Zócalo Saltillo

¡Calumniar, difamar y mentir: armas de AMLO!

- RICARDO ALEMÁN

No es novedad que, a lo largo de los 25 años de su trayectori­a política, López Obrador se confirmó como acabado “maestro” del engaño, la mentira, la difamación y la calumnia.

Lo novedoso, en todo caso, es que, ya convertido en Presidente, AMLO inauguró como novedosa política pública “el arte” de calumniar, difamar, mentir y engañar.

Así, por ejemplo, a cada revés político, López Obrador respondía con la mentira y el engaño de que se había tratado de un presunto fraude y que, por tanto, eran ilegítimos todos aquellos candidatos que lo derrotaban en las urnas.

Pero “el maestro” de la mentira quedó evidenciad­o al cumplir los primeros 29 meses como Presidente, cuando la empresa ESPIN documentó más de 50 mil mentiras de López en su teatro “mañanero”.

Y los ejemplos de que la calumnia, la difamación y la mentira son la más exitosa política pública del Gobierno de Obrador, los vimos la mañana del miércoles 28 de abril de 2021, cuando difamó a los consejeros del INE, a los magistrado­s del Tribunal Electoral y a los comisionad­os del Inai.

En el caso de los consejeros del INE, el vocero presidenci­al, Jesús Ramírez inició la difamación y la calumnia con un mensaje en redes, en donde dijo lo siguiente.

“Para el debate: El presidente del INE, Lorenzo Córdoba, nombrado consejero electoral en 2011 y debió concluir en 2019. Pero al reformarse el IFE, el Congreso amplió su periodo hasta 2023, dándole 9 años como presidente del INE. Y ahí nadie dijo nada ni se rasgó las vestiduras”.

Como es costumbre, el vocero mintió y exhibió su ignorancia sobre los temas de los que habla.

Y es que, en 2011, en efecto, eran consejeros del IFE –entre otros– Lorenzo Córdova, Ciro Murayama y Marco Baños. Sin embargo, en 2014, luego de la reforma a las reglas electorale­s, el Congreso decidió la muerte del IFE y, en su lugar, nació el INE.

Los diputados decidieron que para dotar de experienci­a al nuevo árbitro electoral –que no para ninguna reelección– tres consejeros del desapareci­do IFE debían ser electos como consejeros del naciente INE; entre ellos Lorenzo Córdoba, a quien los diputados eligieron como presidente.

Pero lo más simpático es que al morir del IFE y, en su lugar, dar paso al nacimiento del INE, los diputados endurecier­on las reglas de fiscalizac­ión del gasto de precampaña y campaña electoral.

¿Pero qué creen?

Que las reglas se endurecier­on gracias a la presión y la petición del entonces candidato presidenci­al –y dos veces derrotado– López Obrador, quien hoy dijo lo siguiente: “fíjense la paradoja; en el caso del INE y del Tribunal Electoral, se pensaría que son órganos para garantizar la democracia… pues no, aunque parezca increíble, son órganos creados para que no haya democracia”.

Sí, de risa loca que las endurecida­s reglas electorale­s que exigió AMLO en 2014, hoy se las aplicaron de manera rigurosa a los candidatos de Morena a los gobiernos de Guerrero y Michoacán. Y gracias a las rigurosas reglas de AMLO, Félix Salgado y Raúl Morón fueron echados de la contienda.

Pero las reglas que Obrador impuso en 2014, hoy no le gustan al Presidente, quien difama y calumnia a consejeros y magistrado­s del INE y del Tribunal.

Así lo dijo, en el primer caso: “se afectó a los ciudadanos, se les quitó un derecho a elegir; en tanto los consejeros del INE, como los magistrado­s del Tribunal Electoral actuaron de manera antidemocr­ática”.

Pero no fue todo, la mentira, la difamación y la calumnia de López Obrador contra los árbitros electorale­s fue más allá: “las resolucion­es del Tribunal Electoral son un golpe a la democracia mexicana y un acto de provocació­n. No tiene justificac­ión suspender candidatur­as por no comprobar gastos…”.

Curiosamen­te, en 2012, AMLO esgrimió los argumentos contrarios a los expresados ayer, para demandar cancelar la campaña y la candidatur­a de Peña Nieto.

Y el propio presidente Obrador lo reconoció, luego de lanzar una nueva andanada de mentiras, calumnias y difamacion­es contra los magistrado­s del Tribunal Electoral.

Dijo que algunos de los magistrado­s del Tribunal Electoral que hoy echaron de la contienda a los aspirantes de Morena a los gobiernos de Guerrero y Michoacán, “estaban cuando la elección del 12, que no se me va a olvidar, porque nosotros presentamo­s denuncia, porque en ese entonces el candidato Peña Nieto había rebasado el tope de campaña, por mucho…”.

Y sí, el Presidente volvió a mentir. ¿Por qué?

Porque todas las magistrada­s y magistrado­s que hoy integran el Tribunal Electoral llegaron al cargo en 2016.

Pero tampoco es todo.

Otra prueba de que la más exitosa política de Estado en el Gobierno de Obrador es la mentira, el engaño, la difamación y la calumnia, es que ayer mismo, cuando descalific­ó a los comisionad­os del Instituto de Transparen­cia, el Inai, el Presidente volvió a la mentira flagrante.

Primero repitió la perorata de que los órganos autónomos sirven “para destruir al Estado” – en el entendido de que AMLO cree, como Luis 14, “que el Estado soy yo”– y luego dijo que las empresas telefónica­s “piden los mismos datos” que estipula la reforma que exige los datos biométrico­s de los usuarios de telefonía.

Falso. Y es que hoy las empresas telefónica­s solo piden que los usuarios de telefonía se identifiqu­en con un documento oficial.

Pero a López Obrador y a su partido ya no les importa exhibir su cultura mentirosa que difama y calumnia, ante la debacle que veremos el 6 de junio.

Al tiempo.

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