Una postal: el Madero
Va un dato, bueno, en realidad una aproximación, ya que probado está, las cifras oficiales, tanto federales como estatales, resultan en los hechos un subregistro, pero aun así nos ayudan a dimensionar el impacto momentáneo de la pandemia del coronavirus: en las últimas 48 horas se registraron en Coahuila 38 nuevos contagios y 10 defunciones, de estos, 17 casos y 4 decesos en Saltillo, pero eso, parece, ya es lo de menos.
La postal que retrata el ánimo social no está en la preocupación por el virus ni en el mantener rigurosamente las medidas de autoprotección. No, está en esa imperiosa necesidad de divertirnos, de tomar cada vez más fragmentos de la antigua normalidad, en los bares, restaurantes y en los parques. La postal que hoy nos retrata es el juego del domingo entre Saraperos y Sultanes, y un estadio Madero como el epicentro y símbolo de la victoria sobre la pandemia, aunque esto en estricto sentido, no sea real.
Es cierto, el aforo fue restringido y se impusieron las medidas básicas como el uso de cubrebocas, pero decenas de familias se dieron cita y disfrutaron –tras un largo y penoso año, en el que la vida, como la conocíamos, entró en una suerte de pausa– de un espectáculo, más allá del beisbol, el de la convivencia social, el de la aglomeración sin culpa, el del disfrute de estar rodeados de decenas y decenas, y que todos griten, celebren y rían.
En el estadio Francisco I. Madero, por algunas horas, no existió la crisis derivada de la pandemia y de la errática reactivación; tampoco había miedo al virus y mucho menos a convivir con extraños en un ambiente festivo. Por unas horas es como si se hubiera declarado la victoria definitiva sobre el Covid y que la normalidad, la buena, la de antes, hubiera regresado a nuestras vidas.
Pero esa sería una percepción falsa y riesgosa. El coronavirus sigue aquí, agazapado, a la espera de que nos descuidemos, de que bajemos la guardia y pueda asestar otro golpe, el tercero, y se vuelva a propagar como lo hizo en enero y febrero.
Sí, el divertirse es justo y necesario, como en esa postal en el Madero, pero sin olvidar que seguimos en pandemia, y los, al menos, 38 nuevos contagios y 10 decesos en las últimas 48 horas son prueba de ello.