Aprende Isabel Cardona el desahogo de la pintura
Muestra obras hechas durante la pandemia, en la que comenzó su trabajo pictórico
Para Isabel Cardona todo empieza con el amor “aunque suene cursi”, apunta. Así, un trazo va transformándose poco a poco en una pintura, como demostró el martes en el restaurante San Pedro de los González, en donde montó su primera exposición de pintura cuyo nombre no podía ser otro más que Inicios, una palabra con un peso importante para ella, ya que tiene “relativamente poco” en la creación plástica.
La pintora empezó su aprendizaje en enero del 2020, cuando la amenaza de la cuarentena por el Covid-19 ya se cernía sobre el país. Así, cuando al fin llegó el confinamiento tomó el pincel e inició su trayecto en la pintura; primero como una forma de desahogo y, ahora, como una pasión que ha germinado en las piezas que retratan árboles, flores, paisajes, dotados de un colorido “alegre”.
Esto porque todo el año pasado “estuvimos rodeados de mucha muerte y tristeza, también miedo, pero también al rededor de mi vida había mucho amor: el de mis hijas y además que pronto voy a ser abuela, aparte de que la técnica que utilizo en la mayoría de los cuadros es muy alegre y es la espátula, una herramienta que se lleva con el color para dar cuadros muy alegres.
“Esta me gusta porque con la espátula nunca vas a encontrar
la perfección, sino solo la forma y el color, elementos que alegran los espacios. Pero también es atrevida porque no todo el mundo se atreve a aplicarlo”, explicó a Zócalo en entrevista.
Inspiración y vacío
Cardona aprendió de dos formas: la primera por la iniciativa propia y la segunda a través de videos en YouTube. Así, lo autodidacta, señala, le ayudó a comprender que lo importante es expresar lo que siente a través de los colores, las herramientas y materiales que tiene disponibles, pero también en la disciplina, pues todo su tiempo libre lo dedicó a la pintura.
De esta forma se encuentra en una constante búsqueda de ella
misma y su trabajo creativo.
“Muchas personas, por lo regular, dicen que uno tiene que buscar su estilo, pero creo que el artista se vale en pintar lo que uno quiera. Y si es con espátula o con pincel, no importa, porque son técnicas diferentes que puedes usar, creo que lo principal es la paciencia”, comentó la también ingeniera civil.
De esta forma, la pintora ha aprendido no solo sobre las artes plásticas, sino también sobre sí misma, pues señala que conforme se tomaba el tiempo para dedicarse a sus obras y se permitía ver los detalles de los objetos que hacía, fueran estos caballos, flores, puertas o bicicletas, podía mirar más a fondo.
“Lo importante no es hacer
las cosas rápido ni buscando la perfección, sino hacerlas a tu tiempo y como te salgan. Eso lo aprendí cuando inicié pintando no para los otros, sino para mí, porque en mi caso fue para descargar todo el estrés que tenía y me llenaba. Estas pinturas fueron para vaciarme y dejar que entrara la inspiración”, concluyó.