la estrategia fue de tal suciedad, que no se la tragó ni la claque más lacayuna de su partido.

Pero lo que muchos se niegan a ver –a pesar de las evidencias contundent­es– es que las señales de la reelección vienen de lejos, desde los tiempos de campaña.

¿Lo dudan?

En el Itinerario Político del 9 de marzo de 2018, titulado: ¿No a la Reelección? –hace poco más de tres años– aquí dijimos que la promesa del candidato presidenci­al de Morena de que no buscaría la reelección, “no va para sus seguidores sino para sus detractore­s, quienes lo ven como un potencial dictador y copia de los sátrapas que, con idéntico discurso, llegaron para quedarse; sea en Cuba, Nicaragua, Ecuador, Bolivia y, sobre todo, en Venezuela.

“También está claro que, por mandato constituci­onal, está prohibida la reelección y que, por su valor histórico, ese postulado es uno de los que parecen intocables.

“Sin embargo, para un potencial dictador como AMLO, torcer la Constituci­ón tampoco sería ningún problema, como no lo sería acabar con el fuero constituci­onal”. (fin de la cita)

En efecto, hace poco más de tres años ya hablábamos de la dictadura de AMLO y de sus afanes reeleccion­istas.

Volvimos al tema el 6 de febrero de 2019, ya con AMLO como Presidente y advertimos que el nuevo Mandatario “seguía jugueteand­o” con la tentación de la reelección.

Así lo dijimos: “el pasado fin de semana, de gira por Veracruz, Obrador soltó la especie engañosa de que si bien no busca la reelección, sí piensa en una suerte de extensión de mandato…

“Y frente a la juguetona confirmaci­ón autoritari­a de AMLO, muchos suponen –de manera ingenua y hasta torpe– que es temprano para hablar de reelección, sin entender que es precisamen­te el mejor momento y el fin último del aprendiz de dictador llamado López Obrador. ¿Y por qué es el mejor momento?

“Porque si hoy AMLO empieza a hablar de una potencial reelección o de la eventual ampliación del mandato, llegado el momento no serían muchos los sorprendid­os, sino que, al contrario, podrían ser muchos los convencido­s.

“Por eso, desde hoy López

Obrador juega con la idea de que “su obra” no estará terminada en el plazo sexenal y que, por ello –’y para conseguir que madure el árbol sembrado en 2018’– se requerirá de por lo menos una década de Gobierno”.

Y regresamos al tema el 13 de septiembre de 2019, en el Itinerario Político titulado: Confirma AMLO que Busca la Reelección.

“Obrador repitió que no es un vulgar ambicioso, pero, sin medir el tamaño de su declaració­n, soltó ante el asombro de todos, que le correspond­erá ‘a la gente’ decidir cuándo debe dejar el cargo. Dijo textual: ‘me voy cuando la gente quiera que me vaya’.

“Porque el Presidente no puede salir con el cuento de que dejará el cargo cuando la gente lo pida. No, al final de su mandato de seis años, Obrador se va porque así lo dice la Constituci­ón. Y punto”. (Fin de la cita)

Queda claro que pronto veremos el punto final a los afanes reeleccion­istas del locuaz Obrador, a pesar de que ayer, dijo de nuevo, que no buscará la reelección, una vez que se convirtió en el mayor promotor de la reelección de su lacayo Arturo Saldívar.

Si, López Obrador puede decir misa, pero cada vez está más cerca su reelección.

Al tiempo.

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