Por desaparecer la tradición de la cruz
Una piel tostada por el sol, manos llenas de cicatrices y ampollas que se convirtieron en marcas para la posteridad, son algunas de las señales de que Santos García se ha dedicado por mucho tiempo al trabajo en la construcción.
Al preguntarle por el tiempo exacto, asegura que son más de dos décadas las que ha estado en diversas construcciones, la mayoría de ellas ha sido para edificar viviendas.
“Sí es un oficio difícil, duro para los que trabajamos aquí, sí está duro, son como 7 u 8 horas diarias bajo el sol. Algunas personas sí lo celebran, pero a mí gracias a Dios ya se me quitó el deporte de la tomada”, comenta don Santos, mientras impide que el sol le nuble la vista para seguir con su labor.
Asegura que es un oficio que le ha dejado grandes satisfacciones, que aun con su pensión no lo hacen abandonar el pesado trabajo que desempeña día con día, motivo por el que este 3 de mayo lo hacen seguir com
partiendo con los más jóvenes sobre esta celebración, que asegura podría perderse, pues cada vez son menos los que siguen la tradición.
“Mi hijo también se dedica a esto, pues desde chiquillo se venía conmigo, es mejor a que haga nada y le enseñé todo de la construcción, ya sabe hacer todo”, señala.
Dada la situación que apagó esta celebración en el 2020, Santos asegura que este año se les olvidó hacer la cruz de madera que se coloca en la obra en construcción, pero su comida y bebida al menos no faltaron como símbolo de agradecimiento.