Asomándose al abismo
El conservadurismo opta por el derecho, el liberador por la justicia y la felicidad. No nos pidan optar por el derecho, porque no garantiza la felicidad”.
¡Madre mía!
Y no lo dice cualquiera. No. Son palabras de Ignacio Mier, el líder de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados.
Terrible. Podría uno pensar que es una triste lambisconería más de otro político que busca quedar bien con un tlatoani que privilegia lealtad por encima de la lógica y del deber ser.
Pero, ojo, podría también ser algo mucho más peligroso.
El resultado es más amenazante si le sumamos la mismísima declaración de López Obrador sobre cómo “Zaldívar es el único que puede completar la reforma del Poder Judicial”.
Podríamos entonces estar asomándonos al abismo.
Un precipicio al que, por cierto, ya caímos en la parte económica. El ritmo de destrucción es tal que se requerirá mucho tiempo para restablecer la confianza de la inversión privada, el motor principal del desarrollo.
Pero hay otro despeñadero aún más catastrófico: el de un populismo que busque perpetuarse. En una persona o en un sistema político.
Y es que no es difícil imaginar que a inicios de 2024 alguien proponga extender el mandato de AMLO porque “es la única persona que puede completar la transformación de México”.
La destrucción y debilitamiento institucional que vemos en México encajan perfectamente en la receta populista para enquistarse.
“Apunto una lección final: jamás dejen que controlen la Corte Electoral. Ahí está la trampa”.
Esto es parte de los comentarios que escribió hace ya algunos meses un amigo boliviano que reside en La Paz en uno de mis grupos de WhatsApp.
Invaluables lecciones sobre la crisis boliviana de una persona inteligente y preocupada por la desigualdad social. Alguien que presenció desde la trinchera el caos que produce un populista que se enquista.
Pues en México ya preparan el camino. Sobre aviso no hay engaño. La cúpula legislativa de Morena ya prometió “una reforma electoral o bien reflexionar sobre el rol y funcionamiento del INE”.
A López y a la 4T se les puede acusar de muchas cosas, pero no de ser incongruentes. Lo que dicen lo terminan por hacer. Al menos lo intentan.
Por ejemplo, ya les había platicado que en marzo de 2018, antes de iniciar la campaña presidencial, tuve la oportunidad de platicar por 2-3 horas con Andrés Manuel en un grupo pequeño. Y que ahí al final comentó algo así: “Nuestro sistema electoral es muy complejo, esta será la última elección presidencial tan complicada”.
Claro, más sería sin el INE (o con uno más débil) y si el Gobierno organiza las elecciones. Al cabo “nosotros (la 4T) no somos iguales”.
Un ingrediente más podría sumarse: destruir el marco legal. Recordemos que uno de los primeros cambios de Chávez en 1998 fue promulgar una nueva Constitución. Para iniciar “la revolución bolivariana”. Allá es revolución, aquí es transformación.
Bajo esta óptica, la propuesta de dejar a Zaldívar hace sentido. Al cabo las personas deben estar por encima de la Ley. Sobre todo “si son los únicos que pueden llevar a buen puerto nobles encomiendas”.
Un “amigo” en la Corte sirve “para lo que se ofrezca”.
Bajo esta óptica, es 100% lógico que se ataque, estrangule financieramente o se coopte a cualquier organismo autónomo.
Ojo, no estoy asegurando que YSQ se vaya a quedar en el poder. Él insiste que se regresa a La Chingada (su rancho) en 2024. Ahí a donde nos quiere, por cierto, llevar a todos de una vez.
No lo puedo asegurar, pero sí estoy seguro de que están pavimentando el camino. Nos están dando un vistazo al abismo.
Mi cuate boliviano advierte: detengan el proceso populista. Aprecia las similitudes y sabe perfectamente a dónde conduce este camino.
Cierro con un consejo final desde La Paz: “Actúen de manera pacífica e intelectual, pero contundente”.
Más nos vale. El abismo se ve muy profundo.
En pocas palabras...
“Evo solo ganó su primera elección. Todas las demás elecciones fueron fraude”.
Comentario de un boliviano desde La Paz.