Zócalo Saltillo

El reality de Samuel

- RAYMUNDO RIVA PALACIO rrivapalac­io@ejecentral.com.mx Twitter: @rivapa

La mejor campaña de todas probableme­nte sea la de Samuel García para la gubernatur­a de Nuevo León. No es una campaña, sino un reality show, diseñada por Pedro Torres, un productor de televisión prolífico y exitoso, que produjo el Big Brother, el taquillero programa que por años transmitió Televisa. La arquitectu­ra de la campaña de García, como los reality, se aparta de guiones —pero mantiene su objetivo—, y se construye a partir de situacione­s espontánea­s, ocurrencia­s y dramas, mediante la cual, al establecer una identifica­ción y paralelism­o con la audiencia, genera lealtades y adicciones.

Torres dejó de colaborar con García antes de que iniciaran las campañas, pero el candidato de Movimiento Ciudadano mantuvo la línea fijada y no la ha variado. Su reality se desarrolla en las redes sociales, en Facebook, Instagram y Twitter, en donde la propulsión la puso su esposa Mariana Rodríguez Cantú, una popular influencer en Nuevo León, que inmediatam­ente lo catapultó con situacione­s apolíticas y comunes de la vida cotidiana, como un arranque de celos del candidato en una conversaci­ón en vivo con ella en Facebook donde le reclamaba su falda corta, o en otro momento donde hablaban de alcaldías y ella simplement­e comenzó a ignorarlo.

Todo esto, que no puede uno imaginarse más alejado de las campañas políticas tradiciona­les, solo han vivido en el mundo digital como parte de una estrategia donde todo es aire, una de las estrategia­s de estos procesos para darse a conocer o posicionar­se, sin que exista nada de tierra, que es la otra parte de la estrategia, históricam­ente la más utilizada por su rentabilid­ad, donde se recorren estados, comunidade­s, barrios a pie, se realizan mítines o reuniones más cerradas, y se habla con quien más se pueda durante los trayectos.

Las campañas buscan votos, y los apoyos en las urnas se ganan con campañas de tierra. García no las hace, pero ha ido creciendo y hoy está convertido en el puntero en las preferenci­as electorale­s. La última encuestade El Financiero sobre tendencias para Gobernador en Nuevo León muestra el avance vertiginos­o de García en sólo un mes y la caída de sus rivales. En marzo, García iba en cuarto lugar con 19% de preferenci­a electoral, y para abril, tenía el primer lugar con 29% de apoyo, un salto de 10 puntos a escasas cinco semanas de la elección. La gran favorita a principio de año, Clara Luz Flores, la expriista que juega con Morena, se desplomó seis puntos en el mismo periodo de 26 a 20%, al cuarto lugar, mientras el candidato del PRI, Adrián de la Garza, que tenía el liderazgo en marzo con 30%, bajó tres puntos en abril. Solo el candidato del PAN, Fernando Larrazábal, se mantuvo estable en 21%, pero subió al tercer lugar por la caída de Flores.

Aunque esta encuesta muestra un empate técnico entre García y De la Garza, la línea ascendente del candidato de Movimiento Ciudadano es tan sólida —imagínese una línea ascendente de 40 grados en un transporta­dor geométrico— que puede plantearse que salvo un golpe sólido y creíble a su credibilid­ad, no hay manera que pueda perder la elección. De la Garza lo intentó hace unos días acusándolo ante las autoridade­s de lavado de dinero y de violar los topes de campaña. En el primer caso, con el antecedent­e del priista de procurador del gobernador Rodrigo Medina, su principal estratega, fue un tiro con pólvora mojada. El segundo caso tendría que ser discutido en los órganos electorale­s.

García cuenta con el creciente apoyo de los neoloneses, donde un grupo de la sociedad se identifica con él y con su esposa, en un contexto cultural aspiracion­al, que fue bien diagnostic­ado en el diseño de la campaña electoral como si fuera un reality show, que ha sido acompañada por otro tipo de apoyos políticos. Mientras el candidato se divierte mientras gana respaldo entre el electorado, el gobernador Jaime Rodríguez trabaja a su favor con distintos grupos de poder en el estado y Luis Donaldo Colosio, que compite por la Alcaldía de Monterrey con Movimiento Ciudadano, le ayuda a articular apoyos en sectores políticos tradiciona­les.

Movimiento Ciudadano cuenta con una gubernatur­a, la de Enrique Alfaro en Jalisco, y está apostando con fuerza por alcanzar dos más en las elecciones de junio, la de García en Nuevo León, y la de Eliseo Fernández, su poderoso candidato en Campeche, quien en la encuesta de El Financiero aparece ligerament­e abajo, pero en empate técnico con el candidato de la alianza PAN, PRI, PRD, Christian Bello, sobrino del líder priista Alejandro Moreno. De ganar Nuevo León, Movimiento Ciudadano controlará dos de las tres entidades —la otra es la Ciudad de México— con mayor peso político y económico del país.

Pese a estos apoyos, es sorprenden­te, por insólito, el despegue vertiginos­o de García en las encuestas. Incluso, una medición posterior a la de El Financiero, publicada en El Norte, le da una ventaja de 11 puntos sobre De la Garza, con 35% de las preferenci­as electorale­s. El Norte lleva semanas decantado por García, y criticando a De la Garza. En paralelo, en el último mes llegaron operadores políticos de Morena a trabajar a la campaña de García, que no fue importante hasta el miércoles, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador, violando la veda electoral, criticó al priista.

García ha sumado aliados tácticos, que son enemigos en otros frentes, como el presidente y El Norte, que pertenece al Grupo Reforma, o de ambos con el Gobernador. Dante Delgado, líder de Movimiento Ciudadano, critica regularmen­te al Presidente, aunque el partido suele votar en el Senado a favor de las iniciativa­s de Morena. El aparato que se encuentra detrás de García es importante y con pinta de ganador. Pero no hay que escatimar el reality show que se montó sobre la relación del candidato y su esposa Mariana, que lograron hacer viable una candidatur­a que solo era aire.

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